Nos hemos acostumbrado a la presencia de radares fijos en las carreteras, a reducir la velocidad al acercarnos a ellos y, sobre todo, a advertir su presencia, ya sea fijándonos bien en el señalizado de la carretera, y en la presencia de una caja junto al arcén o a las cámaras en un pórtico sobre la carretera, o con cualquier avisador de radares basado en GPS que, recordemos, son legales. Ahora bien, ¿y si buena parte de los radares fijos que considerábamos funcionales son falsos? ¿por qué la DGT utiliza cajas vacías?
Por qué utiliza la DGT radares falsos
El máximo responsable de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, ha llegado a reconocer la existencia de radares falsos que, si bien están señalizados como radares fijos, disponen de cajas vacías, en las que no hay ningún aparato, ni el instrumental necesario para captar y sancionar excesos de velocidad.
Pere Navarro reconocía también que «con solo el cartel de aviso de radar surte efecto» y los conductores aminoran la velocidad que, a fin de cuentas, es el objetivo de los radares. De esta forma, la DGT intenta transmitir la idea de que, a diferencia de lo que creen muchos conductores, su objetivo no es recaudatorio, sino mejorar la seguridad en las carreteras.
¿Dónde están los radares falsos de Tráfico?
Como ya os estaréis imaginando, la DGT no diferencia un radar falso de todos aquellos que sí son verdaderos, y cuentan con el instrumental necesario para captar excesos de velocidad y emitir la multa. Actualmente hay más de 600 radares fijos en las carreteras españolas, más de 700 radares si también consideramos los radares de tramo. Lo sorprendente, según habría reconocido también la DGT, es que hasta una tercera parte de los radares fijos son cajas vacías, es decir, radares falsos. Pero el problema sigue siendo que en marcha no se puede diferenciar a simple vista entre un radar real, y uno falso.
Y si bien es cierto que en ocasiones algunos conductores son conscientes de que algún radar en las carreteras en las que se mueven habitualmente es falso, o puede encontrarse fuera de servicio fruto del vandalismo, apelar al imaginario popular no es, ni mucho menos, recomendable, y la mejor forma de evitar el riesgo de una multa de un radar fijo sigue siendo levantar el pie del acelerador.
También hemos de ser conscientes de que la ubicación de los radares falsos cambia periódicamente y Tráfico va rotando sus equipos, de manera que un radar falso que en un momento podía contar con una caja vacía, puede incorporar un radar real en cualquier momento, y sancionar a los conductores. La ubicación de los radares falsos y reales también puede ajustarse a las campañas de Tráfico. Por ejemplo, los últimos 20 radares incorporados en 2019 se han situado, todos ellos, en carreteras convencionales, que son las que están siendo más vigiladas por los agentes de tráfico, por ser también las más peligrosas, y las que se cobran más vidas en accidentes de tráfico cada año.
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