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Esta ha sido, sin lugar a dudas, una de las preguntas que más nos han hecho el último año, ¿es una buena idea comprar un diésel? Entre el mayor temor de los compradores, que las restricciones acaben por restringir, e incluso prohibir, la circulación de los diésel. Pero la realidad dista mucho de los temores que se están infundiendo. Hablamos de varias décadas para la prohibición de su venta, e incluso más para prohibir su circulación. De manera que, veamos, por qué comprar un diésel sigue siendo una decisión inteligente.
Diésel como compra inteligente… para hacer muchos kilómetros
Para hacer del diésel una compra inteligente lo primero que hemos de tener en cuenta es que vayamos a hacer muchos kilómetros, por norma general, en el orden de decenas de miles de kilómetros al año. Es cierto que el uso que vayamos a hacer de un coche, para justificar la compra de un diésel, también depende mucho de otros factores. No es lo mismo adquirir un utilitario pequeño para ciudad, en cuyo caso podría justificarse un motor de gasolina incluso para hacer muchos kilómetros, que un SUV de grandes dimensiones, en cuyo caso el diésel podría estar justificado incluso para hacer menos kilómetros.
Lo que está claro es que el diésel sigue siendo, en la mayoría de los casos, la mejor opción para conseguir un coste por kilómetro contenido. Ahora bien, vayamos a los temas que más preocupan a los compradores.
Lejos de ir apartando el diésel de su gama, Audi incluso está aumentando las motorizaciones diésel, incorporándolas incluso a su gama deportiva S
El diésel no va a prohibirse, ni a corto, ni a medio plazo
A pesar de los mensajes catastrofistas que se han enviado, el diésel no está muerto. El Gobierno se encontrará en una encrucijada, en la que los eléctricos irán ganando terreno, pero no despegarán lo suficiente para alcanzar los objetivos de descarbonización que se están proponiendo, y el diésel seguirá siendo necesario. De hecho, la caída de las ventas de los últimos meses está teniendo como consecuencia que la media de emisiones de los coches nuevos ascienda. Las previsiones más catastrofistas, las reflejadas en el primer borrador de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, situaban el fin de las ventas de diésel en 2040, y su circulación en 2050. Y lo que es más importante, las prohibiciones también se extendían al resto de coches de combustión interna, también los gasolina.
Este punto es especialmente importante. Hemos de tener en cuenta que, actualmente, el tratamiento de los diésel y los gasolina nuevos es exactamente el mismo. En ambos casos tienen etiqueta C, y las restricciones que se aplican a los diésel son exactamente las mismas que se aplican a sus homólogos de gasolina. Si bien es cierto que, hablando de coches más antiguos, el etiquetado español es más estricto con los diésel, de manera que un diésel matriculado antes de 2006 no dispone de etiqueta medioambiental, mientras que un gasolina matriculado a partir de 2000 sí que dispone de ella, al menos de la etiqueta B.
Tener un diésel en las grandes ciudades, en zonas concretas del centro, será más difícil, pero también lo será tener un coche con motor de gasolina. Fuera de las grandes ciudades no habrá tantos problemas.
Los impuestos subirán, pero el diésel seguirá teniendo ventaja
Lo venimos adelantando desde hace tiempo. Más allá de las intenciones del Gobierno, que ha propiciado la situación actual del diésel, España viene retrasando desde hace tiempo el cumplimiento de una de las peticiones de la Unión Europea, el de equiparar los impuestos del diésel y la gasolina. Eso implica que, necesariamente, en los próximos años se elevarán los impuestos al diésel. En 2020 se producirá la primera subida de impuestos al diésel, inicialmente unos 3,8 céntimos de euro por litro repostado. Los impuestos seguirán subiendo progresivamente, hasta alcanzar una subida total de 9,55 céntimos de euro por litro repostado, que culminaría la equiparación con la gasolina.
Incluso en ese escenario, el de un gasóleo 9,55 céntimos de euro por litro repostado más caro, la ventaja del diésel seguiría presente.
El nuevo Range Rover Evoque incorpora micro-hibridación en sus diésel, con la cual recibe la etiqueta ECO.
El truco de los diésel híbridos y micro-híbridos
Aunque actualmente no son muchos los productos que cuentan con esta tecnología, en los próximos años se espera que proliferen los híbridos diésel y, sobre todo, los diésel micro-híbridos. Cuando probábamos el Mercedes Clase E 300 de y os contábamos por qué tiene sentido su propuesta diésel enchufable. Es una opción casi anecdótica, pero por las razones que exponíamos es interesante, recorrer grandes distancias con un bajo coste por kilómetro, y en el día a día hacer recorridos urbanos sin consumir combustible, o muy poco combustible.
La opción que sí se espera crezca más es la del diésel micro-híbrido. Actualmente ya existen algunos productos en el mercado que, si bien es cierto no consiguen una gran ventaja en el ahorro de combustible, al contar con un motor diésel y un sistema micro-híbrido reciben la etiqueta ECO y, por lo tanto, tendrán menos problemas con las restricciones que los diésel sin dicha tecnología. Hemos visto productos con motores diésel micro-híbridos como el Range Rover Evoque, el Hyundai Tucson, o el Kia Sportage.
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