¿Quién no ha sufrido viajando en los estrechos asientos de un avión? El espacio disponible para los pasajeros – al menos en Economy y sobre todo en compañías de bajo coste – suele ser uno de los mayores problemas del viajero en los aviones.
En los últimos años, las aerolíneas y las compañías que diseñan el interior de las aeronaves se las han ingeniado para crear configuraciones que maximicen el aprovechamiento del espacio, para instalar más filas, pero también para mantener un espacio razonable para los pasajeros, empleando diseños de asientos más compactos, o respaldos más finos.
Pero la solución más transgresora llegaría con una configuración de asientos completamente diferente, la del asiento de dos pisos que nos propone Alejandro Núñez Vicente, un joven ingeniero español que ha pensado en un formato que espera permita «hacer la clase económica mejor para todos los viajeros que no puedan permitirse vuelos más caros».
La configuración de asientos en dos pisos
Más allá de la ventaja que ofrece esta configuración de asientos, para instalar más plazas en un vuelo, su creador defiende esta idea como una solución para mejorar el confort de los pasajeros, sin encarecer el precio de los vuelos. Aunque a priori la sensación que ofrezca esta configuración de asientos pueda ser un tanto claustrofóbica, la posición de los asientos podría facilitar disponer de más espacio para las piernas – al menos en las plazas inferiores – e inclinar más el respaldo – al menos en las plazas superiores que no están bloqueadas por una pared posterior (ver simulación en 3D SEAT Map).
Pero la realidad de esta idea de configuración de asientos en dos pisos (Antena3.com), que habría recibido inversiones de la compañía AIRE (Aircraft Interiors Refurbishment España), es la de una industria, la de la aviación, que afrontará grandes retos en los próximos años, derivados sobre todo de la necesidad de reducir su impacto medioambiental, su huella de carbono.
Desde hace tiempo os venimos contando cómo la industria de la aviación no podrá reducir su huella de carbono mediante la electrificación, como sí sucederá con el transporte terrestre, de manera que el uso de combustibles más sostenibles, o incluso sintéticos neutrales, se antoja como la única opción posible.
Eso nos lleva a un escenario en el que los viajes en avión, necesariamente, acabarán encareciéndose, y trasladar más pasajeros por vuelo será la única solución posible, para hacer vuelos más sostenibles, y para seguir permitiendo que los vuelos sean accesibles para todos los ciudadanos.