Alemania, Europa, los combustibles sintéticos y la prohibición de 2035: hasta hace unas semanas parecía que estos cuatro actores formaban parte de la misma función, pero no era así. La medida que pretende impedir la venta de coches nuevos de combustión dentro de doce años ha sido bloqueada y aunque “las conversaciones continúan”, todo apunta a que el acuerdo está más cerca: la Unión Europea estaría dispuesta a pagar el peaje alemán. O lo que es lo mismo: luz verde para los combustibles sintéticos.
En 2022, el Parlamento Europeo y los Estados miembro de la Unión Europea llegaron a un acuerdo para prohibir la venta de vehículos nuevos de combustión a partir de 2035. Una medida a la que solamente le faltaba la votación final que habría hecho que entrara en vigor. Un trámite con el que todo saltó por los aires: Alemania planteó una serie de objeciones a última hora… y bloqueó la ley. A ella se unieron otros seis países.
La condición de Europa: sólo sintéticos
La demanda de Alemania pasaba por pedir a la Unión Europea que abriera la puerta a los combustibles sintéticos a partir de 2035: una fórmula que permitiría mantener con vida a los motores de combustión. Los primeros movimientos dejaron entrever que Bruselas podría ceder ante esta petición porque a ambas partes les interesa un acuerdo rápido que, al mismo tiempo, sea “resistente y vinculante”. Tanto es así que el objetivo es alcanzar un acuerdo este jueves, en la cumbre de la Unión Europea.
En un intento por resolver las diferencias con Alemania, la Comisión Europea habría redactado un plan que permitiría la venta de vehículos nuevos con motores de combustión interna que funcionasen solamente con combustibles sintéticos y neutrales. Automotive News cita a Reuters, que habría tenido acceso al borrador de la propuesta: en ella figuraría la creación de una nueva categoría para aquellos coches que puedan funcionar, únicamente, con este tipo de carburante.
Como ya habíamos apuntado anteriormente, estos modelos tendrían que contar con una tecnología que les impida funcionar si se usan otros combustibles. Esto implicaría la existencia de un sistema cuya misión sea impedir que el coche arranque si en su depósito hay combustibles que no son neutrales en carbono. De esta manera, la propuesta podría ofrecer una solución para que los fabricantes sigan vendiendo vehículos con motor de combustión después de 2035.
En los planes de Alemania, según Reuters, estaría la intención de mejorar esta propuesta. No terminan de ver con buenos ojos la condición impuesta por Europa de funcionar únicamente con combustibles sintéticos porque esto obligaría, en gran medida, a las marcas a desarrollar nuevos motores. Un portavoz de la UE se negó a hacer comentarios sobre el borrador de la propuesta, pero recordó que cualquier solución debe cumplir con la prohibición de 2035 acordada en 2022.