La industria automovilística mundial tiene planes para reutilizar o dar un nuevo uso a las baterías viejas de los vehículos eléctricos, pero este plan se ve amenazado por la intensa competencia por los recursos y la demanda de coches asequibles. Las startups proponen varias soluciones para almacenar las baterías viejas de los coches eléctricos, pero lograr un ecosistema totalmente circular requiere un esfuerzo para superar retos como la necesidad de competir con los recicladores y restauradores, así como las limitaciones financieras a las que se enfrentan los consumidores.
La vida útil de las baterías de coches eléctricos
Hans Eric Melin, fundador de la consultora Circular Energy Storage, cree que la suposición de que las baterías de los coches eléctricos solo van a durar entre 8 y 10 años antes de ser sustituidas no es una realidad. La segunda vida de las baterías puede ser difícil de ejecutar, ya que los fabricantes de automóviles y otros actores compiten por la cuota de mercado.
La estrategia de utilizar baterías viejas de VE para alimentar vehículos comerciales, como autobuses y camiones, puede ser factible, pero no se espera que ocurra lo mismo con los coches de pasajeros. Aunque el concepto de almacenamiento de energía de segunda vida es sencillo, queda por ver si será práctico en un futuro próximo.
La segunda vida de las baterías de coches eléctricos y sus retos
Varias startups trabajan en este proyecto y han recibido financiación de inversores optimistas respecto a la economía circular. Además, grandes fabricantes de automóviles, como Mercedes y Nissan, han desarrollado sus propias operaciones para dar una segunda vida a las baterías de los vehículos eléctricos.
Uno de los mayores retos es la escasa disponibilidad de baterías viejas para vehículos eléctricos. Y no se espera que esta escasez se resuelva pronto. Al mismo tiempo, la edad media de los coches que funcionan con combustibles fósiles está aumentando, lo que indica que muchos coches eléctricos seguirán utilizándose aunque su tecnología de almacenamiento de energía se desgaste. Además, actualmente no existe un mercado para las baterías de segunda vida, aunque la startup alemana Fenecon prevé un aumento significativo de la disponibilidad de estas baterías en los próximos cinco años.
El tiempo dictará el veredicto
A medida que aumente la producción de energías renovables, se espera que la demanda de baterías usadas para el almacenamiento en red aumente significativamente. Para 2030, la capacidad mundial de baterías para almacenamiento de energía podría alcanzar los 680 gigavatios-hora, frente a los 16 gigavatios-hora de 2021.
En el Reino Unido, el Gobierno paga más de 1.000 millones de libras anuales para evitar que la energía eólica produzca un exceso de potencia. Esto se debe a la escasez de baterías, pero la solución pasa por la compra de baterías usadas de vehículos eléctricos dados de baja por las aseguradoras.
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