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La posible solución a los problemas de las baterías de gran capacidad: el agua con azúcar

Cuando hablamos de baterías de flujo de gran capacidad, nos referimos a un tipo de batería que utiliza electrolitos líquidos y de esta manera, almacena energía. Estas baterías se consideran una opción prometedora para el almacenamiento de energía a escala de red, ya que son capaces de almacenar grandes cantidades de energía y tienen una vida útil más larga que las baterías tradicionales.

Recientemente, los investigadores del PNNL (Laboratorio Nacional del Noreste del Pacífico, en Washington), han realizado un importante descubrimiento: Tras probar las baterías de flujo alimentadas con agua azucarada durante más de un año, las baterías mantuvieron su capacidad para almacenar y liberar energía durante todo el período de prueba. Esto es un resultado prometedor para el uso de baterías de flujo en el almacenamiento de energía a escala de red.

Agua con azúcar y baterías de gran almacenamiento

El descubrimiento de los investigadores del PNNL podría conducir al desarrollo de nuevas baterías de flujo más eficientes y duraderas. La importancia de explorar las posibilidades de uso y optimización de estas baterías radica en gran parte en las ventajas que estas ofrecen sobre las baterías tradicionales. Además de almacenar grandes cantidades de energía, las baterías de flujo tienen una vida útil más larga, son más eficientes y pueden ser personalizadas para diferentes aplicaciones.

En la investigación realizada por el PNNL, se utilizó β-ciclodextrina, que es un derivado del almidón de azúcar. Este compuesto químico ayuda a proteger los electrodos de la degradación, además de acelerar la reacción química que convierte la energía almacenada en enlaces químicos.

Aumentos en la potencia de la batería de flujo

El experimento ha sido todo un éxito: Se ha optimizado la proporción de productos químicos en la batería de flujo para lograr un aumento del 60% en la potencia máxima. En el informe publicado por el laboratorio, se detallan los esfuerzos por optimizar la proporción de sustancias químicas en este sistema.

Tras múltiples intentos, los investigadores consiguieron hacer funcionar la batería durante más de un año sin experimentar un descenso significativo de su capacidad. En definitiva, se trata de un logro notable, ya que este es el primer experimento de batería de flujo a escala de laboratorio que registra más de un año de uso continuo con una pérdida mínima de actividad. Los resultados son muy prometedores y allanan el camino para el desarrollo de nuevos sistemas de almacenamiento de energía.

Una solución eficaz y sostenible para las baterías de flujo

La β-ciclodextrina añadida a la batería de flujo funciona como catalizador homogéneo, que acelera la reacción electroquímica que almacena y posteriormente libera energía. El azúcar se disuelve en una solución en lugar de aplicarse a una superficie.

Los investigadores afirman que se trata de un enfoque completamente nuevo para desarrollar electrolitos de baterías de flujo. Además, como el catalizador está disuelto en el electrolito líquido, se minimiza el riesgo de separación de sólidos y de obstrucción del sistema.

Más información: energias-renovables.com

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Emmanuel Jiménez

Fan desde los 5 años de conducir y pilotar cualquier cosa que tenga ruedas o vuele, con motor o sin él. Seguir leyendo...

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