Aunque nos pueda pesar eso de tener que ir diciendo adiós al coche con motor de combustión de forma generalizada, es una realidad que el momento de pasar al 100% eléctrico llegará. Todavía hoy hay algunas barreras que se deben superar. El precio de los coches eléctricos, en parte por el alto coste de las baterías, el tener que sustituir estas pasados unos años, e incluso los límites de diseño de los vehículos por tener que integrar grandes y pesadas baterías, son limitaciones que dificultan hoy por hoy el auge de un coche eléctrico definitivo. Sin embargo, llega la impresión 3D de baterías de estado sólido, que podría ser el empujón final que necesitaba el sector para tener coches eléctricos más baratos.
Tecnología desarrollada por el MIT
Sakuu es una startup ubicada en Silicon Valley que se ha basado en desarrollos del MIT para crear un sistema de fabricación de baterías utilizando para ello tecnología de impresión 3D.
Las baterías con las que cuentan los coches eléctricos son muy parecidas a las pilas estándar que conocemos, solo que unidas en una gran batería. Estas baterías se fabrican tradicionalmente con hojas de un material, enrolladas en cilindros. Estas limitaciones de diseño no son ideales cuando tenemos que tratar de ubicar las baterías en espacios reducidos, a la vez que tenemos que equilibrar los pesos de la forma más adecuada. Tampoco es lo mejor para conseguir una refrigeración óptima cuando tenemos que trabajar con altos voltajes, algo que en tiempos recientes está ganando cada vez más importancia en el mundo de los coches eléctricos. Por otro lado, no permite utilizar materiales en estado sólido para la fabricación de baterías, lo que reduce las posibilidades.
Poder imprimir baterías con formas personalizadas permite crear baterías que se adaptan a diseños únicos, como podrían ser los de una carrocería concreta, así como también poder usar materiales de estado sólido. Las impresoras 3D utilizan polvo, lo que ayuda a crear capas muy finas con las que diseñar las formas complejas que pueda exigir un fabricante.
Baterías más baratas
El uso de polvo para la fabricación de baterías, y el no estar limitados a una forma concreta, hace que el gasto de material para la fabricación de las baterías sea el justo y necesario, reduciendo el malgasto de materiales, y optimizando el coste de la fabricación de baterías.
De hecho, se estima que al incrementar la eficiencia del uso de materiales se puede llegar a reducir los costes de producción de baterías en un 50%, lo que por supuesto tendría consecuencias directas en el precio de la batería, del hipotético coche eléctrico que la utilizara, o en la sustitución de la misma si se hiciera necesario con el paso de los años.
Asimismo, imprimir baterías requiere de menos espacio que fabricar baterías por procesos convencionales. Mientras que una fábrica de baterías requiere de unos 16 metros cuadrados de superficie para poder producir anualmente almacenaje de energía en una cifra total de 2,5 megavatios hora, una fábrica de baterías por impresión 3D es capaz de producir almacenaje de energía por un total de 100 megavarios hora al año con una superficie de tan solo 400 metros cuadrados, lo que facilita la inversión en nuevas fábricas y más actores en el mundo de la producción de baterías.
Ya se utilizan en aviación
La impresión de baterías 3D no es algo que haya que mirar como un invento de futuro, sino que hoy en día es ya una realidad. Sakuu trabaja con la industria de aviación para crear baterías para aviones con diseños optimizados para gestionar el calor de forma óptima y conseguir el máximo rendimiento.
El objetivo de Sakuu es industrializar la fabricación de las propias impresoras antes de licenciarlas a fabricantes de baterías y marcas de automóviles, pero sin duda las virtudes de la impresión 3D de baterías podrían ser un impulso para el mundo de los coches eléctricos y un abaratamiento de los costes de estos.