Los aerogeneradores de la industria eólica pueden dejar tras de sí contaminación en forma de palas de turbina desechadas, que suelen estar hechas de fibra de vidrio y otros materiales que pueden tardar cientos de años en descomponerse. Estas palas de turbina desechadas suelen acabar en vertederos, donde liberan toxinas y contaminantes al medio ambiente.
Además, la construcción y el mantenimiento de los aerogeneradores también pueden generar emisiones de carbono, ya que se necesita energía para transportar e instalar las turbinas. Por último, el ruido generado por los aerogeneradores puede llegar a perturbar la vida silvestre y afectar a los ecosistemas locales. Por lo tanto, es importante considerar cuidadosamente el impacto ambiental potencial de las turbinas eólicas antes de construirlas, así como encontrar formas de minimizar o mitigar estos impactos. ¿Te creerías que los champiñones pueden ser una solución definitiva para esto? Quizá suene extraño, pero en la Universidad de California en Davis se ha hecho un interesante descubrimiento.
¿Qué relación tienen los champiñones con los aerogeneradores?
Valeria La Saponara, profesora de la Universidad de California en Davis, está desarrollando una solución a partir de materiales compostables como el bambú, la biomasa de residuos agrícolas y la red de micelio de los hongos. La investigadora probará pronto un prototipo del nuevo material compuesto en una pequeña turbina de 1 kilovatio con el objetivo de garantizar que pueda soportar vientos fuertes de 137 kilómetros por hora.
El objetivo de la investigación de La Saponara es crear una alternativa a la fibra de vidrio, las resinas epoxi y la madera de balsa utilizadas en las palas de los aerogeneradores, las cuales son difíciles de reciclar. La investigadora espera desarrollar una alternativa biodegradable que resista vientos de gran velocidad y genere suficiente energía para ser comercialmente viable.
La profesora está realizando pruebas estructurales para determinar la velocidad de rotación y la cantidad de energía que puede generar, con el objetivo de crear un prototipo de 1 kilovatio. Además, su investigación tiene el potencial de reducir el impacto de la industria eólica en el medio ambiente y contribuir a la reducción de la tala y la deforestación en la selva amazónica ecuatoriana.
Reciclando turbinas de aerogeneradores
Un informe del Consejo de Energía Limpia de Australia afirma que, aunque los componentes de las turbinas eólicas, como los cimientos, las torres, las piezas de las cajas de engranajes y los generadores, pueden reciclarse, las palas son un obstáculo importante en el proceso de reciclaje.
El informe señala que la falta de opciones de eliminación de las palas de las turbinas es el mayor reto. Un estudio del profesor Peter Majewski, del Instituto de Industrias Futuras de la Universidad de Australia Meridional, predice que, sin una solución, las palas de las turbinas generarán más de 10.000 toneladas de residuos al año, que aumentarán a 20.000 toneladas en 2030 y a 300.000 toneladas en 2050.
Se ha pedido que la legislación fije objetivos de reciclaje de aerogeneradores para que la aprobación de nuevos proyectos dependa de la existencia de planes más sostenibles. Los aerogeneradores están prohibidos en los vertederos, lo que ha llevado a buscar alternativas, como en Dinamarca, donde la startup Continuum construirá seis instalaciones de reciclaje en Europa y Turquía para tratar 36.000 toneladas de palas de aerogenerador, y funcionará con energía 100% verde. Esta empresa construirá seis plantas de reciclaje de palas eólicas en Europa, una de ellas en España.
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