A la hora de comprar un coche eléctrico son muchas las dudas que pueden surgir: a pesar de llevar un tiempo recorriendo calles y carreteras, el funcionamiento de estos vehículos todavía genera interrogantes en muchos conductores. Buena parte de estas peguntas se concentran en el proceso de carga: por qué kW y no CV, precio, frecuencia, tipos… Y en este punto nos vamos a centrar: ¿qué tipos de recarga existen para un coche eléctrico?
En esta guía analizamos los diferentes modos (1, 2, 3, 4 y Ultrarrápida) para aprender a familiarizarnos con estos métodos. Esta es toda la información clave que necesitas conocer sobre los tipos de carga de un coche eléctrico.
Modo 1
Conocida también como carga convencional, es la que se lleva a cabo en una vivienda empleando la intensidad y el voltaje eléctrico contratados: 16 amperios y hasta 250 voltios, normalmente. Con estas cifras obtenemos una potencia eléctrica de 3,7 kW y si el punto es trifásico hablaremos de 11 kW y 480 V.
El Modo 1 exige un cable con un enchufe Schuko, es decir, los que se instalan en las casas: estos puntos son de fácil acceso, pero no tienen medidas de seguridad ni sistemas para prevenir el sobrecalentamiento. Para prevenir este fenómeno consecuencia de largos períodos de recarga (hasta ocho horas) habría que limitar la corriente máxima a 10 A (2,3 kW).
Razones por las que este tipo de carga es recomendable para vehículos como patinetes, bicicletas, cuadriciclos (como el Citroën AMI), etc. Más allá del ámbito doméstico es posible encontrar este tipo de cargas en parkings públicos o centros comerciales que ofrecen este servicio de forma gratuita.
Modo 2
El Modo 2 o carga lenta ofrece una potencia máxima de 7,4 kW en corriente monofásica y hasta 22 kW en trifásica con un máximo de 32 A por fase.
Es la configuración por la que apuestan la mayoría de puntos que se instalan en las plazas de un garaje comunitario. Cuentan con un conector o adaptador de recarga que dispone de protección diferencial y magnetotérmica además de mecanismos de seguridad con los que es posible configurar los parámetros de carga y controlar la fiabilidad de la conexión con el coche.
Modo 3
Este tipo de carga emplea 32 amperios de intensidad y 230 VAC (voltaje de corriente alterna) con los que ofrece una potencia eléctrica que puede ir desde los 7,4 kW hasta los 22 kW. Estos parámetros responden al proceso de carga que se lleva a cabo en los puntos específicos para coches eléctricos que están equipados con sistemas de protección tanto para la estación como para el vehículo.
Al tratarse de un cargador desarrollado y diseñado para la recarga de coches eléctricos, cuenta con su propia infraestructura y necesita un cable de Tipo 1, 2 o 3. En este caso podemos controlar varias funciones de la carga: comprobar la toma a tierra, verificar la conexión, seleccionar la potencia, armonizar la potencia para evitar picos, programar la carga para elegir el horario más económico, activar o desactivar la carga y monitorizar la carga.
Con el Modo 3 el tiempo se puede reducir a las tres horas e, incluso, a los sesenta minutos dependiendo siempre de la capacidad de la batería o de la potencia disponible. Es la opción que mayor ahorro permite, la que aconsejan los fabricantes y la que podemos encontrar en viviendas, centros de trabajo, en los puntos públicos, en las gasolineras, en los centros comerciales bajo pago…
Modo 4
La recarga rápida es la que más se parece al repostaje tradicional en una estación de servicio. Sin embargo, esa rapidez supone un hándicap para la vida útil de la batería: los fabricantes aconsejan recurrir a este tipo de carga de manera muy puntual para evitar su mayor deterioro.
El Modo 4 entrega la energía en corriente continua con una potencia de salida de hasta 50kW. En determinados casos es posible encontrar estaciones que ofrecen cargas rápidas en corriente alterna con una potencia máxima de salida de hasta 43kW. Con estas características es posible recuperar el 80% de una batería media en 20 o 30 minutos.
La recarga rápida sólo es posible con dos tipos de cable (el conector CCS Combo y el CHAdeMO) y dispone de sistemas de seguridad propios adaptados a su alto amperaje. Sus características exigen una red eléctrica adecuada e implican cierta complejidad de instalación: razones por las que existen menos ubicaciones en las que poder ubicar puntos de carga rápida.
Recarga ultrarrápida
Por encima de todos estos tipos de carga se encuentra la recarga ultrarrápida que emplea cargadores que entregan una potencia de salida de entre 80 kW y 150 kW en corriente continua. Si el coche eléctrico admite esta recarga, es posible recuperar su batería en poco más de cinco minutos dependiendo de la capacidad y potencias disponibles.