La Unión Europea sigue planificando su estrategia para prepararse ante los posibles cortes de suministro energéticos derivados, según reza en las últimas notas de prensa de la Comisión, de las acciones «del Kremlin utilizando sus exportaciones de gas como arma». Reducir el consumo energético, y buscar alternativas energéticas, se ha convertido en una cuestión existencial para países como Alemania, hasta el punto que podría dar al traste con algunos de los dogmas de la política alemana.
Alemania podría imponer límites de velocidad en las famosas Autobahn, en las que hasta ahora existen numerosos tramos no limitados, siendo uno de los pocos reductos del mundo en los que el conductor podía circular a cualquier velocidad a la que pudiera circular su vehículo, siempre y cuando pudiera hacerlo en condiciones de seguridad y el tráfico lo permitiera. La responsabilidad y la libertad del conductor frente a las prohibiciones y las restricciones.
Otro dogma está en juego. Alemania podría paralizar su cierre nuclear y prorrogar la vida de las tres centrales nucleares aún activas, que proporcionan alrededor del 11% de la electricidad del país y cuyo cierre estaba previsto para finales de este año (Deutsche Welle).
Límites de velocidad a cambio de prórroga a las nucleares
Aunque, en apariencia, la única conexión posible entre estos dos acontecimientos, la imposición de límites de velocidad en las Autobahn, y la paralización del cierre de las nucleares, sea la urgencia que ha provocado el escenario cada vez más posible de una crisis energética, derivada por la reducción de las importaciones de gas procedente de Rusia, estamos ante dos movimientos estrechamente conectados.
Desde el Wall Street Journal definían el movimiento como un trueque, un intercambio de animales o Kukhandel. Los verdes y los socialdemócratas en canciller Olaf Scholz aceptarían ceder una de sus líneas rojas y permitirían prorrogar el cierre de sus centrales nucleares, recibiendo a cambio una cesión de los democristianos, que aceptarían imponer límites de velocidad en los tramos que hasta ahora no disponen de límites en las Autobahn.
En la cancillería alemana estarían, en estos momentos, analizando los resultados de las pruebas de estrés que se están realizando sobre el sistema energético para considerar la posibilidad de prorrogar la vida de sus centrales nucleares y evitar que el sistema eléctrico colapse ante un eventual corte total y prolongado del gas ruso.
La suerte está echada para los tramos sin límite de las Autobahn
Pero si miramos atrás comprobaremos que la crisis energética que se ha derivado de la invasión de Ucrania iniciada por Rusia en febrero no ha hecho otra cosa que precipitar algunos acontecimientos que ya venían planificándose desde hace tiempo. La victoria de Scholz en las elecciones federales de septiembre de 2021 vaticinaban una de las medidas que hoy se emplearán como moneda de cambio para prorrogar las nucleares. Los verdes llevaban tiempo proponiendo en su programa eliminar los tramos sin límite de las Autobahn y los socialdemócratas, que habían acogido la preocupación medioambiental en sus programas, se mostraban también partidarios de imponer límites de velocidad.
Los democristianos, que ahora podrían aceptar estos límites a cambio de prorrogar las nucleares, defendieron los tramos sin límite de velocidad de las Autobahn bajo el argumento de «la libertad de movilidad frente a las restricciones y las prohibiciones que apoyan los verdes» (The Local.de).
Mientras la Unión Europea trata de aglutinar el máximo consenso posible en medidas que aboguen por reducir el consumo energético de los estados miembros, y anticiparse a un posible corte del gas ruso, todo apunta a que Alemania tendrá que decidirse muy pronto y anunciar si prorrogará las centrales nucleares que aún siguen activas y si acabará con uno de sus grandes símbolos, el de los tramos sin límite de velocidad de las Autobahn.