El hidrógeno se postula como una de las principales fuentes de energía para un futuro sostenible. Los coches de pila de combustible, la calefacción con hidrógeno en vez de gas natural… Son muchos los usos que podemos darle, pero para ello necesitamos producir hidrógeno. Estos investigadores han encontrado una forma de producirlo y de reciclar a la vez.
Las mascarillas quirúrgicas, una fuente de hidrógeno
Durante la pandemia provocada por el virus COVID-19, todos nosotros utilizamos una cantidad ingente de mascarillas quirúrgicas, una cada vez que salíamos de casa como mínimo. Conforme nos las quitábamos, las tirábamos, ya que eran de un solo uso. Y eso hizo que se generasen toneladas de desechos de mascarillas utilizadas.
¿Qué hacemos con estos desechos? Esa fue la pregunta que se hicieron unos investigadores lituanos. La respuesta fue: reciclarlas. Y haciendo pruebas y pruebas, descubrieron que las mascarillas, al tratarlas, producían un gas rico en hidrógeno.
¿Cómo se convierten las mascarillas en hidrógeno?
Para reciclar las mascarillas y convertirlas en gas, estos investigadores usaron un método denominado «gasificación por plasma». Para ello, primero se trituraron las mascarillas FFP2 hasta obtener un tamaño de partículas uniformes y después se transformaron en gránulos para controlarse con facilidad durante el proceso.
Después se utiliza la gasificación por plasma, que permite convertir grandes cantidades de residuos en gas sintético compuesto de gases diferentes como el hidrógeno, el CO2, el monóxido de carbono y el metano.
Este tipo de gasificación permite que el gas obtenido tenga una mejor concentración en hidrógeno y reducir la cantidad de alquitrán, así se obtiene un gas de mayor calidad. Además, la gasificación por plasma es un proceso rápido, casi instantáneo, según cuenta uno de los investigadores.
El hidrógeno y los coches eléctricos
Aunque el hidrógeno es bueno para conseguir energía limpia, también tiene un papel importante en los coches eléctricos, pues es otra forma de conseguir un coche que no contamine el medio ambiente.
La principal ventaja de este combustible es que permite no tener que enchufar nuestro coche y tenerlo cargando durante toda la noche, o durante una hora si lo enchufamos en un cargador super rápido. Repostar un coche de pila de hidrógeno sería igual que cuando repostamos un ICE, tendríamos que ir a una hidrogenera y tardaríamos menos de 10 minutos en llenar el depósito.
Por otro lado, el no tener que llevar baterías eléctricas para que el coche circule también supone una gran ventaja ya que tendríamos más espacio en el coche y además, pesaría menos. Pero todas estas ventajas son aún más importantes para camiones, autobuses o vehículos comerciales, ya que no les aumentaría el peso y el repostaje sería muy rápido, permitiéndoles pasarse al lado eléctrico.
Los investigadores lituanos dicen que el hidrógeno producido con el reciclaje de las mascarillas tiene un gran potencial y que podría comercializarse la técnica, lo cual haría que todos los países pudiesen conseguir hidrógeno a partir de mascarillas. Eso haría que hubiese una mayor cantidad de hidrógeno y nos ayudaría a frenar el cambio climático.
