Que un futuro plagado de IAs malvadas y coches eléctricos trata de acabar con la humanidad es un tema que se ha gastado mucho como argumento en películas y libros. Lo más curioso es que el ser humano siempre tiene capacidad para hacer que la realidad supere la ficción, aunque sin todo el glamour. Parece que no será una sequía interminable de escasez de agua la que nos mandará a la Edad Media, sino que los coches eléctricos y la IA serían los culpables de que el ser humano haya cavado su propia tumba.
La extrema absurdez humana con el clima, la ecología y la energía
No hemos aprendido nada. Pero absolutamente nada. Seguimos pensando que tenemos en nuestra mano solucionar problemas globales que a lo largo de los años solo hemos sido capaces de empeorar. El mundo entero «parece» volcado, y solo «parece», en la descarbonización y la reducción de emisiones de carbono, con el objetivo de mitigar al máximo los efectos que puede producir el deterioro que hemos producido al ecosistema. Esto lleva a grandes proyectos como el parque solar con más placas solares del mundo.
Los combustibles fósiles se han convertido de repente en el enemigo número 1 de todo el sistema. En cierto modo el uso de combustibles fósiles para producción de energía ha sido clave para una evolución a nivel industrial y en el transporte. Pero querer cambiar los combustibles fósiles por otro tipo de combustible no solventa el problema real, solo cambia la forma en la que el problema nos afecta. Y eso implica que puede cambiar a peor. De hecho, las consecuencias pueden llevar a que la humanidad empiece un retroceso en su medio de vida para el año que viene, en 2025.
El uso de energía eléctrica no es sostenible
- En lugar de buscar equilibrar el consumo de energía, especialmente en el ámbito industrial o del transporte, solo hemos cambiado el «combustible» que utilizamos.
- La apuesta ha pasado a ser la energía eléctrica.
- El gran problema es que la energía eléctrica no es sostenible en este momento.
- Podría convertirse en el problema.
- El Sol, la Tierra y el ecosistema contienen una gran cantidad de energía. No hemos aprendido a aprovecharla.
- Cualquier sistema vital que funcione con electricidad hoy en día cuenta con un sistema de reserva basado en combustibles fósiles, o incluso lo utiliza como fuente principal.
Los coches eléctricos y la IA: el camino a la Edad Media
No solo no tenemos forma de obtener electricidad de forma sostenible para el medio de vida de la humanidad actual, sino que en los últimos años hemos multiplicado de una forma brutal la cantidad de energía eléctrica que consumimos. Y aun más la dependencia que tenemos de ella.
Los coches eléctricos son el ejemplo más evidente del cambio en los sistemas de transporte. Empezamos ya a olvidarnos de vehículos, coches, camiones o incluso barcos, con motor de combustión para sustituirlos por vehículos con motor eléctrico. Esto implica una necesidad brutal de energía eléctrica.
Las IAs, aunque para muchos son simplemente herramientas útiles que pueden echar una mano en algunas tareas, han empezado a aumentar seriamente el consumo de energía debido a la capacidad de computación creciente que cada vez demandan. Es energía que los proveedores de estos servicios pueden pagar gracias a los servicios que ofrecen. Pero el problema es que es energía que no tenemos.
La bancarrota energética de la humanidad
¿Qué ocurre cuando un país, una empresa, o un banco, se queda sin liquidez, sin dinero que poder mover o con el que poder comprar? Sin importar sus cifras de negocio o su capacidad de producción, si esto ocurre, lo que sucede es que entra en bancarrota. En términos económicos a veces se denomina a esta situación como «default».
- La humanidad puede estar dirigiéndose hacia una situación de «default» energético, una bancarrota de lo que seamos capaces de salir.
- Estamos consumiendo energía a un ritmo insostenible con nuestras actuales fuentes de producción.
- La apuesta por los coches eléctricos y la inteligencia artificial, aunque bien intencionada, no ha considerado adecuadamente nuestra capacidad limitada para generar energía.
- La dependencia de la electricidad nos hace vulnerables a un «default» energético significativo.
- ¿Cuánto tiempo podría durar el mundo sin energía durante una semana?
- Si hay problemas de suministro, ¿quiénes serán los primeros afectados?
- ¿Cuántos territorios del mundo pueden sobrevivir si un solo continente entero sufre una sequía eléctrica?
Reconocido por expertos, e incluso por el propio Elon Musk
- Los expertos llevan mucho tiempo advirtiendo sobre la falta de energía suficiente para satisfacer la demanda del mercado en los próximos años.
- Esta preocupación se planteó incluso antes de la explosión de la inteligencia artificial como herramienta diaria para los usuarios.
- Las infraestructuras actuales no están preparadas para soportar la creciente demanda de electricidad.
- International Energy Agency (IEA): La IEA ha destacado que la demanda global de electricidad está aumentando rápidamente y que la infraestructura energética debe evolucionar para evitar crisis de suministro .
- World Economic Forum (WEF): El WEF ha discutido cómo la infraestructura actual no está preparada para la adopción masiva de vehículos eléctricos, subrayando la necesidad de inversiones significativas en redes eléctricas .
- Elon Musk: En varias entrevistas y declaraciones públicas, Musk ha señalado que la infraestructura energética de Estados Unidos es insuficiente para soportar la carga adicional que supone una adopción masiva de vehículos eléctricos .
Problemas ya en el 2025
También es Elon Musk el que se aventura a dar una fecha en la que podremos empezar a tener problemas de suministro. Y es que el próximo año 2025 podríamos empezar a ver cómo algunas de las tareas que hoy resultan cotidianas empiezan a plantear preocupaciones respecto a si se tendrá energía para ello.
Uno de los motivos que lleva a Musk a hacer esta predicción tiene que ver con la inteligencia artificial, cuyo desarrollo está avanzado a un ritmo muy por encima de lo esperado. Concretamente, un factor de 10 cada seis meses.
El problema ya no es que la IA pueda llegar a convertirse en peligrosa para el ser humano antes de que nos demos cuenta, sino que la propia demanda de energía podría ser la mayor amenaza.
La paradoja de la tecnología que nos quitaría hasta el agua
La paradoja aquí es que la misma tecnología que se suponía que nos llevaría a un futuro más limpio y eficiente podría ser la que nos devuelva a la Edad Media. La falta de una planificación energética sostenible y la sobredependencia de tecnologías que requieren cantidades masivas de energía están creando una situación en la que podríamos ver un retroceso significativo en nuestra calidad de vida y capacidades tecnológicas.
La solución a este dilema no es sencilla. Requiere una reevaluación completa de cómo usamos y generamos energía. Necesitamos avanzar más rápidamente en el desarrollo de fuentes de energía verdaderamente renovables y en la eficiencia energética. También debemos considerar el impacto total de nuestras tecnologías y no solo sus beneficios inmediatos.
Y es que no bastará con una estrategia cortoplacista. El uso de hidrógeno como fuente de energía implica dos caminos. Uno es su producción con combustibles fósiles, nada ecológico. El otro es la producción mediante electrólisis. No genera casi emisiones de CO2, pero podemos comprometer los recursos hídricos. La sequía y falta de agua sería otro camino para amenazar seriamente a la humanidad. Aunque a decir verdad, y tal y como ha demostrado el tiempo, poco puede hacer el ser humano para determinar su propio futuro.