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¿Y si el futuro de los coches eléctricos estuviera en el pasado? La batería de Thomas Edison con 1.600 km de autonomía

Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha conseguido mejorar el rendimiento de una batería de níquel-hierro, desarrollada inicialmente por Thomas Edison hace más de un siglo para su uso en vehículos eléctricos. Esta tecnología creada por Edison se adelantó a su tiempo y había perdido interés a mediados de la década de 1970.

Sin embargo, el profesor Hongjie Dai, del departamento de química de la universidad, y su equipo decidieron afrontar los retos de esta vieja tecnología y consiguieron mejorar su rendimiento. Los investigadores solucionaron los principales inconvenientes de la batería de Edison, como la lentitud de carga y la baja velocidad de descarga, lo que la convierte en una opción más viable para los vehículos eléctricos actuales.

Gracias a la invención de Edison, se ha creado algo absolutamente genial

El equipo ha creado una batería ultrarrápida de níquel-hierro que puede cargarse completamente en unos dos minutos y descargarse en menos de 30 segundos. Este importante avance tiene el potencial de revolucionar la energía de los vehículos eléctricos, haciendo realidad la visión inicial de Thomas Edison sobre los vehículos eléctricos hace más de un siglo.

Los investigadores aumentaron significativamente las velocidades de carga y descarga de la batería, convirtiéndola en una opción viable para alimentar vehículos eléctricos. Este avance podría marcar el comienzo de una nueva era de baterías asequibles y de alto rendimiento para vehículos eléctricos, cumpliendo el objetivo original de Edison y satisfaciendo la necesidad actual de una opción de transporte más limpia.

Los diferentes usos y aplicaciones que tendrá la batería de Edison

El equipo de Stanford espera dar una nueva vida a la batería de níquel-hierro de Thomas Edison. Edison comercializó originalmente esta batería recargable a principios del siglo XX e incluso se utilizó en coches eléctricos hasta principios de la década de 1920. Esta tecnología también se utilizó para proporcionar energía de reserva a ferrocarriles, minas y otras industrias.

El diseño básico de la pila de Edison consiste en dos electrodos – cátodo de níquel y ánodo de hierro – colocados en una solución alcalina. El profesor Dai destacó que tanto el níquel como el hierro abundan en nuestro planeta y, en su mayoría, no son tóxicos.

El equipo de Stanford empleó una nueva técnica para cultivar nanocristales de óxido de hierro sobre grafeno y nanocristales de hidróxido de níquel sobre nanotubos de carbono. Este proceso creó fuertes enlaces químicos entre las partículas metálicas y los nanomateriales de carbono. Como las cargas podían moverse rápidamente entre los electrodos y los circuitos externos, la batería modificada mejoró increíblemente su rendimiento. Era capaz de cargarse y descargarse en cuestión de segundos, haciendo realidad la visión original de Edison de una batería de níquel-hierro como fuente de energía para vehículos eléctricos.

Más información: movilidadelectrica.com

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Emmanuel Jiménez

Fan desde los 5 años de conducir y pilotar cualquier cosa que tenga ruedas o vuele, con motor o sin él. Seguir leyendo...

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