Aunque parece difícil creerlo, una de las misiones de los cinemómetros que controlan la velocidad en las carreteras españolas es, sin tener que sancionar, concienciar a los conductores para que circulen respetando los máximos establecidos. Si este es el objetivo, la duda es lógica: ¿existen radares que no multan? ¿Quién mejor que la Dirección general de Tráfico para responder a esta pregunta?
Sí, existen: son los radares informativos o pedagógicos. Normalmente, están situados en zonas urbanas concretas (colegios y hospitales, por ejemplo) o en los accesos de localidades pequeñas. A no ser que una señal indique lo contrario, se limitan a registrar tu velocidad y su único objetivo es con concienciar a los conductores, así que no te sancionarán aunque circules por encima del límite establecido para esa vía.
¿Cómo funcionan?
Pueden medir la velocidad en ambas direcciones del tráfico a una distancia de entre 50 y 300 metros y con ese registro, lanzan un mensaje a todos los conductores: el contenido variará en función de si están respetando (o no) el máximo establecido. Como decíamos, solamente emiten avisos porque no suelen estar equipados con cámaras para identificar la matrícula de los vehículos y fotografiar a los infractores; tampoco cuentan con los sistemas necesarios para emitir las sanciones.
Para comunicarse con los conductores usan un código de colores (verde, ámbar y rojo) que emplean dependiendo de la información que van a mostrar en su pantalla luminosa, unas superficies que de 16×64 centímetros con LED matricial: verde para aquellos que circulan correctamente, ámbar para los que lo hacen en el filo y rojo para los que han superado el límite.
Además, permiten personalizar estos mensajes con un “Gracias” por circular correctamente, con un “Reduzca la velocidad” si van por encima de lo establecido, con emoticonos que muestran felicidad o enfado…
¿Son efectivos?
Los radares informativos o pedagógicos son empleados por la DGT, las comunidades autónomas y los ayuntamientos emplean como una herramienta para reducir y eliminar la siniestralidad vial: ¿tienen el efecto que buscan? Según las autoridades, son muy eficientes y efectivos. Su sola presencia reduce la velocidad media del lugar en el que están instalados en más de un 25%: sobre todo en zonas escolares, rurales, calles, tramos en obras o travesías. Las razones que atribuyen es que los datos que lanzan son muy claros y dinámicos.
A esto hay que añadir que se han convertido en una fuente de información muy valiosa. Al estar equipados con un software específico para poder almacenar y analizar datos, se convierten en una base de datos relacionada con el tráfico: velocidad media, máxima y mínima, número de vehículos que pasan por ese punto, nivel de tráfico, distribución a lo largo del día, frecuencia… Con esta información se pueden tomar las decisiones necesarias para mejorar el tráfico o para tomar medidas más drásticas.
Cajas vacías: ¿mito o realidad?
El mundo del motor colecciona mitos y uno de ellos está protagonizado por las cajas de radar que no multan porque no contienen ningún dispositivo en su interior: ¿son reales? Sí, tanto la Dirección General de Tráfico como sus dirigentes lo han reconocido en varias ocasiones.
Una tercera parte de las instalaciones que vemos en los laterales de las carreteras están vacías porque los radares van rotando entre ellas: la DGT no sólo ha confirmado este punto, también que su sola presencia ayuda a que los conductores que circulan por encima de la velocidad máxima establecida para esa vía levanten el pie del acelerador. Y el mismo efecto tienen los carteles que avisan de la presencia de un cinemómetro fijo.