Las inesperadas variaciones encontradas en dos proyectos noruegos de gas que almacenan dióxido de carbono (CO2) bajo el lecho marino suscitan inquietud sobre la viabilidad a largo plazo de los métodos de captura y almacenamiento de carbono (CAC). Expertos afirman que los proyectos, Sleipner y Snøhvit, debido a la imprevisibilidad de las condiciones submarinas, no deben utilizarse como modelos definitivos para futuros proyectos de CAC. El autor de un informe del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), Grant Hauber, subraya que estos proyectos ponen en duda la viabilidad de este enfoque para el almacenamiento de CO2 a largo plazo.
¿Guardar el CO2 bajo el lecho marino es una medida coherente?
Debido a la naturaleza impredecible del entorno del subsuelo, ni siquiera los datos, la ciencia y las técnicas de control más avanzados pueden prever todas las situaciones posibles. Por ello, los proyectos de CAC de todo el mundo deben tener en cuenta los imprevistos y desarrollar sólidos planes de contingencia.
El artículo plantea la cuestión de si estas estrategias pueden aplicarse eficazmente, dado que no hay dos lugares exactamente iguales y que pueden producirse cambios con el tiempo. En vista de ello, se pide a los gobiernos y a los operadores de proyectos que garanticen la disponibilidad de fondos para hacer frente a cualquier riesgo que pueda materializarse como parte de los esfuerzos de CAC.
Los cambios constantes en el planeta afectan los proyectos de almacenamiento de CO2
Las condiciones de almacenamiento de las inyecciones de CO2 en el subsuelo de los proyectos Snøhvit y Sleipner se desviaron de sus planes originales en poco tiempo, lo que dio lugar a importantes inversiones. Y aunque la industria del petróleo y el gas está acostumbrada a lidiar con la incertidumbre, los riesgos de hacerlo en el contexto del almacenamiento de CO2 son mucho mayores.
Los proyectos de CAC propuestos pretenden depositar CO2 bajo tierra a tasas 10 veces superiores a las de Snøhvit y Sleipner, según Grant Hauber. A pesar del éxito de las centrales noruegas en el almacenamiento subterráneo de CO2, no pueden considerarse un punto de referencia para proyectos a mayor escala. Los problemas técnicos que han surgido en estos emplazamientos cuestionan la viabilidad a largo plazo de la CAC y plantean dudas sobre si el mundo dispone de los recursos y la infraestructura necesarios para mantener el CO2 bajo el mar de forma permanente.
El almacenamiento subterráneo de CO2 en el mar entraña varios riesgos, entre ellos las incertidumbres en torno a la geología del subsuelo y la posibilidad de cambios inesperados con el tiempo, así como la posibilidad de fugas y roturas que podrían provocar daños medioambientales o el desplazamiento de las comunidades locales. Estas serias implicaciones afectan directamente a los numerosos proyectos previstos en todo el mundo. Es por esto que los operadores y los gobiernos deben planificar los riesgos potenciales, desarrollar planes de contingencia detallados y garantizar la disponibilidad de fondos suficientes para hacer frente a los riesgos.
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