Los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) y, sobre todo, los patinetes eléctricos se han convertido en un elemento más del paisaje urbano. Su creciente presencia ha obligado a las autoridades a diseñar una legislación concreta para este tipo de movilidad con el fin de mejorar la seguridad vial. Al hilo de este último punto se ha introducido, entre otras medidas, la tasa cero de alcohol para los menores: este no es el único frente abierto. Algunas empresas ya incluyen un test de reacción, es decir, pruebas cognitivas que no permiten alquilar un patinete bajo los efectos del alcohol.
Son dos compañías de alquiler de patinetes eléctricos compartidos las que han apostado por esta medida: Bolt que opera en Barcelona, Madrid, Sevilla y Málaga o Voi, presente en varios países de Europa y en diferentes ciudades españolas. Ambas han añadido a sus vehículos un test de reacción que impide iniciar la marcha si el usuario no supera la prueba porque está bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Los test de reacción
¿Qué es un test de reacción? Se trata de una prueba que mide los reflejos del conductor ya que se considera que el alcohol y las drogas afectan a la velocidad de reacción. El método es semejante en ambas: aparecen una serie de imágenes a diferentes ritmos y frecuencias que el usuario debe pulsar cumpliendo unos parámetros. Si se salta la prueba o supera un determinado umbral de tiempo, la aplicación no desbloqueará el patinete y no podrá circular con él.
Esta especie de alcoholímetros digitales pretenden poner coto a una práctica que está penada con las mismas sanciones que puede recibir el conductor de un coche o de una moto: conducir bajo los efectos del alcohol o de la droga. Las multas son idénticas si se superan los límites permitidos, que no cambian: 0,25 miligramos por litro en aire espirado o 0,5 gramos por litro en sangre, menos para los noveles y profesionales que es de 0,15 miligramos por litro en aire espirado y de 0,3 gramos por litro en sangre.
Aparcar el patinete
Por otro lado y con el objetivo de adecuarse a las nuevas normativas, las empresas de patinetes eléctricos compartidos han implementado otras fórmulas para que el manejo de sus vehículos sea completamente legal. Un sistema verifica, a través de una serie de fotografías, si se ha aparcado correctamente. Si no es así, la aplicación indica cómo debe dejarlo y si se trata de un conductor reincidente (tres estacionamientos ilegales) recibirá una sanción. Cabe recordar que esta infracción está sancionada con una multa de 200 euros.
Circular por las aceras
Finalmente, compañías como Bird han apostado por fórmulas que impedirán que sus usuarios circulen por la acera o por zonas peatonales incumpliendo la ley. Cuando el patinete detecta que se está moviendo por un área prohibida para él, emite un sonido de aviso y la aplicación manda una notificación al móvil del conductor para que corrija su trayecto: si ignora el mensaje, el sistema podrá, de forma controlada, rebajar la velocidad del patinete hasta detenerlo por completo para impedir su uso.