El mundo de la aviación es uno de los más difíciles de descarbonizar. Hacer un avión eléctrico es muy sencillo, pero hacer un avión eléctrico viable es una tarea que roza lo imposible, a causa del enorme peso de sus baterías – las barreras tecnológicas son prácticamente infranqueables. Aunque los jets comerciales apuesten abiertamente por el combustible SAF (Sustainable Air Fuel) de origen renovable, la innovación en aviación de cero emisiones no cesa, y fabricantes como Rolls-Royce siguen sin abandonar la idea de un avión 100% eléctrico.
Sí, Rolls-Royce. Su división aeronáutica es uno de los principales fabricantes mundiales de motores a reacción, que son montados en aviones comerciales por fabricantes como Boeing. No obstante, creen que en el mercado hay hueco para aviones eléctricos, al menos si hablamos de aviones de recreo y/o corto recorrido. Y es por ello que hace apenas unos días anunciaban a bombo y platillo el vuelo inaugural del «Spirit of Innovation», una ligera avioneta monoplaza propulsada por un potente motor eléctrico de 400 kW (544 CV) de potencia.
Este motor eléctrico accionaba una hélice, encargada última de mover a la aeronave. Ese motor eléctrico obtiene su energía de una batería de especificaciones no anunciadas. No obstante, Rolls-Royce afirma que esa batería tiene la mayor densidad energética jamás vista en una batería aeronáutica. El vuelo del «Spirit of Innovation» comenzó en la base aérea de Boscombe Down – perteneciente al Ministerio de Defensa de Reino Unido – y duró aproximadamente quince minutos. El vuelo fue todo un éxito: tuvo lugar sin sobresalto alguno en todas sus fases.
El proyecto del «Spirit of Innovation» es un proyecto conjunto entre Rolls-Royce, la startup de aviones eléctricos Electroflight y el fabricante de motores eléctricos YASA. Es parte de un programa llamado ACCEL (Accelerating the Electrification of Flight) y está financiado en gran parte por el Aerospace Technology Institute (ATI), de la mano de dos organismos públicos: el Department for Business, Energy & Industrial Strategy e Innovate UK. Su objetivo último es inspirar al público logrando un récord de velocidad para aviones de cero emisiones.
Este proyecto no solo sirve a Rolls-Royce como «greenwashing» o un éxito de relaciones públicas, tiene como objetivo contribuir al desarrollo de soluciones eVTOL. Es decir, servicios de taxi áereo de despegue vertical, una pata del negocio aeronáutico en la que todos los grandes agentes del sector parecen confiar una importante parte de su futuro. En estos momentos, Rolls-Royce ya está desarrollando junto a Tecnam – y la aerolínea Widerøe – una aeronave eléctrica de cero emisiones para vuelos regionales en zonas remotas de Escandinavia.