Investigadores de la Universidad de Huelva han desarrollado pellets a partir de biomasa residual de pino para prevenir incendios forestales y mejorar la rentabilidad de este material. Este estudio pionero ha analizado las propiedades físicas y químicas de dicha biomasa para crear un biocombustible sólido que genere calor en calderas y estufas. Los resultados del equipo de investigación son los primeros que demuestran el proceso de conversión de residuos de pino en biocombustible sólido, que puede utilizarse como alternativa viable a las fuentes de combustible tradicionales.
Los pellets de biomasa podrían ser el héroe de los bosques
Los investigadores han evaluado por primera vez la densidad, el contenido de humedad, el poder calorífico y la resistencia mecánica de la biomasa residual de pino piñonero para producir pellets. El estudio concluye que el producto final es altamente energético, eficiente en la combustión, emite un bajo volumen de gases contaminantes en comparación con los combustibles fósiles y se produce de forma sostenible.
Los pellets presentan cualidades como un bajo contenido de humedad, una elevada biodisponibilidad y una alta densidad, lo que los convierte en un combustible alternativo ideal con costes de transporte reducidos y opciones de almacenamiento eficientes.
Una opción más viable de combustible
El desarrollo de los pellets no solo tiene ventajas medioambientales -reducir la biomasa inflamable para ayudar a prevenir incendios forestales-, sino también económicas. La obtención y venta de pellets de pino piñonero puede cubrir hasta el 80% de los costes de producción y transporte de la biomasa, lo que, según los investigadores de la Universidad de Huelva, podría suponer un aprovechamiento sostenible y eficaz de los pinares de la zona.
Con una cantidad adecuada de biomasa, tres hectáreas podrían producir energía suficiente para abastecer las necesidades energéticas de un hogar durante un año. Por otro lado, tenemos los esfuerzos por prevenir y reducir la gravedad de los incendios forestales. En este sentido, las instituciones públicas retiran con frecuencia importantes cantidades de biomasa de las zonas de alto riesgo.
Es una necesidad imperante cambiar los métodos tradicionales
A pesar de tener varios inconvenientes, como los elevados costes de recogida y transporte, la baja densidad energética y la variabilidad de la calidad de la biomasa, los métodos tradicionales siguen siendo los más extendidos. Sin embargo, estos problemas pueden resolverse con la introducción de pellets derivados de la biomasa.
Los pellets abordan eficazmente las tres áreas problemáticas mencionadas, facilitando un transporte rentable, mejorando la eficiencia energética y aumentando la consistencia y utilidad de la biomasa. Según los investigadores de la Universidad de Huelva, los pellets que han desarrollado no solo ayudan a prevenir los incendios forestales, sino que también crean oportunidades económicas, con un potencial de ahorro de hasta el 80% de los costes de producción y transporte de la biomasa.
La eficacia de los pellets de biomasa
Los investigadores analizaron las propiedades físicas y químicas de los pellets creados a partir de las distintas partes del pino piñonero. De esta manera, concluyeron con que el tronco y las ramas más gruesas son las mejores fuentes para producir pellets de alta calidad, mientras que las ramas más finas y las hojas tienen cualidades inferiores y contaminan más el aire cuando se queman.
La solución para que estas partes del árbol no sean problemáticas es que las ramas y hojas más pequeñas se trituren y se esparzan por el suelo del bosque para evitar que se conviertan en combustible que aumente el riesgo de incendios forestales. Además, recomiendan transportar el tronco y las ramas gruesas enteras para maximizar la cantidad de material útil.
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