Al dar su aprobación, el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) ha declarado que la nueva central hidroeléctrica de bombeo reversible de Estercuel no supone un impacto ambiental significativo. Su presupuesto asciende a los 75 millones de euros y su potencia a los 50 MW.
El impacto socioeconómico es positivo ya que supone 500 puestos de trabajo durante la fase de construcción y puesta en servicio, y 10 puestos estables durante la explotación. Pero lo irónico es que no su puesta en funcionamiento está en pausa debido a que no recibe la aprobación para conectarse a la red eléctrica por estar el cupo completo. Es decir, hay suficiente energía. O más bien, «sobra» energía ahora mismo. Pero es paradójico cuando estas centrales sirven precisamente para almacenar la energía sobrante y no desaprovecharla.
¿Cuál es el funcionamiento de centrales hidroeléctricas de bombeo reversible?
Una central hidroeléctrica de bombeo reversible es un tipo de central hidroeléctrica que puede almacenar energía bombeando agua de un embalse inferior a otro superior y, a continuación, generar electricidad devolviendo el agua al embalse inferior. La central consta de dos embalses, uno situado a mayor altitud que el otro.
El agua se bombea del embalse inferior al superior en épocas de baja demanda de electricidad, cuando esta suele ser más barata. El agua sale del embalse superior a través de una turbina en los momentos de mayor demanda, cuando la electricidad suele ser más cara. La turbina hace girar un generador que produce electricidad que se inyecta en la red eléctrica.
La eficiencia global de una central de bombeo reversible puede llegar al 80%. Esto las convierte en un valioso activo para la red eléctrica, ya que ayuda a equilibrar la red y garantiza que siempre haya electricidad suficiente para satisfacer la demanda.
Actualmente hay más de 400 centrales de este tipo en funcionamiento en todo el mundo, con una capacidad total de más de 100 gigavatios, son cada vez más populares a medida que aumenta la dependencia mundial de fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica. Esto se debe a que las fuentes de energía renovables por el momento no están tan extendidas, y las centrales hidroeléctricas de bombeo reversible pueden utilizarse para almacenar la energía de estas fuentes y liberarla cuando sea necesario.
Su conexión a la red eléctrica, está paralizada
A pesar de que la nueva central hidroeléctrica de bombeo reversible de Estercuel, de Atalaya Generación fue aprobada por el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA), su conexión a la red eléctrica está paralizada. La tramitación que permite a estas instalaciones de almacenamiento acceder a la red eléctrica es un proceso complejo y lento, la misma burocracia que está retrasando la instalación de puntos de carga en más de 100 municipios de nuestro país. Esto hace que se demore el acceso a la conexión eléctrica a pesar de la mayor generación de origen renovable.
Por un lado, las centrales hidroeléctricas de bombeo reversible pueden ser una alternativa útil para la red eléctrica, ya que pueden almacenar energía potencial y liberarla cuando sea necesario. El problema con estas centrales es que estos proyectos se consideran como simples centrales de generación en lugar de centrales de almacenamiento.
Esto es lo que dificulta su acceso a la red eléctrica que ha agotado su cupo de acceso con instalaciones eólicas y fotovoltaicas. Es decir, la falta de una regulación adecuada ha hecho que la tramitación de este tipo de proyectos se vuelva complicada y larga. Pero no deja de ser paradójico teniendo en cuenta que si se ha agotado el cupo de acceso a la red eléctrica es porque hay energía «sobrante» por parte de todas las centrales de generación de energía. Esta energía podría utilizarse en la central de bombeo para almacenarse. Pero como no se da acceso a la red a la central de bombeo, estamos perdiendo energía que podría almacenarse.
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