Cuando uno piensa en un coche eléctrico y sus capacidades y prestaciones puede tender a imaginar que estas responden a una sencilla fórmula matemática. Cuanto mayor sea la capacidad de la batería, mayor será su autonomía. Pero también sabemos que la energía que es capaz de almacenar una batería y, por lo tanto, los kilómetros que nos permitirá recorrer sin parar a recargar, o incluso la potencia y las prestaciones que serán capaces de desarrollar los motores eléctricos, es directamente proporcional al espacio que ocupará y la masa que supondrá en el conjunto de un automóvil.
Pero en el rendimiento de un coche eléctrico influyen notablemente otras cuestiones, un conjunto de sistemas eléctricos y, sobre todo, una optimización de la gestión térmica y de la energía que, en última instancia, requiere de componentes sofisticados y de calidad (hardware) y de una lógica de funcionamiento que asegure el máximo rendimiento de los componentes (software).
Para conseguir buenos coches eléctricos, con buenas prestaciones, y una gran autonomía, es necesaria una optimización de la gestión térmica y de la energía, componentes físicos y líneas de código. Desde estas líneas reconocemos que, sin duda, esta es una de las grandes virtudes de marcas como Tesla. Y ahora Volkswagen nos revela que ese está siendo uno de los puntos en los que ha puesto el foco y el trabajo de sus equipos de desarrollo, para asegurar el rendimiento de su nueva generación de automóviles eléctricos.
El corazón y el cerebro de la nueva generación de Volkswagen
Sin proporcionar demasiados datos, Volkswagen nos cuenta que su objetivo es dotar a su nueva generación de automóviles eléctricos de sistemas integrados y, sobre todo, diseñados por Volkswagen. Sus desarrolladores están trabajando en inversores de pulso y sistemas de refrigeración integrados, que deberían emplearse en toda la oferta de vehículos eléctricos de las marcas del Grupo Volkswagen, en turismos modestos, en turismos de gama alta, e incluso deportivos, que estarían disponibles en la próxima generación de la arquitectura MEB.
Volkswagen apunta también que están trabajando en nuevas soluciones integradas, acabar con sistemas térmicos y de refrigeración individuales y separados, acoplados por conectores, cableados y conductos. Por ejemplo, su objetivo es que el dispositivo que gestione el rendimiento térmico y la refrigeración de los sistemas eléctricos integre también el climatizador, lo que no solo permitiría ganar eficiencia sino también ofrecer potencias de carga superiores y, por lo tanto, cargas significativamente más rápidas.
Y eso no es todo. Volkswagen ya está trabajando en un diseño de celda de batería unificado, que debería ser el único que utilicen todos los modelos del Grupo Volkswagen a partir de 2025.