Mientras la Unión Europea sigue negociando los planes de descarbonización para la industria del automóvil, aceptando que habrá combustión interna más allá de 2035, de la mano de los combustibles sintéticos y los biocombustibles neutrales, siguen surgiendo alternativas que proponen a los motores de combustión interna como una posible solución cero emisiones, como en este caso la de los motores de combustión de hidrógeno, como alternativa al diésel empleado hasta ahora.
La transición energética del transporte va mucho más allá del automóvil. La aviación se ha planteado ya la reducción de su huella de carbono de la mano de los combustibles sostenibles. Y, como ella, el transporte marítimo también busca soluciones y alternativas al diésel que, por limitaciones técnicas, no albergan posibilidad alguna de emplear únicamente motores eléctricos y sistemas de baterías.
El transporte pesado por carretera también está planteando ya alternativas al diésel que van más allá de la movilidad completamente eléctrica y soluciones como la combustión de hidrógeno.
Quemar hidrógeno para acabar con el diésel
La compañía JCB acaba de presentar un motor de hidrógeno de cuatro cilindros en línea y 4.8 litros de desplazamiento, pensado esencialmente para vehículos de gran tonelaje y, específicamente, para maquinaria agrícola y de construcción. Con una inversión de 114 millones de euros, JCB ha reunido a un equipo de 150 ingenieros para crear 50 prototipos de este motor en su fábrica de Reino Unido.
El motor de JCB funcionaría mediante combustión de hidrógeno, presentando una alternativa a la solución de hidrógeno que conocemos mejor en la industria del automóvil, la de emplear motores eléctricos y una pila de combustible que transforma el hidrógeno en electricidad.
Entre las razones de escoger motores de combustión de hidrógeno, en lugar de pila de combustible, reside en la sencillez de las mecánicas de combustión interna y, por supuesto, en la facilidad y el contenido coste para transformar vehículos. Por no hablar de que, a nivel técnico, construir este tipo de motores no es muy diferente a ensamblar un motor diésel, lo que permitiría aprovechar las líneas de producción y las plantillas actuales. JCB anuncia que ya han transformado un camión Mercedes-Benz para funcionar con su nuevo motor de hidrógeno y que la transformación se ha completado en apenas unos días, abriendo la puerta no solo a producir de cero motores y vehículos de combustión de hidrógeno, sino también a transformar los ya existentes.
El hidrógeno requiere, entre otras cosas, de una infraestructura de producción y transporte que en estos momentos no está desarrollada. Se espera que en los próximos años se produzca un auge del hidrógeno, producido eminentemente con energía renovable y favoreciendo el desarrollo de ecosistemas de hidrógeno, un conjunto de actividades e infraestructuras que englobarán en un área limitada tanto la investigación y la producción del hidrógeno, como su transporte en cortas distancias hasta el usuario final.
JCB anuncia también que ya ha previsto las necesidades de repostaje de hidrógeno de sus vehículos, creando un depósito que puede equiparse en un tractor o un tráiler modificado para transportar hasta 16 depósitos completos de hidrógeno para cubrir las necesidades de los vehículos agrícolas o de construcción que utilicen su motor de hidrógeno.