La transición climática y energética ha traído consigo la demanda de muchos materiales que son necesarios para hacerla posible. Por ejemplo, el litio, el cobalto, el níquel y otros materiales que se necesitan para las baterías de los coches o para turbinas y paneles solares. En la tierra ya empiezan a escasear, así que la nueva solución son las aguas profundas.
La minería en agua profundas es la solución de Noruega
Noruega es el primer país en aprobar la minería en aguas profundas. Esta minería es básicamente la extracción de metales y minerales sólidos del fondo marino, a unas profundidades de más de 200 metros. Por ejemplo, en el Océano Pacífico encontramos zonas plagadas de manganeso, níquel, cobre y cobalto entre otros.
Este tipo de minería ha comenzado a crecer ya que hay una demanda enorme de metales para la producción de energía limpia y la fabricación de baterías para coches eléctricos. Se estima que para 2040, esta demanda será del doble de materiales, lo que hace que tengamos que buscar otros medios para conseguir todos esos materiales sin dañar más la tierra.
No se daña más la tierra pero sí el océano
Lo cierto es que la minería en aguas profundas también es muy perjudicial para el medio ambiente. Esta minería puede provocar ruidos nocivos, vibraciones, columnas de sedimentos y contaminación lumínica, lo que hace que las poblaciones de especies marinas disminuyan en esas zonas y que se dañe el ecosistema.
Además, también hay un riesgo alto de fugas o derrames de productos químicos o combustibles utilizados en la extracción de metales, lo que supondría contaminar las aguas y los ecosistemas marinos.
Por otro lado, tampoco es cierto que no se dañe la tierra si implantamos la minería en aguas profundas. La minería terrestre va a seguir existiendo y se seguirá contaminando, y si aún encima aprobamos la minería en aguas profundas, estaremos contaminando la tierra y los océanos, por lo que, en general, habrá más contaminación. Esto puede provocar daños irreversibles a la vida y los sistemas marinos, según los científicos.
¿España aprueba la minería en aguas profundas?
No. De hecho, son muchos los países que se oponen a esta práctica. Entre ellos se encuentran: España, Francia, Alemania, Brasil, Nueva Zelanda, Canadá, Costa Rica, Chile, Panamá, Palau, Fiji, Reino Unido, Suecia, Irlanda y los Estados Federados de Micronesia. Estos países piden una moratoria, pausa o prohibición para la minería de aguas profundas.
Pero no solo los países están en contra de esta minería. Grandes fabricantes de coches como BMW o Volvo, e incluso Samsung, que fabrica baterías para sus dispositivos, se han negado a utilizar materiales que provengan de la minería de aguas profundas para evitar fomentarla.
Otras opciones para conseguir los metales necesarios
Está claro que para producir coches eléctricos necesitaremos sí o sí metales que debemos extraer de la Tierra. Sin embargo, podemos reducir la minería en gran medida si por ejemplo reutilizamos baterías viejas para extraer los materiales. De esta manera no tendremos que utilizar la minería ni contaminar para obtenerlos.
Puede que, si seguimos investigando en la tecnología del coche eléctrico, descubramos que podemos prescindir de estos materiales y que se pueden utilizar otros en los que en su proceso de extracción no se contamine. Pero como decimos, para saberlo tendremos que seguir investigando, lo que sí sabemos es que la minería en aguas profundas no es una solución.