La transición hacia el coche eléctrico plantea no pocos problemas, entre ellos, el de la materia prima necesaria para construir las baterías suficientes para cubrir la demanda global de coches eléctricos.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia también ha puesto de relieve otros problemas que atañen a la transición hacia el coche eléctrico, empezando por la dependencia energética de la Unión Europea – del gas y los hidrocarburos rusos – que debería propiciar la transición verde y continuando con la dependencia de materias primas que, como el níquel, o el litio, son necesarias para fabricar baterías y, por ende, vehículos eléctricos.
Ahora bien, ¿hay suficiente litio y níquel para todos? ¿hasta cuándo?
Hay suficiente litio y níquel para todos
Según publica Transport & Environment, que ha analizado las necesidades de la producción de baterías para coches eléctricos y la capacidad de producción global de litio y níquel, su estimación apunta a que podrían fabricarse baterías para producir hasta 14 millones de coches eléctricos en todo el mundo en 2023. Y se podrían alcanzar estas cifras incluso prescindiendo de la producción de litio y níquel de Rusia.
Esas mismas estimaciones proponen que en 2025 se podría disponer de suficiente materia prima para producir 21 millones de vehículos eléctricos.
Hablamos de cifras que superan, con creces, los objetivos de producción y venta de coches eléctricos que se han marcado para 2023 y 2025, de 9 millones en 2023 y de 14,2 millones en 2025 (según la consultora LMC / Reuters). Y cifras que, por supuesto, superan las de las ventas de vehículos eléctricos del pasado año, que alcanzaron los 4,2 millones de unidades a nivel global.
Hay suficiente litio y níquel, ¿hasta cuándo?
En cualquier caso es importante hacernos eco del problema que también plantea Transport & Environment y que conmina a las autoridades europeas a tomar cartas en el asunto. El primero, y más urgente, el de reducir la dependencia europea del combustible fósil – y por ende del procedente de Rusia. El segundo, enfocarse en asegurar la extracción y procesamiento – y reducir la dependencia externa – de materias primas necesarias para la transición verde.
La transición energética que ha propuesto la Unión Europea requerirá de un incremento exponencial de la producción y venta de vehículos eléctricos, baterías para coches eléctricos y, por ende, suficiente suministro de materias primas para producirlas. En 2035 se ha propuesto prohibir la venta de coches con motor de combustión interna y, por lo tanto, la dependencia de baterías y de las materias primas necesarias para elaborarla deberá ser suficiente para cubrir toda la demanda de automóviles de Europa.
Por suerte, en los próximos años se espera la llegada al mercado de tecnologías tan prometedoras como la batería de estado sólido, que no solo supondrá el lanzamiento de coches eléctricos más económicos, con mayor autonomía y tiempos de carga más reducidos, sino que también abrirá la puerta a la producción de baterías que nos permitan prescindir de materias primas como el litio.