Si hay que confiar en que la descarbonización tenga algún futuro en las decisiones que tomen los políticos y directivos del mundo, no se puede decir que haya optimismo. Por contra, la originalidad y creatividad del ser humano sí dan motivos para ser positivo. Concretamente, la creatividad de estos investigadores de Dinamarca que han formado la startup Again Bio y que han modificado genéticamente una bacteria para que sea capaz de alimentarse de los gases de escape, y producir vinagre.
Consumiendo deshechos
La clave de esta bacteria es que es capaz de convertir deshechos en productos que pueden ser útiles para producciones posteriores. En este caso, lo que se consume son los gases de combustión industriales.
Concretamente en el proyecto piloto se trata de los gases de combustión de una planta de tratamiento de aguas residuales, pero podría tratarse de cualquier tipo de gases de combustión, siempre y cuando estos puedan ser canalizados, claro está.
Generando vinagre
Por contra, los deshechos de la bacteria son útiles. Y es que el subproducto que excreta es vinagre. No es que yo sea una gran fan del vinagre, pero es innegable que tiene su papel en la producción de diferentes materiales y productos.
En este caso, la startup Again Bio refina el vinagre para convertirlo en ácido acético y en acetato, que son productos químicos comunes utilizados para la producción de detergentes, textiles, productos farmacéuticos y pinturas.
Todo el proceso se produce dentro de un «biorreactor» que produce las condiciones ideales para la habitabilidad de la bacteria, que no deja de ser un «tubo» de unos 20 metros de altura con condiciones de humedad y temperatura óptimas.
Capturando carbono gratis
Lo curioso de todo es que esta empresa captura carbono gratis, pues su beneficio se basa en la comercialización de los productos que genera la bacteria.
Aunque su primera instalación en Copenhaghe es pequeña, ha servido para que hayan obtenido financiación de fondos europeos, de fondos de inversión, y para que hayan llegado a un acuerdo con una empresa internacional que no ha trascendido que les permitirá dedicarse a instalar y desplegar sus centrales de tratamiento de gases.
En cualquier caso, con su primera central de prueba en funcionamiento ya han sido capaces de obtener una producción «con rendimientos que son comercialmente viables».
Modificación genética y uso de hidrógeno
La clave de la bacteria que consume gases de escape y genera vinagre reside en la modificación genética. Se adapta la bacteria para que consuma un producto y genere un subproducto determinado. De ahí que los principales desarrolladores de la startup Again Bio sean investigadores. Recuerda mucho a la bacteria que consume baterías desguazadas de coches eléctricos y excreta el litio.
Aun así, la bacteria necesita alimentarse también de hidrógeno. Y actualmente utilizan hidrógeno gris proveniente de combustibles fósiles. La operación sigue siendo neutra en carbono porque las bacterias son capaces de capturar el carbono generado.
Aun así hay planes para pasar a un hidrógeno verde producido con energía renovable y electrólisis.