No resulta nada sencillo imaginar cómo serán las ciudades del futuro. Un futuro que cada vez está más próximo, a unos años vista. La ciencia ficción ayuda, pero estaréis de acuerdo conmigo en que pronosticar un futuro como el que nos mostraron películas como Blade Runner, El Quinto Elemento o Yo, Robot no haría otra cosa que aumentar nuestro escepticismo.
Ahora bien, analicemos lo que está sucediendo y pongámoslo en perspectiva. Imaginemos por un momento en que muchos conductores, que este año han estrenado un coche nuevo, seguirán con su coche cuando se produzcan todos estos cambios. Seguirán con su coche cuando las ciudades hayan sido dominadas por los coches eléctricos, cuando muchos de ellos viajen sin conductor, cuando las compras que hagas por internet lleguen a tu casa en un dron y cuando acudas a una cita, o a una reunión, en un dron de Uber volador y sin conductor.
¿De verdad estamos tan cerca de ese futuro que, hasta ahora, solo era posible en el cine de ciencia ficción?
El coche autónomo ya está aquí
El coche autónomo ya no es el futuro, es el presente. Los primeros coches autónomos ya están rodando, de momento en pruebas piloto, en Estados Unidos. El presente lustro marcará el verdadero despegue del coche autónomo. En los próximos años habrá miles de vehículos autónomos trasladando pasajeros en muchas grandes ciudades. Empresas como Uber y Lyft ya han firmado contratos para crear flotas de miles de vehículos autónomos antes de 2025. Recientemente, os contábamos el proyecto de Volkswagen, que prevé poner en circulación miles de vehículos autónomos en 2025.
El coche autónomo ya está aquí. Aunque también hemos de ser muy conscientes de que su avance es progresivo, pero también lento. Aún habrá que esperar muchos años, tal vez décadas, para ver vehículos que puedan desplazarse sin intervención de un conductor, sin límites, y con garantías.
El coche autónomo que verás por la calle antes de que remplaces el coche que ahora tienes en tu garaje circulará sin conductor en un ámbito concreto y limitado. El escenario que nos están dibujando fabricantes de coches, y compañías de movilidad, pasa por el de vehículos que circularán sin intervención de un conductor en un espacio muy concreto, pero complejo, por ejemplo transportando pasajeros y carga en una gran ciudad.
Y pasa también por el de espacios más abiertos, y amplios, pero sencillos, por ejemplo en corredores, en autovías o autopistas, por las que un coche podrá circular con garantías durante cientos kilómetros sin la intervención de un conductor.
Muy pronto, la movilidad aérea urbana
Pero si el coche autónomo nos parece ciencia ficción, imaginemos por un momento que el cielo de las ciudades estará conquistado por vehículos de movilidad urbana aérea, drones gigantes, capaces de llevar a varios pasajeros, o híbridos entre un avión diminuto y un helicóptero.
No lo digo yo, lo dice Euisun Chung, presidente de Hyundai Motor Group, que espera que el 30% del negocio de la marca coreana esté representado por la movilidad aérea urbana. Hyundai espera, también, que el 20% de su negocio esté en la robótica, de ahí la adquisición de Boston Dynamics. Dentro de una década, el automóvil representará tan solo el 50% del negocio de Hyundai.
Uber se ha asociado con Hyundai para impulsar el negocio de la movilidad aérea urbana y ya están desarrollando prototipos, tanto de los vehículos que emplearán, como del negocio en toda su extensión. Uber dispondría de la plataforma de movilidad, de las bases terrestres, las conexiones y el soporte necesario para operar. Hyundai sería el fabricante, encargado de producir y desplegar los vehículos de movilidad aérea urbana.
Inmensos drones transportando pasajeros en la ciudad
En una primera fase, Uber y Hyundai confiarán en operadores humanos. Su movilidad aérea urbana empleará pilotos, que transportarán a los pasajeros. Pero su objetivo es acortar al máximo esa fase, para desplegar auténticos drones gigantes, sin piloto, ni operador, que trasladen a sus pasajeros.
Como os decimos, Hyundai y Uber aún están trabajando con prototipos. Pero su primer prototipo de vehículo de movilidad aérea urbana, presentado el verano de 2020, ya nos ofrece una visión muy clara de cómo podrían funcionar estos artefactos:
- Para ofrecer una movilidad urbana aérea con garantías, se trabaja en aeronaves que operarán a altitud de crucero superior a 300 metros, y a una altitud máxima de 600 metros.
- Serán vehículos eléctricos, con autonomía suficiente para trayectos de 100 kilómetros y tiempos de recarga completa entre 5 y 7 minutos.
- Utilizarán un sistema de múltiples rotores. Imaginemos de nuevo un dron gigante. Con múltiples rotores se minimiza el riesgo, la redundancia facilita que el fallo de un rotor, o incluso varios, permita a la aeronave mantenerse en el aire y maniobrar con garantías. Emplear más rotores, y más pequeños, también reduce el ruido, lo cual es imprescindible para que operen en las ciudades.
- Combinarán el concepto del helicóptero y el avión, con sistemas de rotores y alas plegables, que permitan despegues verticales en espacios muy reducidos, y velocidades de crucero altas.