Hace poco les comentamos sobre el despliegue de bombas de calor como opción de calefacción y refrigeración en los hogares. Las bombas de calor son dispositivos que se usan para extraer energía térmica de distintas fuentes en función del modelo que se utilice. Estos dispositivos se consideran una alternativa ecológica a los sistemas tradicionales de calefacción y refrigeración de gas.
A medida que avanzamos hacia fuentes de energía limpia, es importante que las personas se planteen cambiar sus viejas calderas a otras soluciones de calefacción y refrigeración. Al hacer este cambio, podemos reducir nuestra huella de carbono y crear un medio ambiente más saludable para nosotros, nuestras familias y las generaciones futuras.
Y aunque esto es así, la Comisión Europea ahora aclara que las calderas de gas no estarán prohibidas y además no hay obligación de cambiarlas por las bombas de calor, como se parecía sugerir en las informaciones dadas hace algunos meses.
Sedigas precisa que la nueva Directiva europea no prohibe las calderas de gas
La nueva Directiva Europea ha actualizado su criterio sobre fuentes de energía renovables aprobada hace algunas semanas. En ella se señala la importancia de la inversión en esta área y se aclaran las dudas relacionadas con el uso de calderas de gas frente a soluciones de energías renovables.
Lo que no cambia es que se reconoce la necesidad de avanzar hacia el uso de renovables para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y se enfatiza la importancia de la transición energética para lograr este objetivo. A su vez, se aclara que la Directiva no determina la prohibición de las calderas de gas ni la obligación de sustituirlas por bombas de calor.
Lo que si deja claro también es que promueven la reducción del consumo energético de los edificios y la mejora de su eficiencia energética. Además, Sedigas advierte que una eventual prohibición de las calderas de gas va en contra de una transición justa, ya que muchas familias no pueden permitirse esa opción debido a limitaciones financieras y técnicas.
Por lo que, aunque en un primer momento podría parecer que la Directiva Europea había prohibido explícitamente el uso de calderas de gas, Sedigas aclara que esto no es así y que, de hecho, las mismas calderas existentes son compatibles con gases renovables como el biometano y el hidrógeno renovable.
Por lo tanto, es importante leer detenidamente y comprender la normativa actual, para estar preparados y poder tomar las mejores decisiones para nuestro futuro, nuestra salud y nuestro planeta.
Más información: energias-renovables.com