A los planes de la Unión Europea para prohibir la venta de coches nuevos con motores de combustión (diésel, gasolina, híbridos e híbridos enchufables) a partir de 2035 le han salido duros detractores. Christian Lindner, Ministro de Finanzas, ha asegurado que Alemania, la gran potencia económica, el principal fabricantes de coches y el país con más matriculaciones del ‘Viejo Continente’, no aceptará esta medida.
Recordemos la decisión tomada hace unas semanas. La Comisión Europea propuso, para 2035, reducir completamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los coches nuevos. Esto significa que, a partir de entonces, no se podrán vender vehículos con motores de combustión. El Parlamento Europeo respaldó las propuestas antes de que se lleven a cabo las negociaciones con los países de la Unión Europea para dar forma a la ley final.
Alemania se desmarca
Ahora, Alemania se ha declarado en rebeldía a través de las palabras de su Ministro de Finanzas. En una conferencia celebrada en Berlín, según recoge el Financial Times, Christian Lindner aseguraba que eliminar completamente el motor de combustión en Europa es “una decisión equivocada” porque fabricantes de otras partes del mundo llenarían ese vacío. Alemania no aceptará prohibir los motores de combustión”.
Volker Wissing, Ministro de Transportes, ha apuntado que la prohibición no es razonable y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de usar combustibles sintéticos para lograr el objetivo de reducir las emisiones de carbono planteado por la UE. Razón por la que, previamente, habían pedido una exención destinada a los motores alimentados por los e-fuels.
La industria del motor en Alemania
La prohibición obligaría a la industria automotriz alemana a acelerar sus planes de electrificación y los grupos de presión han advertido que esto podría traducirse en la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo en el sector. Según las estimaciones, en la próxima década, una décima parte de los 830.000 puestos de trabajo relacionados con la fabricación de automóviles están potencialmente en peligro.
Para la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) la decisión ha sido tomada “contra los ciudadanos, contra el mercado, contra la innovación y contra las tecnologías modernas”. ¿Y las marcas? BMW no planea interrumpir el desarrollo de motores de combustión interna en el corto plazo, pero hay quien ha dado la bienvenida a la medida de Bruselas. Volkswagen, a través de su CEO Ralf Brandstätter, aseguraba que la votación “muestra que el cambio a la electromovilidad es irreversible” mientras Mercedes, por ejemplo, se ha comprometido a ser totalmente eléctrica en 2030.
Italia y Francia
Alemania no es el único país que ha mostrado su rechazo a la medida de la Unión Europea. Aludiendo a los posibles daños económicos que puede causar, miembros del gobierno de la República Checa, Italia y Francia también han desvelado su oposición. Cabe recordar que estos dos últimos países son, junto a Alemania, las tres mayores economías de Europa.
Francia, por ejemplo, propone dejar fuera de la norma a los coches híbridos enchufables y la Plateforme automobile (PFA) calcula que su industria podría perder 100.000 empleos para 2035: la mitad de su fuerza laboral. Del mismo modo, cree que se necesitarían 20.000 millones de euros para lograr la tecnología e infraestructura necesarias para alcanzar las metas de la UE.
Italia apuesta, también, por soluciones alternativas como los combustibles sintéticos y por establecer una serie de exenciones a través de lo que algunos han bautizado como ‘Enmienda Ferrari’. O lo que es lo mismo: incluir a las series limitadas de determinadas marcas en las excepciones de la norma.