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La compra de vehículos de segunda mano es una muy buena opción a la hora de adquirir un “nuevo” coche. Ello nos permite ahorrarnos unos, o incluso muchos euros, pero claro está, el coche que estamos comprando tendrá un cierto desgasta en función de su edad, trato… y de sus kilómetros. Así pues, es el kilometraje uno de los principales factores que influyen en el precio de venta en el mercado de ocasión, llegando a encontrar oscilaciones de tres mil, cuatro mil o incluso más de seis mil euros para un vehículo de similares características pero con kilometrajes diferentes. Es entonces cuando te preguntarás “¿Interesa comprar un coche de segunda mano con muchos kilómetros?”. Personalmente, es un dilema que me he planteado en varias ocasiones, tanto para situaciones propias como de allegados. En este artículo intentaré dar respuesta a esa pregunta que nos planteamos, aunque la decisión final siempre será de nosotros.
Puntos negativos
El principal y gran punto negativo a tener en cuenta es el mantenimiento que un coche con ese kilometraje necesita, y ninguna de estas operaciones es precisamente económica. Supongamos que compras un coche con unos 220k – 240k kilómetros. A este coche, además de los mantenimientos habituales, como cambio de aceite, pastilla de freno, filtros, bujías… los cuales no sería justo considerar, ya que se realizan periódicamente y en intervalos relativamente cortos, si tendríamos que tener presente cambio kit correa de distribución (y digo kit, pues es sumamente recomendable que junto a la correa de distribución cambies la bomba del agua – ya que la gran mayoría de vehículos de correa la bomba va conectada a ella, y no a la correa de accesorios – tensores, correa poly-v…), amortiguadores (y seguramente sea necesario también las copelas) o aceites de transmisión (con ello nos referimos al aceite del los diferenciales, del cambio, ya sea manual o automático).
Pero eso no es todo, es posible que ciertos elementos estén ya fatigados y deteriorados. ¿Has escuchado alguna vez ese ruido a cama vieja al pasar un guardia tumbado? Eso significa que unos o varios silentblocs de la suspensión necesitan ser sustituidos. Generalmente son piezas económicas, pero dependiendo de cual tengamos que cambiar la mano de obra será menor o mayor, aunque generalmente suelen ser los de las barras estabilizadoras, cuya reparación no debiera de superar los 100 – 200 €. Esta misma idea se puede extrapolar a elementos como los soportes del motor y caja de cambios, bieletas de suspensión, palieres o rótulas.
Además de todo lo anterior, como si ya fuera poco, no olvides que un coche con mayor kilometraje tiene un mayor riesgo de sufrir una avería, como por ejemplo el turbo, inyectores, válvula EGR o las juntas del sistema de inyección (normalmente no suele estropearse la bomba de alta presión, sino que son las juntas tóricas de la misma las que se deterioran y acaban rompiéndose).
Por último, no debes olvidar que además del desgaste mecánico, por lo general, y siempre en función del uso que se le haya dado al coche y de lo cuidadoso que hayan sido sus anteriores propietarios, el desgaste en los elementos interiores y exteriores será mayor o menor. Con ello nos referimos al estado de los asientos (aún más en el caso que sean de cuero), botoneras, grillos y crujidos procedentes de desajustes… hasta por ejemplo el estado de la pintura o de las ópticas.
Ventajas
Pero no todo van a ser inconvenientes, ni los inconvenientes son tantos como los que he citado en el apartado anterior. Tan solo pretendo que sepas lo que significa comprar un coche con elevado kilometraje, y algunas de las situaciones que pueden llegar a presentarse, para que no te de ninguna sorpresa.
La mayor ventaja de estos coches es evidente, el ahorro económico respecto a otro de iguales características y con menos kilómetros en su odómetro. Pero ahí no se acaban las ventajas. En función del trato y mimo que haya recibido podemos encontrar una unidad con varios de los elementos anteriores cambiados, como por ejemplo los amortiguadores y la correa de distribución, cosa que con un coche con 80k – 100k no suele ocurrir.
