Al final de la película «Regreso al futuro», vemos cómo el Doc Emmett Brown alimentaba su coche del tiempo DeLorean con restos de comida, esto gracias a un componente llamado “Mr. Fusion” que extraía energía de restos de comidas, bebidas e incluso de aluminio, aunque en aquel momento pudo ser una idea de ciencia ficción, en 2023 podría no ser tan descabellada
Y la realidad es que más de 30 años después, investigadores del campus de Okanagan de la Universidad de Columbia Británica (UBCO) estudian la posibilidad de utilizar restos de fruta, tanto sólidos como los líquidos que suelen drenarse de estos restos para alimentar pilas de combustible, al igual que el DeLorean de Doc Emmett Brown.
Los residuos orgánicos, incluidos los de alimentos, suponen un problema real. Según el Gobierno de la Columbia Británica, el 40% de los desechos que son encontrados en los vertederos públicos son residuos orgánicos, y los restos de alimentos tienen una parte importante en este problema, y no es algo que pase solamente allí, en las zonas urbanas de todo el mundo, estos residuos van en aumento, por lo que es necesario encontrar formas de aprovecharlos y convertirlos en energía.
La Dra. Hirra Zafar, quien es investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UBCO, se ha propuesto como meta depurar y mejorar la producción de energía a partir de los alimentos desechados, en particular los residuos de frutas.
Su uso en la producción de energía
El uso de los restos de fruta es posible como biomasa, que es materia orgánica que puede utilizarse para producir calor o convertirse en otras formas de energía, como electricidad o biocombustibles. Por ejemplo, las cáscaras de cítricos y manzanas pueden utilizarse como biomasa, ya que son ricas en celulosa y hemicelulosa, dos tipos de fuentes de energía renovables.
Otro uso interesante es el de producir biogás, que no es otra cosa que gas metano generado a partir de la descomposición de materia orgánica en ausencia de oxígeno. Este gas se puede utilizar para las épocas de frío para calefacción, pero también para uso doméstico en tu cocina o iluminación, y tiene el potencial de ser utilizado como gas natural renovable.
Llevando a cabo un proceso de conversión puede usarse también como bioaceite, un combustible líquido que tiene un aspecto marrón oscuro o negro que puede quemarse para obtener calor o utilizarse como materia prima para la producción de otros productos químicos. El proceso suele consistir en calentar los residuos a altas temperaturas en ausencia de oxígeno, lo que provoca la descomposición de los compuestos orgánicos y libera energía en forma de calor y vapor.
Otra forma de utilizar los restos de fruta es para producir etanol, un combustible renovable que puede mezclarse con gasolina y utilizarse en vehículos. El etanol suele producirse mediante un proceso de fermentación, similar al utilizado para elaborar vino o cerveza, y luego se destila para eliminar otras sustancias químicas y purificar el etanol.
