Día sí, día también, conocemos un nuevo avance, o una nueva inversión millonaria de un fabricante de coches, que nos acerca a un futuro en el que los coches eléctricos serán más ligeros, tendrán más autonomía y, al menos teóricamente, deberían también ser más baratos.
Polestar acaba de anunciar su inversión en la compañía israelí StoreDot, cuya hoja de ruta para lanzar una nueva generación de baterías, ilustra perfectamente el futuro del coche eléctrico. Mercedes-Benz anunciaba también estos días el estreno en su nuevo Mercedes EQG – el Mercedes Clase G eléctrico – de sus primeras baterías con ánodos de silicio.
¿Pero qué su pondrán todas estas tecnologías para los conductores? ¿Veremos coches eléctricos más baratos y con mayor autonomía? ¿Cuándo?
Baterías con ánodos de silicio
Las baterías con ánodos de silicio prometen una mejora sustancial en la densidad energética, lo que quiere decir que serán capaces de almacenar más energía en un menor espacio, y con una masa menor que las baterías actuales. Por si no fuera poco, prometen también cargas más rápidas.
StoreDot espera producir baterías con ánodos de silicio en 2024, con las que conseguirían una densidad aproximada de 300 Wh/kilogramo. Si una batería de 100 kWh de un Tesla tiene una masa alrededor de los 590 kilogramos, las baterías con ánodos de silicio de StoreDot permitirían conseguir esos mismos 100 kWh con una masa de 333 kilogramos. Esta tecnología también permitirá, según prometen sus creaadores, recargar una autonomía de 160 kilómetros en solo 5 minutos, mediante cargas ultra-rápidas.
Si no existen contratiempos en su desarrollo, Polestar estrenará estas baterías en 2026. Mercedes-Benz hará lo propio incluso antes, con el lanzamiento del Mercedes Clase G eléctrico entre 2023 y 2024.
La batería de estado sólido llegará en esta década
La batería de estado sólido presenta grandes retos, pero también promete el verdadero salto cualitativo para las baterías para coches eléctricos. Teóricamente, por simplificar el coste de su producción, deberían ser más baratas, más ligeras, ofrecer más autonomía y tiempos de carga ultra-rápidos.
Según todas las previsiones de fabricantes, y desarrolladores de baterías, la batería de estado sólido debería llegar a los concesionarios en la presente década. StoreDot espera estar produciendo baterías de estado sólido en 2028, en las que se alcanzaría una densidad aproximada de 450 Wh/kilogramo, de manera que una batería de 100 kWh podría marcar en la báscula apenas 222 kilogramos y recargar una autonomía de 160 kilómetros en 3 minutos.
2028 también será el año en el que Renault y Nissan produzcan a gran escala baterías de estado sólido, mientras que BMW ha anunciado que en 2030 lanzarán su primer eléctrico con batería de estado sólido.
Baterías libres de litio
El siguiente gran salto cualitativo, que sin duda llegará con las baterías de estado sólido, pasa por implementar el litio metálico en el ánodo – que tiene una capacidad de alojar iones de litio diez veces superior a la del ánodo de grafito de las baterías actuales – e incluso dar el salto para crear baterías libres de litio, reduciendo la complejidad de su producción, e incluso la dependencia del litio y otras materias primas que plantean problemas en su extracción y procesamiento, e incluso grandes retos que atañen a la geoestrategia y las relaciones entre los estados.
Los investigadores de CIC energiGUNE, que durante más de diez años llevan desarrollando soluciones de almacenamiento de energía electroquímica y térmica, confían en que la posibilidad de que las baterías de estado sólido comiencen a utilizarse en automóviles en cuatro o cinco años es real. Y no solo eso, que las baterías de estado sólido permitirán crear, en un plazo relativamente corto, baterías libres de litio.
StoreDot espera que sus baterías libres de litio entren en producción en 2032, almacenar 100 kWh en una masa de 182 kilogramos y recargar energía suficiente para recorrer 160 kilómetros en solo 2 minutos.