Por último, y no menos importante, estamos ampliando nuestro abanico de opciones en todos sus aspectos. Al tener un límite superior de kilómetros habrá más ofertas que nos casen con lo que buscamos, y también más ofertas a nuestro alrededor. Además, al hilo de que el precio es menor, podremos acceder a una categoría superior, un motor más potente o a un modelo más actual… y por qué no, ahorrarnos un dinerillo para unas vacaciones o un roadtrip.
Antes de acabar con este punto, añadir también que un coche con un kilometraje anormalmente reducido (partiendo de la premisa que la cifra de su odómetro es real) tampoco es un chollo, y puede ser fuente de averías, sobretodo el típico caso “lleva cuatro años parados en el garaje…”, si no que se lo digan a los adentrados en el mundo de los clásicos. Un coche parado puede dar problemas en las diferentes juntas de los varios circuitos que posee, ya que el no circular ningún fluido acaban “resecándose”. También, si se usa en trayectos muy cortos esporádicamente puede tener restos de carbonilla acumulados, los cuales obstruyen elemento como la famosa EGR, todo eso sin olvidar la siempre impredecible y complicada electrónica.
Cómo saber si los kilómetros son reales
Ahora bien, llegados a este punto conviene tener presente una serie de consejos para saber si los kilómetros del coche que pretendemos comprar son reales o no. Ya hemos tratado este tema en varias ocasiones en Diariomotor; sin embargo, esos consejos los podemos resumir en:
• Comprobar la Tarjeta de Inspección Técnica. En ella deben estar selladas las diferentes ITVs con sus correspondientes kilómetros. Los kilómetros a los que se pasó la última ITV deben ser coherentes con los actuales del coche, además que de que las anotaciones de los mismos no deben mostrar signos de haber sido alteradas. Por último, los intervalos de kilómetro entre ITVs, salvo excepciones, y para un mismo propietario, deberían ser similares o mostrar un patrón.
• Solicitar a la DGT un Informe del Vehículo, el cual tiene un coste de 8,50 €, y aparece, entre otra información, el kilometraje de la última ITV así como si tiene alguna carga pendiente. Otra opción muy de moda en los último años es un informe Carfax, en el que aparece información adicional al emitido por la DGT, como si ha sido robado o los mantenimientos en concesionarios oficiales. Tiene un coste de 11,99 € por unidad, existiendo bonos de hasta 6 informes por 24,99 €.
• El historial de mantenimiento, tanto si se ha realizado por un servicio oficial como por un taller independiente, te permite ver los kilómetros registrados en cada operación, así como hacerte una idea de las próximas intervenciones que deberás acometer.
• Por último, revisa el estado en el que se encuentran elementos susceptibles al desgaste y uso, como el estado del asiento del conductor, pedales, pomo de la palanca de la caja de cambios, volante o mandos como los de las luces, intermitentes o el clima. Una revisión precompra en un taller de confianza tampoco es una mala idea, ahí podrá verse el estado de elementos de las suspensión, los cuales también son un buen indicador del kilometraje real de coche.
Caso práctico: VW Golf VII 2.0 TDI 150cv DSG
Para dar un poco de luz y practicidad a este dilema supongamos la compra de un VW Golf VII 2.0 TDI 150 cv DSG. Un vehículo relativamente estándar y que, con más o menos atino, puede ajustarse a cualquier comprador medio.
Tras una búsqueda rápida en un conocida portal de coches de ocasión, podemos suponer dos unidades tipo:
• Unidad A: del 2015, con 200.000 km por 12.000 €
• Unidad B: del 2018, con 40.000 km por 20.000 €
Acto seguido, nos dirigimos al portal de VW «calculatumantenimiento.volkswagen.es» para ver el precio de las distintas operaciones, así como intervenciones. Es cierto que un taller independiente, o si lo haces por ti mismo, puedes ahorrar un dinero. Pero queremos partir de unos precios más o menos estándar. Además, esto no deja de ser un mero ensayo. Así, tenemos que:
• Sustitución acetite del DSG (cada 60.000 km): 250 €
• Cambio correa distribución con bomba del agua (cada 120.000 km aprox.): 630 €
• Amortiguadores delanteros (cada 105.000 km): 515 €
• Amortiguadores traseros (cada 105.000 km): 420 €
• Pastillas y discos traseros (cada 100.000 km): 320 €
Los discos y pastillas delanteras no se han incluido porque suele ser una operación más habitual, así como el cambio de aceite y filtro, filtro del aire y habitáculo, así como los neumáticos. Considerando que vamos a recorrer unos 25.000 km por año, y el coche lo vamos a cambiar a los cuatro años podemos, además del valor de reventa del mismo, llegamos a las siguientes cifras:
• Unidad A: A los 12.000 € de compra habría que sumarle todas las operaciones anteriores, además de un cambio del aceite del DSG a los dos años y 1.000 € adicionales por el riesgo de sufrir una avería dado su kilometraje. Así, a los cuatro años habremos desembolsado unos 15.385 €, a los que tendríamos que restarle unos 6.500 € por nuestro Golf con 300.000 km de nueve años. Así, nos da un gasto neto de 8.885 € por cuatro años de servicio (unos 2220 €/año).
