Sorpresa en la Unión Europea. Marzo era el mes en que se cerraría la definición del marco regulatorio bajo el cual las ventas de coches diésel y gasolina, pero también híbridos y turismos que empleasen motores de combustión interna de cualquier tipo, quedarían prohibidas a partir de 2035. Más allá de esta fecha límite, y tal y como ya os venimos comentando desde hace años, la imposición de objetivos intermedios de reducción de emisiones de CO2 de flota – sobre la media de las ventas en Europa – implicaría prohibir de facto, o prácticamente relegar a una figura residual, todo aquello que no fueran coches enchufables de cualquier tipo antes incluso de 2035.
Pero los planes de la Unión Europea se han torcido. Y en un momento en el que la resolución legislativa estaba pendiente de un trámite, meramente formal, Alemania paralizaba el procedimiento, obligando a la Comisión Europea a retrasar la votación final e iniciar un proceso de conversaciones y negociación para plantear una alternativa que contase con el apoyo de los miembros críticos, como Italia, y el resto de ministerios de Transportes que en los últimos días han confluido con Alemania.
La gasolina y el diésel, tal y como lo entendíamos hasta ahora, procedente en muy altas proporciones de origen fósil, tiene los días contados. La idea que defienden Alemania y sus aliados pasa por la combustión interna neutral, por combustibles de laboratorio, producidos empleando energía renovable. ¿Pero cómo se acabará con la gasolina y el diésel? ¿Qué ha sucedido para llegar a esta situación?
Adiós al diésel y la gasolina, hola combustión interna neutral
El único escenario que se baraja en la Unión Europea en estos momentos no pasa por mantener con vida al diésel y la gasolina, al menos como la conocíamos hasta ahora, sino por considerar a los combustibles neutrales una solución válida para los objetivos de descarbonización del transporte más allá de 2035. Volker Wissing, Ministro de Transportes de Alemania, afirmaba que «la prohibición del motor de combustión interna, cuando es posible su funcionamiento climáticamente neutral, nos parece una aproximación errónea».
En octubre de 2022 la Comisión Europea se había mostrado dispuesta a que esta tecnología (os recomendamos la lectura de nuestro reportaje sobre la combustión interna neutral) estuviera al menos presente en la legislación europea, y así quedó reflejado en el texto de noviembre de 2022, pero la desaparición del apartado referente a los combustibles neutrales en el texto aprobado en el Parlamento Europeo en febrero de 2023 provocó la reacción de Alemania, que junto a la oposición de Italia y el escepticismo presentado por otros miembros nos ha llevado en última instancia a la situación actual.
¿Qué son los combustibles sintéticos neutrales?
En nuestro reportaje sobre los combustibles sintéticos neutrales ya os hemos hablado largo y tendido acerca de esta tecnología que podemos resumir con las siguientes claves:
- Un combustible es neutral si las emisiones de CO2 producidas durante su empleo, en su combustión, son equivalentes a las que se ha ahorrado emitir o se han captado de la atmósfera en su producción
- Los combustibles sintéticos se producen mediante técnicas de laboratorio (industriales), empleando residuos, elementos abundantes en la naturaleza (como el propio aire o el agua), y energía renovable en el caso de los combustibles neutrales
- En su producción se emplean técnicas como la electrólisis y, en algunos casos, se está trabajando con técnicas de captación de CO2 de la atmósfera. Su combustión sigue generando CO2, pero esta ha sido compensada entendiendo que su proceso de producción «limpia» la atmósfera de CO2
- También existen procesos para fabricar combustible neutral empleando residuos, como los procedentes de las industrias alimentarias y madereras. Si la producción de combustible sustituye un proceso de tratamiento de residuos con una huella de CO2 determinada, se considera que ha tenido un impacto de reducción de emisiones de CO2
- La producción de combustibles sintéticos requiere de mucha energía que, aún siendo renovable, es considerada un desperdicio energético por los críticos de esta tecnología y, naturalmente, cada proceso de transformación de energías conlleva pérdidas
- Si no imposible, la producción de combustibles sintéticos en grandes volúmenes y viable, consiguiendo un precio por litro asumible como alternativa al gasóleo o la gasolina, supondrá un gran reto tecnológico
- En algunas industrias, en las que la electrificación total no será viable con la tecnología actual, como la aviación, los combustibles sostenibles serán la única solución posible. De ahí que su aplicación en otras industrias, como la del automóvil, pudiera tener sentido
- Los combustibles sintéticos neutrales, de ser viables, podrían ser una alternativa ya no solo para reducir las emisiones de CO2 de los coches de nueva matriculación, sino también para los que ya están presentes en el parque de automóviles europeo
La suerte está echada para el diésel y la gasolina
Los movimientos que se han producido en la Unión Europea en los últimos días apuntan que, salvo sorpresa, se abrirá la puerta a los combustibles sintéticos neutrales y que la combustión interna neutral aún tendrá futuro gracias a ellos. Pero esto es solo el principio.
La combustión interna neutral requerirá de un marco regulatorio propio, similar al que ya se aprobó en julio de 2022 para los combustibles de aviación sostenibles, en el que no solo se debería discernir las características que hacen que un combustible sintético sea (o no) neutral, sino también las especificaciones de aquellos motores que serán admitidos como neutrales y que, de alguna forma, deberían garantizar que funcionan única y exclusivamente con combustibles neutrales.
En esa línea, merece la pena recordar lo expresado en el texto de noviembre de 2022 y en el que la Comisión Europea se refería a los combustibles sintéticos neutrales en los siguientes términos:
Tras consultar a las partes interesadas, la Comisión presentará una propuesta para permitir la matriculación más allá de 2035 vehículos que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO2 de conformidad con la legislación de la UE, fuera del alcance de las normas de la flota, y de conformidad con el objetivo de neutralidad climática de la Unión.
En el proceso de discusiones que ya se ha abierto debería presentarse la mencionada propuesta, que había quedado fuera del texto aprobado por el Parlamento Europeo.