Un cargador de coche eléctrico cada 60 kilómetros, el próximo paso para su asentamiento. La decisión de poner como fecha límite el año 2035 para la total erradicación del coche de combustión no podía llegar sola, y decisiones como la que hoy nos ocupa dan constancia de ello. Así, Europa, en busca de asentar al coche eléctrico como única opción plausible, exige una reda de cargadores generosa y eficiente. Eso deriva en la presencia de un cargador cada 60 kilómetros en las autovías y autopistas de la red transeuropea de transporte (TEN-T), pero habrá mucho más.
Así lo plantea la Unión Europea en busca de concebir ese contexto claramente necesario para poder dar cabida al coche eléctrico de una manera total. Y es que, de lo contrario, sería completamente inviable cumplir con ese objetivo de un parque automovilístico de cero emisiones, movimiento en el que también participan los coches de hidrógeno, cuyo futuro está más claro.
El coche eléctrico tiene una nueva senda: un cargador cada 60 kilómetros
La Unión Europea obligará a los países miembro a establecer esta red de carga constituida por una «electrolinera» cada 60 kilómetros. Esta pauta exige la existencia de un punto de carga de 60 kilómetros en 60 kilómetros en la red transeuropea de transporte (TEN-T) principal y en los corredores secundarios. La red principal TEN-T se encarga de conectar por carretera los principales nodos, las principales ciudades, de la Unión Europea.
En el caso de los corredores, estos cubren las principales regiones europeas. En España nos encontramos con la red TEN-T principal, y los corredores secundarios, cubriendo las principales autovías. Será a lo largo de estas donde se extenderán los cargadores cada 60 kilómetros, pero hay más.
Y es que Europa ya tiene la hoja de ruta lista con la que aplicará una evolución al mismo ritmo que el aumento de la presencia del coche eléctrico en el mercado, que deberá ser total en 2035. Con esta premisa, en 2025 se exigirá en la TEN-T que cada uno de esos puntos de carga deberá tener 300 kW combinados y al menos un cargador de 150 kW.
A partir de 2030, la TEN-T se exigirá una potencia combinada de 600 kW y al menos dos cargadores de 150 kW. En los corredores secundario a partir de 2030 habrá potencia combinada de 300 kW y un cargador de 150 kW, mientras que llegado el año 2035 será necesario que la potencia combinada en esta red sea de 600 kW y la presencia de dos cargadores de 150 kW.
Así, la sentencia del coche de combustión está más que servida, dejando claras las pautas necesarias que se seguirán a lo largo de los próximos catorce años hasta el 2035, momento en el que todo este conglomerado -abierto a modificaciones y mejoras- será palpable, real y estará dispuesto a asentar al coche eléctrico con diligencia.