El autoconsumo es una solución energética cada vez más presente en muchos hogares y empresas en pos de reducir el precio de nuestra factura eléctrica, pero también en pos de hacer más sostenible nuestro consumo. Sin embargo no todo el mundo exprime a fondo todo el potencial de esta tecnología, analizando hoy las importantes ventajas que ofrece el autoconsumo si lo combinamos con un vehículo eléctrico.
Movernos a coste «cero» es posible si recargamos así nuestro vehículo eléctrico
Nuestra experiencia con el autoconsumo después de más de un año de uso podemos catalogarla de más que satisfactoria. Gracias a la solución de autoconsumo remoto comercializada por Comunidad Solar, puedo asegurar que hemos conseguido reducir nuestra factura eléctrica a nada menos que la mitad, lo cual supone una sensible rebaja en nuestro gasto económico, pero también en nuestra huella de carbono.
Sin embargo en este primer año no hemos exprimido todo el potencial del autoconsumo, pues hasta el momento no me había planteado el salto hacia un vehículo eléctrico, un tipo de movilidad que permitiría reducir aún más nuestro gasto en energía, al poder emplear parte de la electricidad generada por el sistema de autoconsumo remoto, en recargar la batería de un coche o moto eléctrica.
Así las cosas, y tomando como referencia un coche eléctrico como es un Tesla Model 3 en versión Gran Autonomía y tracción trasera, nos encontramos un vehículo eléctrico cuya batería de 75 kWh nos permite hacer hasta 702 Km de autonomía según el ciclo WLTP. Esto quiere decir que el consumo homologado es de 12,5 kWh, una cifra bastante baja que, si bien en la realidad será algo más elevada (unos 16 kWh/100 Km), tras probar este coche en condiciones reales de uso podemos certificar que es uno de los eléctricos más eficientes que se pueden comprar en el mercado.
Dicho esto, si echamos mano del histórico de generación energética y precio de la electricidad de nuestra instalación de autoconsumo remoto, descubrimos que el precio del kWh en autoconsumo ha sido de 0,145 euros durante el último año, incluyendo ahí todos los conceptos que se aplican en una factura: término de potencia, alquiler de contador, cuota de mantenimiento, impuestos, tasas, etc. Hablamos del precio final para el consumidor, sin trampa ni cartón.
Asumiendo que para recargar en casa al menos deberíamos tener una plaza de aparcamiento en exclusiva e instalar un punto de recarga que ofrezca entre 3,6 y 7,4 kW, que añadiría un coste adicional en el entorno de los 1.200 euros, si nos centramos exclusivamente en el coste de movilidad, lo que descubrimos es que recargar en casa nuestro Tesla Model 3 supondrá gastar apenas 1,81 € a los 100 Km. A modo de comparativa y teniendo en cuenta el precio actual del combustible, realizar los mismos 100 Km en un coche equivalente con un consumo de 6 l/100 Km, supondrá gastar 8,67 euros si utiliza un motor diésel (1,445 €/l) y 9,126 euros si emplea un propulsor gasolina (1,521 €/l)
Esa energía empleada en movernos será además 100% renovable, contando además con la ventaja de que gracias al autoconsumo remoto de Comunidad Solar, nuestras placas solares producen energía a cientos de kilómetros, consiguiendo así que cualquier vivienda pueda disfrutar del autoconsumo sin necesidad de tener que instalar ni un solo panel sobre ella.
Queda claro por lo tanto que, aunque dar el salto al autoconsumo y al vehículo eléctrico supone un desembolso inicial bastante importante, el potencial de ahorro de ambas tecnologías es también lo suficientemente grande como para que las cuentas salgan desde el primer kWh consumido. La amortización de ambas inversiones está más que garantizada dentro de los primeros 10 años, especialmente si tenenos en cuenta la evolución de los precios de la electricidad y más aún el de los del combustible.
Fotos del Tesla Model 3





