El hidrógeno es el futuro. Durante un tiempo, nos preguntábamos qué tecnología prevalecería, si la transición hacia el coche eléctrico se produciría de la mano de las baterías – que hoy en día es la tecnología que se emplea mayoritariamente en el coche eléctrico – o del hidrógeno, mediante sistemas de pila de combustible.
Pero a día de hoy la opinión mayoritaria reconoce dos aspectos. El primero, que el transporte por carretera se basará en una combinación de vehículos eléctricos de baterías y de pila de combustible, de hidrógeno. El segundo, que el hidrógeno será clave en toda la transformación del modelo energético y la economía europea – y no solo del transporte por carretera y por ende el coche eléctrico.
De ahí que la Unión Europea haya anunciado un movimiento importante, especialmente para los intereses energéticos y económicos de España, la formación del Banco Europeo del Hidrógeno.
¿Qué es el Banco Europeo del Hidrógeno?
En su discurso sobre el estado de la Unión de 2022, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ha anunciado la formación del Banco Europeo del Hidrógeno que será según sus propias declaraciones «un facilitador del mercado del hidrógeno que colme el déficit de inversión y conecte la oferta y la demanda futuras».
El Banco Europeo del Hidrógeno será esencialmente un mecanismo para regular el mercado del hidrógeno de los miembros de la Unión Europea y permitir las transacciones de venta y compra de hidrógeno entre los miembros «contribuyendo a garantizar la compra de hidrógeno, en particular utilizando los recursos del Fondo de Innovación».
Von der Leyen anunciaba también la inversión de 3.000 millones de euros, del Fondo de Innovación, para construir el futuro mercado del hidrógeno. También se marcaba como objetivo producir diez millones de toneladas de hidrógeno renovable en la Unión Europea cada año desde ahora hasta 2030, el doble de lo que se había anunciado anteriormente.
España, ¿potencia europea del hidrógeno?
La buena implantación de las energías renovables y, sobre todo, el potencial de generación mediante renovables de España, por sus condiciones meteorológicas, y las expectativas de aumento de la potencia instalada, sitúan a nuestro país en una posición privilegiada para convertirse en potencia europea del hidrógeno. España podría convertirse en uno de los principales proveedores de hidrógeno verde (o renovable) de la Unión Europea y el Banco Europeo del Hidrógeno sería uno de los mecanismos que lo facilitaría, pero no el único. Para ello, España tendría que seguir impulsando la implantación de energía eólica y energía solar.
Recordemos que España se encuentra en estos momentos negociando con Francia, y junto con Alemania, el establecimiento de una interconexión europea para el transporte de gas, el famoso MidCat. España lleva meses impulsando este proyecto, que se encuentra paralizado desde hace años, y que ha recibido la negativa de Francia, no solo por postularse como una solución de corto y medio plazo (el Gobierno estima 8 meses para finalizar las interconexiones, los expertos son menos optimistas y lo sitúan entre 1 y 2 años) al problema de suministro de gas provocado por el corte de las interconexiones con Rusia, sino también como una interconexión de hidrógeno para el futuro. Interconexiones como el MidCat serán esenciales para el Banco Europeo del Hidrógeno.
Y es que el MidCat podría diseñarse de manera que no solo permita el transporte de gas, sino también de hidrógeno, lo que unido a una gran infraestructura de producción de renovables, con potencia instalada suficiente, permitiría a España convertirse en uno de los principales proveedores de hidrógeno verde de Europa.
