El pasado 7 de marzo, debía haber tenido lugar la votación final sobre la prohibición de vender, en Europa, coches nuevos de combustión a partir de 2035. Hablamos en condicional porque Alemania se abstuvo y lo que era un mero trámite se ha convertido en un bloqueo para la citada medida. Mientras ambas partes buscan una fórmula que satisfaga sus intereses, España ha alzado la voz para criticar lo sucedido.
Como os hemos contado estos días, Alemania ha pedido a la Unión Europa que incluya una excepción en la prohibición de 2035 para poder vender, a partir de esa fecha, vehículos impulsados por combustibles sintéticos. Cabe recordar que la industria del motor alemana es una de las piedras angulares de su economía: genera 800.000 empleos y tiene ingresos de unos 411.000 millones de euros.
Italia se ha unido a Alemania argumentando que la prohibición de 2035 tiene poco sentido y pone en riesgo miles de puestos de trabajo. Polonia también se ha opuesto y Bulgaria se ha abstenido. España, que es el segundo productor de vehículos de Europa y cuya industria automotriz es responsable del 11% de su producción económica anual, no se había pronunciado. Hasta ahora.
La postura de España
Lo ha hecho a través de Teresa Ribera. Tal y como recoge Automotive News Europe, la Vicepresidenta Tercera y Ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico de España ha dicho en una entrevista que la postura que ha adoptado Alemania “es decepcionante. ¿Qué pasa si otros gobiernos deciden hacer algo similar en cualquier tema? Las reglas de procedimiento son para todos”.
Ha añadido, asimismo, que la Comisión Europea no debería retrasar su decisión final sobre la prohibición propuesta para 2035: “La disputa podría resolverse en otro lugar, como las negociaciones sobre las normas de emisión Euro 7, para evitar romper la propuesta actual y comenzar las discusiones desde cero”. Además, ha puntualizado que Europa todavía tiene que evaluar el impacto de los combustibles sintéticos en los objetivos de reducción de carbono.
“Un precedente peligroso”
Para Teresa Ribera, el bloque de Alemania es consecuencia de los roces que han surgido dentro de la coalición gobernante dirigida por el canciller Olaf Scholz: “Pueden tener problemas políticos internos, pero, ahora, han exportado eso a toda la Unión Europea”.
La Vicepresidenta Tercera ha querido advertir que “Alemania puede sentar un precedente peligroso al desafiar un acuerdo de la Unión Europea para eliminar gradualmente los vehículos nuevos de combustión a partir de 2035. Modificar la propuesta tan tarde en el debate podría alterar la forma en que la UE elabora políticas que son clave. Además, envía señales confusas a los inversores y a las industrias que planean el cambio a la energía limpia”.
