Fue hace escasos días cuando mi compañera Elena os habló sobre los inconvenientes del coche eléctrico, y con los que seguro que muchos de vosotros comulgáis. Pues bien, ahora llego yo como el malo de la película -o el bueno, según cómo lo veáis- para desmantelar esa capa de odio hacia el vehículo eléctrico con 5 claves. Y es que ni todo es tan maravilloso ni todo es tan horrible, y el coche eléctrico cuenta con 5 ventajas que lo hacen mejor que coches gasolina y diésel.
1. No contamina -o casi nada-
Uno de los motivos por los que el coche eléctrico nació fue para poner fin a la abrasiva contaminación producida por el sector del automóvil. Aunque bien es cierto que la movilidad eléctrica no emite CO2 al uso, producir la energía eléctrica que la mueve sí. Esto ha generado mucha controversia, pero digamos que, de igual forma, el coche eléctrico es menos contaminante que un coche de combustión.
Así que el hecho de conducir un vehículo totalmente electrificado ayuda a reducir las emisiones de CO2 que llegan a la atmósfera.
2. El silencio y el confort por bandera
Es innegable que, de momento, el coche eléctrico tiene más sentido en la ciudad, pero eso no debe ser contemplado como algo negativo. Primero porque el consumo de este va a ser inferior en el entorno urbano que en carretera abierta, principalmente por las constantes frenadas y deceleraciones, encargadas también de nutrir a la batería.
A esto debemos sumarle la vacuna contra el bullicio y el tráfico urbano: la tranquilidad que aporta el coche eléctrico. Y es que no tener un ruido de motor y tener una respuesta suave sin la intervención de sistemas como el Start-Stop ayudan a que la conducción sea más relajada, así como a aumentar el confort de marcha.
3. Ventajas fiscales
Ayudar a no contaminar tiene sus beneficios, beneficios que, por ejemplo, no experimentan ni los coches gasolina ni diésel. El primero de ellos es que, al menos en España, la compra de un coche eléctrico está exenta del impuesto de matriculación, concretamente de la todo coche que no supere los 120 g/km de CO2.
Además, la etiqueta CERO de la DGT se ha convertido en un ansiado distintivo, y solo cuentan con este los PHEV y los 100% eléctricos. Además de poder acceder a las Zonas de Bajas Emisiones de los mayores núcleos urbanos -y antes de 2023 en los de todo municipio con más de 50.000 habitantes-, estos están exentos de pagar la zona SER de aparcamiento y carecen de límite de tiempo, pudiendo permanecer gratuitamente estacionados tantas horas como uno guste.
4. Menor complejidad mecánica
Con el coche eléctrico olvídate de cambios de aceite, correas de distribución, filtros, EGR y de un sinfín de elementos mecánicos. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que en el vehículo 100% eléctrico no hay ni uno de ellos, ni si quiera hay caja de cambios, o al menos en la mayoría de modelos esta no está presente.
Esto se traduce una mecánica mucho más sencilla y simple que, pese a no estar exenta de sufrir problemas, su mantenimiento se reduce considerablemente. Y es que las revisiones -salvo males mayores- se volverán menos complejas, así como el gasto que ello implicará para nuestro bolsillo, teniendo que preocuparnos, fundamentalmente, de cambiar ruedas y pastillas de freno.
5. Ayudas del Gobierno
Por norma general, hoy en día no se presta ninguna ayuda al ciudadano de a pie para adquirir un vehículo diésel o gasolina. Esto se debe a que se busca incentivar la adquisición de coches electrificados, tales como los híbridos enchufables o los 100% eléctrico. ¿Cómo? Con ayudas como el Plan MOVES III.
Pese a que contamos con una extensa guía en la que se explican todos los aspectos del Plan MOVES III, debemos tener en cuenta que, en caso de adquirir un vehículo eléctrico, podemos obtener ayudas para su compra de hasta 7.000 euros, dejando una factura final mucho más atractiva e incluso pareja a la de un coche de combustión equivalente.
(+1) Una aceleración fulgurante
Aunque bien es cierto que existen coches eléctricos con todo tipo de rangos de potencia, todos se encuentran cortados por un mismo patrón. Me refiero a la entrega de par instantánea, provocando, en determinados casos, aceleraciones estratosféricas.
Siendo más concreto, un Porsche Taycan Turbo S, con 761 CV y 1.050 Nm de par, acelera de 0 a 100 en tan solo 2,8 segundos. Yendo a un terreno más mundano, nos topamos con vehículos como el Tesla Model 3 Gran Autonomía, versión que firma el 0 a 100 en 4,4 segundos.
No, no es una ventaja que nos permitirá ser los más rápidos entre semáforo y semáforo, sino que nos servirá para salir airosos de circunstancias en la carretera peligrosas. Por ejemplo, a la hora de realizar una incorporación o un adelantamiento, o tener que zafarnos de un posible accidente, esa aceleración instantánea podría ser crucial, y es algo que un coche de combustión no te da excepto en vehículos realmente potentes, cuando en el coche eléctrico suele ser aplicable en modelos de todos los rangos.
