Después de tres semanas en las que Europa y Alemania han mantenido un tira y afloja sobre la prohibición de 2035, que impide vender vehículos nuevos con motor de combustión, ambas partes han llegado a un acuerdo que ya califican como histórico. Los combustibles sintéticos tendrán hueco en el Viejo Continente para poder seguir adelante con el plan que buscar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Decía Gary Lineker que “el fútbol son once contra once y siempre gana Alemania”: la segunda parte de esta famosa frase bien podría emplearse para definir lo ocurrido a finales de la semana pasada. Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde Europeo, fue el encargado de anunciar la noticia en sus redes sociales: “Hemos llegado a un acuerdo con Alemania sobre el uso futuro de combustibles sintéticos en los coches”.
We have found an agreement with Germany on the future use of efuels in cars.
We will work now on getting the CO2-standards for cars regulation adopted as soon as possible, and the Commission will follow-up swiftly with the necessary legal steps to implement recital 11.
— Frans Timmermans (@TimmermansEU) March 25, 2023
Añadió que, ahora, trabajarán en “lograr que se adopte el reglamento de estándares de CO2 para vehículos lo antes posible” y que la Comisión “continuará rápidamente con los pasos legales necesarios”. Por su parte, Volker Wissing, Ministro de Transportes de Alemania, usó la misma plataforma para comunicar que “el camino está despejado. Los vehículos con motores de combustión interna podrán seguir existiendo a partir de 2035 si funcionan, exclusivamente, con combustibles neutros en CO2”.
Esta había sido una de las condiciones de Europa para acceder a la petición de Alemania y del resto de países que se oponían a la prohibición de 2035: solamente darían luz verde a los combustibles sintéticos si los vehículos contaban con una tecnología que les impida funcionar si se utilizan otro tipo de carburantes. Esto implicaría la existencia de un sistema cuya misión sea impedir que el coche arranque si en su depósito hay combustibles que no son neutrales en carbono.
¿Y ahora qué?
El acuerdo alcanzado el viernes con Alemania no cambia el texto de la normativa que prohíbe la venta de vehículos de combustión a partir de 2035 y que fue modelado en 2022 por el Parlamento Europeo y los Estados miembro. Después de que los ministros lo aprueben, la comisión proporcionará más detalles sobre los próximos pasos para implementar la disposición sobre los combustibles sintéticos.
Esto significa que, si nada cambia, Alemania votará a favor del pacto que se alcanzó en octubre de 2022 para conseguir que los coches nuevos sean de cero emisiones: un pilar clave en los planes de la UE para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Se espera que esa votación tenga lugar el martes cuando los Ministros de Energía se reúnan en Bruselas y, sobre todo, que llegue a buen puerto: los países que se oponen a esta exención, en principio, no podrán llegar a una minoría suficiente para bloquearla.
Reacciones ante el acuerdo
El acuerdo alcanzado entre Europa y Alemania no ha tardado en generar reacciones. Los activistas ambientales no ven con buenos ojos este movimiento y han advertido acerca de las consecuencias que implicará. Lo han hecho a través de Benjamin Stephan de Greenpeace, que lo considera como un revés: “Este compromiso socava la protección climática en el transporte y perjudica a Europa. Diluye el enfoque que la industria del motor necesita en la electromovilidad eficiente”.
Pascal Canfin, jefe del Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, ha pedido a la CE que se asegure de que las nuevas normas sobre combustibles sintéticos respeten el acuerdo alcanzado en 2022 sobre los estándares de emisiones. Y es que aunque el papel del Parlamento en este proceso es limitado, todavía podría bloquear la futura regulación.