La prohibición de los motores de combustión interna en Europa a partir de 2035 está más en el aire que nunca, especialmente tras el último movimiento efectuado por Alemania e Italia. Y dentro de toda esta discusión, hay un elemento clave que es el principal punto de discordia, los combustibles sintéticos. Tanto es así que, incluso marcas rivales como Porsche y Ferrari, se han unido para conseguir que la gasolina sintética sea capaz de sortear la prohibición de 2035 para que así los motores térmicos no estén condenados a la desaparición.
Pese a un primer acuerdo para la entrada en vigor de la prohibición en 2035, con el paso de los meses han comenzado a ganar fuerza ciertas voces críticas que quieren incorporar una alternativa a esta prohibición, incluso ahora que muchos fabricantes ya se han sumergido en colosales planes de transformación para su total electrificación.
Alemania e Italia se han alzado ahora como los países impulsores de esta revisión, poniendo el foco en los combustibles sintéticos como tecnología alternativa gracias a sus emisiones neutrales en CO2. Y es ahí donde las firmas Porsche y Ferrari se muestran más protagonistas, especialmente la primera al abanderar un proyecto de generación de gasolina sintética en Haru Oni (Chile) y el uso de este combustible en diferentes competiciones.
Teniendo en cuenta que la gasolina sintética se produce gracias a captación de CO2 de la atmósfera y energías renovables, su uso en motores térmicos no implica la generación de más CO2, de ahí que se le denomine como una tecnología de emisiones neutrales. En un primer momento Europa ya se pronunció sobre este tipo de combustibles, prohibiéndolos para 2035 como cualquier otro tipo de combustible que sirva para alimentar mecánicas de combustión interna. Pero poco después dejó una puerta abierta a un estudio de viabilidad real conforme nos acercásemos a 2035, para ahora ser el principal objeto de debate si se quiere tener garantías de que la ley salga adelante.
Sea como fuere, lo cierto es que el momento para abordar este debate solo genera aún más incertidumbre. De un lado la industria del automóvil ve peligrar las enormes inversiones que se están realizando para apostarlo todo al coche eléctrico, de otro lado el consumidor vuelve a recibir un mensaje sumamente confuso sobre qué coche debería comprarse, terminando con la realidad del combustible sintético, y es que en la actualidad se trata de una tecnología que está muy lejos de poder sustiuir a la gasolina y el diésel convencional aunque ya sepamos que se estime un precio en el entorno de los 2 euros por litro.
Fuente: AutomotiveNews