Los coches eléctricos afortunadamente tienen cada vez más relevancia en el sector transporte y se refleja en una demanda considerable de parte de los consumidores, pero esto tiene un trasfondo que no se debe olvidar y es que la producción de los coches eléctricos dependen de componentes electrónicos. Estos componentes, como son los chips o semiconductores, son esenciales para el funcionamiento de los sistemas que mueven a estos coches.
Un ejemplo de este caso es Nio, fabricante de vehículos eléctricos, que ha estado trabajando en el desarrollo interno de chips clave para la producción de coches eléctricos, inclusive están desarrollando los que necesitan para la conducción autónoma, la meta es que puedan desarrollar de forma masiva estos componentes en los próximos 2 años.
¿Además de Nio qué otros fabricantes de coches están padeciendo este problema?
Nio es una empresa grande y tiene más de 6.000 patentes registradas, divulgadas o concedidas bajo licencia en todo el mundo, y se ha centrado en una estrategia de investigación interna completa, buscando la innovación tecnológica en pro de mejorar la experiencia de usuario de sus clientes. Los fabricantes de coches eléctricos en Alemania también están viviendo en carne propia los mismos problemas para obtener suministros de chips, lo que ha provocado la paralización de algunas de sus líneas de producción.
La escasez de chips ha afectado por poner algunos ejemplos la producción de los modelos CUPRA Born, Volkswagen ID.3 y Volkswagen ID.4, también el Audi Q4 e-tron. Estos últimos se fabrican en las plantas de Zwickau y Dresde. Se estima que al menos 5.000 coches están dejando de producirse por esta causa. Pero esto no termina aquí, la industria europea del sector transporte también tiene que lidiar con la transición hacia la movilidad eléctrica, la competencia de otros mercados y la formulación de normativas que contemplen el respeto al medio ambiente.
El gobierno alemán está tratando de reducir su dependencia de los proveedores asiáticos y estadounidenses de semiconductores y darle una vuelta a toda su cadena de suministro.
¿Cuál es la causa de la falta de suministros de chips?
La crisis de los chips tiene su origen en la pandemia del Covid-19, esta emergencia sanitaria sin duda alteró la demanda y la oferta de estos componentes a nivel mundial. Por un lado, el confinamiento y el teletrabajo impulsaron el consumo de dispositivos electrónicos como ordenadores, consolas, móviles o tabletas, que también requieren de chips. Además, la paralización o ralentización de las actividades económicas provocó una caída en la demanda de coches, lo que llevó a los fabricantes a reducir sus pedidos de chips.
Ante este contexto los proveedores de chips priorizaron a otros sectores que en ese momento eran más rentables y tenían mayor demanda que el automotriz, como el tecnológico o el médico. Pero no solamente ese fue el problema, debemos recordar también que las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China dificultaron el acceso a algunos mercados y materias primas para la fabricación de chips.
Cuando la situación se fue normalizando los fabricantes se encontraron con un problema: no había suficientes chips para satisfacer sus necesidades. Para lograr una solución satisfactoria se necesita una mayor colaboración entre los diferentes actores de la cadena de suministro: fabricantes, proveedores, gobiernos y consumidores.
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