Aunque está claro que si queremos un futuro sostenible las energías renovables deben cobrar una importancia vital en el suministro energético, también es cierto que estas tienen carencias en algunos aspectos. Y allí donde la energía renovable todavía no es una opción, las centrales nucleares se convierten en la mejor opción si se quiere energía «limpia».
El problema de las renovables
No hay duda, los parques eólicos y las instalaciones de placas solares deben ser la principal apuesta si se quieren frenar los efectos producidos por las emisiones de CO2.
Sin embargo, las renovables tienen un problema, y es que para la generación de energía dependen de fenómenos ambientales como la velocidad del viento, la climatología, o las horas de sol.
Es necesario tener un sistema de respaldo
Una de las opciones para compensar las carencias de las energías renovables es la utilización de baterías, que permitan acumular el sobrante de la producción energética para utilizarlo cuando haya una demanda superior a la producción.
El problema es que hoy por hoy no tenemos todavía ni una producción energética renovable suficiente ni un medio de almacenamiento de energía a la altura.
E incluso aunque contáramos con estos, todavía sería necesario contar con un medio de producción energética que no dependiera completamente de factores externos y que sirva de respaldo.
Las centrales nucleares serían la solución limpia
Aunque las centrales de carbón y centrales de gas han pasado de un papel protagonista en la producción de energía a un papel secundario para complementar a las renovables, lo cierto es que no son una alternativa de cara al futuro debido que siguen siendo altamente contaminantes.
Aquí es donde entran en juego las centrales nucleares. Y es que según un estudio estas podrían ser una opción ideal para instalar allí donde actualmente hay una central de carbón o de gas.
Para el año 2050 se habrán cerrado unas 2.400 centrales de carbón en todo el mundo. Esto supone un déficit de 1.000 GW de producción energética.
Reaprovechando las instalaciones
La investigación del Electric Power Research Institute concluye que las centrales nucleares son el relevo ideal para ser instaladas donde actualmente hay centrales de carbón.
Estas centrales de carbón ya están conectadas a la red eléctrica y tienen infraestructuras importantes que serían iguales a las necesarias para una central nuclear.
Por otro lado, estas centrales térmicas están instaladas cerca de zonas con un gran suministro de agua, pues requieren refrigeración. Tanto los derechos de uso del terreno como los derechos de uso del agua, que ya tienen las centrales térmicas, podrían utilizarse para las centrales nucleares, ahorrándose años de trámites y permisos.
Y por último, se evitaría el efecto negativo a nivel de empleo que tiene sobre la comunidad cercana el cierre de las centrales. Incluso podría duplicarse la cantidad de puestos de trabajo que ofrece una central nuclear respecto a una central térmica.
Todo ello sin emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Y aunque existe el temor hacia posibles residuos radiactivos, el riesgo total que plantean las centrales nucleares es inferior al que tienen a la larga las centrales térmicas.
Si es necesario contar con producción energética de respaldo incluso cuando las renovables ya sean el estándar mayoritario, las centrales nucleares parecen la mejor opción.
