La Unión Europea sigue avanzando decidida a prohibir las ventas de turismos con motor de combustión interna en 2035.
El último paso se daba hace tan solo una semana, con la votación favorable del Parlamento Europeo al documento que, además de proponer la prohibición en 2035 de ventas de diésel, gasolina e híbridos de todo tipo, incluidos los enchufables, afianzaba los objetivos intermedios de reducción de emisiones de CO2. Objetivos que, tal y como ya os venimos anticipando, precipitarían en última instancia el cese de las ventas de motores de combustión interna.
El Parlamento Europeo habría mostado su posición favorable a adoptar estos objetivos para la transición hacia el coche eléctrico, en los términos propuestos, con 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. Un resultado que, pese a la votación favorable, es una muestra más de que no todos en la Unión Europea están de acuerdo con una medida que ahora tendrá que ser aprobada formalmente por el Consejo Europeo y que prohibiría las ventas de diésel y gasolina en 2035.
Dacia Spring disponible, con ayudas incluidas, desde 12.555€.El eléctrico más vendido en España en enero de 2023 fue el
Voces contrarias en Italia, respecto a la prohibición de diésel y gasolina
Y el mejor ejemplo lo encontramos en Italia. Matteo Salvini, líder de la formación de ultraderecha Lega y Ministro de Infraestructura y Movilidad Sostenible de Italia, desde que el pasado 22 de octubre de 2022 se conformara el nuevo Ejecutivo de Giorgia Meloni, apuntaba que «todos estamos preocupados por el agua, la calidad del aire y un medioambiente limpio… pero eso no significa despedir a millones de trabajadores y cerrar miles de negocios», añadiendo que «el fundamentalismo ideológico del «todo eléctrico» es un suicidio y un regalo a China» (Automotive News).
Antonio Tajani, Ministro de Asuntos Exteriores, con el que Salvini comparte Vicepresidencia del Consejo de Ministros de la República Italiana, ya había mostrado anteriormente sus intenciones al periódico Corriere della Sera, apuntando que «Italia presentará su propia propuesta: limitar la reducción [de eliminación total de ventas de motores de combustión interna] a un 90%, para dar tiempo a la industria para su adaptación«.
Es importante recordar las dificultades que pueden encontrar algunos miembros de la Unión Europea, como es el caso de Italia, para contraponer sus propuestas a las decisiones que se tomen en las administraciones comunes. Ya no solo por el hecho de contravenir lo decidido en Europa, sino sobre todo por oponerse a movimientos que, sin duda, condicionarán las decisiones y estrategias de los fabricantes de coches. Insistimos en que, de salir adelante estos objetivos de reducción de emisiones, es muy probable que la mayoría de los fabricantes ya hayan abandonado la combustión interna mucho antes de 2026. En cualquier caso, la propuesta italiana podría no ser tan descabellada, sobre todo si en la revisión de los objetivos propuesta para 2026 se aprecia que mercados, como el italiano, o el español sin ir más lejos, van rezagados en su transición hacia el coche eléctrico.
Toyota C-HR fue el híbrido más vendido en España en enero. Los híbridos y micro-híbridos ya representan una cuarta parte del mercado español.El
Italia es, en muchos aspectos, un reflejo de lo que también está sucediendo en España. Según ANFAC, las matriculaciones en Italia al cierre de 2022 habían caído un 31,3% respecto a 2019, el año anterior a la pandemia. En España la caída ha sido del 35,4%.
Europa, también en lo que respecta a la transición hacia el coche eléctrico, camina a dos velocidades. Las ventas de vehículos electrificados – eléctricos de baterías e híbridos enchufables – suponen ya el 26,2% del mercado alemán, el 20,6% del mercado francés y el 19,3% del mercado portugués. España e Italia van a la zaga, con un 9,2% y un 9,0% respectivamente.
De hecho, las emisiones medias de CO2 de los coches nuevos (datos de 2021) son un buen reflejo de esta situación. Mientras la media en España e Italia fue de 126,8 y 124,6 g/km de CO2 respectivamente, Alemania, Francia e Italia alcanzaron los 113,6, 108,6 y 107,1 g/km de CO2.
