Aunque resulta fácil pensar en la quema de combustible cuando hablamos de la huella de carbono y las cifras de CO2 en la atmósfera, lo cierto es que no es lo único que tener en consideración. Microsoft es una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, y de las más avanzadas. Pero también es de las que más CO2 genera cuando se incluyen en la cuenta lo que generan de forma indirecta con sus actuaciones. Su solución para esto no es otra que cultivar algas.
Emisiones de carbono neutras en 2030, pero creciendo en el último año
Microsoft se propuso en el 2021 alcanzar la cifra de emisiones neutras en el 2030. Sin embargo, en el último informe anual sobre sostenibilidad de Microsoft sus cifras de emisiones han aumentado. Aunque es cierto que en lo que tiene que ver con emisiones directas se han reducido debido a la implementación del uso de energías renovables, las cifras de emisiones indirectas por sus actividades han hecho que la cifra de emisiones se dispare. La demanda de servicios online ha hecho que la empresa tenga que invertir mucho en creación de nuevos centros de servidores todo lo que rodea a estos es lo que ha generado ese impacto en las cifras.
Las algas como la solución
Sin embargo, la estrategia de Microsoft para reducir sus cifras son las algas. Ha llegado a un acuerdo con Running Tide, una empresa que ya trabaja con otros gigantes como Shopify, para contribuir a que sus cifras se equilibren.
Esta empresa se dedica a cultivar algas marinas para reducir la huella de carbono. Concretamente, utilizan madera y minerales alcalinos para crear una boya que flota en el océano. En estas boyas se siembran algas que inician rápidamente su proceso de crecimiento. La boya se va disolviendo, y los minerales alcalinos se combinan con el CO2 absorbido por el océano y que está contribuyendo a su acidificación, con lo que eso supone para el medio marino. Ese es el primer efecto de la boya.
Por otro lado, la generación de algas contribuye de forma impactante a la absorción de CO2, pues lo necesita para su ciclo de vida, tal y como ocurre también con las plantas, siendo uno de los grandes recursos que tenemos en el planeta para reducir las cifras de CO2 en la atmósfera.
De momento, hay optimismo y escepticismo a partes iguales. El objetivo de Running Tide en conjunción con Microsoft es alcanzar la cifra de 12.000 toneladas de CO2 eliminado en dos años. Un buen objetivo, aunque el escepticismo llega del hecho de que hasta ahora la compañía ha conseguido eliminar menos de 1.000 toneladas en sus proyectos de pruebas.
Por otro lado, habrá que esperar para ver el impacto sobre el océano que puede tener esta actividad si se realiza de forma masiva. Aunque eso, como suele ocurrir en casi todos los avances del ser humano, será algo de lo que nos daremos cuenta cuando ya sea demasiado tarde.
