El problema de la pobreza energética y la incapacidad de muchas personas para mantener sus hogares calientes y bien caldeados en España y otras partes de Europa es una realidad irrefutable. El aumento de los precios de la energía y de la inflación en 2022 ha empeorado aún más la ya de por sí grave situación, dejando a muchas personas con dificultades para llegar a fin de mes.
El problema de la calefacción en España
Se calculó que el año pasado un 9,3% de las personas en la UE no podían mantener caliente su hogar, lo que constituye una estadística preocupante. La pobreza energética es un grave problema que afecta a millones de personas en todo el mundo. En España, casi una de cada cinco personas no puede mantener caliente su hogar, y este problema se ha visto agravado por el aumento de los precios de la energía y la inflación. El problema de la pobreza energética no es sencillo y requerirá un enfoque múltiple para resolverlo.
Según las estadísticas de la UE, España ocupa el sexto lugar en el ranking de países donde las familias son menos capaces de mantener sus hogares calentados adecuadamente, con un inaudito 17,1% de la población luchando por mantenerse caliente. Por el contrario, Finlandia, Luxemburgo, Eslovenia, Austria, República Checa, Suecia y Estonia -países con los porcentajes más bajos- han puesto en marcha estrategias eficaces para garantizar que sus ciudadanos puedan mantener el calor en sus hogares.
El invierno se acerca a Europa, y la preocupación sobre la calefacción aumenta
La pobreza energética es un problema grave que tiene consecuencias sociales y económicas de gran alcance. Será necesario un enfoque global, que incluya políticas gubernamentales, cambios sociales y avances tecnológicos. Las causas de la pobreza energética son complejas y polifacéticas, y van desde un aislamiento inadecuado, mala ventilación y sistemas de calefacción anticuados hasta los altos precios de la energía, la inflación y los bajos ingresos. Además, la situación se ve agravada por la actual crisis climática, que está provocando fenómenos meteorológicos extremos que agravan aún más estos factores.
Es crucial que los gobiernos, las empresas y las organizaciones adopten un enfoque concertado para hacer frente a esta crisis. Posibles soluciones pueden ser la aplicación de medidas tales como normas de eficiencia para los edificios, la mejora del aislamiento, la prestación de asistencia financiera para aquellos que luchan por pagar las facturas de energía, así como la inversión en fuentes de energía renovables descentralizadas para que sean más accesibles a los hogares de bajos ingresos.
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