• Unidad B: Siguiendo el esquema anterior, justo después de la compra será necesario un cambio del aceite del DSG, al llegar a los 100.000 km aproximadamente (dos años después) tendremos que cambiar todo el mantenimiento que hemos expuesto arriba, y casi para la venta del mismo añadir otro cambio del aceite del DSG. Como este coche se ha comprado y vendido con un bajo kilometraje no consideramos colchón para averías. Así, a los 20.000 €, sumándole el mantenimiento nos da unos 22385 €, que tras vender nuestro Golf de 6 años y 150.000 €, calculamos que hemos gastado 7385 € pasados esos 4 años y 100.000 km (unos 1850 €/año).
A estos dos escenarios podemos añadir un tercero: conservar la unidad B hasta los 300.000 km y 10 años de edad. En tal caso, teniendo en cuenta los mantenimientos y las posibles averías por kilometraje, habríamos realizado una inversión de 26.020 € transcurridos esos 10 años, a los que habría que restarles unos 5.500 € por el valor de reventa, dando un neto de 20.520 € (unos 2052 €/año).
Este es un caso tipo, y repito, tan solo son unos número gordos aproximados. A partir de aquí puedes empezar a sacar tus propias conclusiones, aunque esos resultados se verán muy influenciados por factores como el tipo de coche, donde realices el mantenimiento, el tiempo que lo vayas a conservar y kilometraje que recorras, así como las diversas oscilaciones de mercado de ocasión y, por qué no, el azar.
Conclusiones y opinión personal
En primer lugar, decirte que los kilómetros de un coche por sí solos no deben ser un factor que nos disuada de su compra. Lo que sí debe hacerlo es que no estén correctamente realizados ni se haya llevado a cabo un correcto mantenimiento. Como consejo, intenta adquirir una unidad que tenga algunos elemento ya cambiados o que aún le queden cierta vida, así podrás realizar estas operaciones poco a poco. Otro consejo, y más importante aún, que si finalmente te decides por un vehículo de este tipo, reserves de tu presupuesto cierta cantidad (unos 1.500 o 2.000 €) para realizar las operaciones más importante, y reparación de posibles averías, en los primeros meses.
Teniendo en cuenta el apartado anterior, y mi propia experiencia personal, te diría que podemos distinguir tres situaciones distintas, y a ser posible siempre un vehículo premium o con algo especial, con el objetivo de que su depreciación sea lo menor posible:
• Recorres un número de kilómetros notable (a partir de unos 20k – 25k anuales) y sueles cambiar de coche en periodos más o menos normales (unos 4 o 6 años). En ese caso, compra un coche con unos tres o cuatro años, y no más de 50.000 kilómetros. Te aprovecharás de su primera depreciación importarte y la mayoría de las operaciones de mantenimiento más costosas no son necesarias de realizarlas hasta transcurrido un buen tiempo. Cuando vendas el coche, con unos 140k – 150k y poco más de 6 años aún no habrá entrado en el siguiente tramo de depreciación considerable, y podrás recuperar una buena parte de lo invertido.
• Recorres muy pocos kilómetros anualmente (unos 10k), y tu intención es conservar ese coche durante muchos años. Compra un coche con kilómetros, unos 200.000 km. Te beneficiarás de un bajo precio de compra, y una vez hayas realizado ese mantenimiento exhaustivo te dará para conservarlo unos 8 o incluso 10 años. Es cierto que el valor de reventa no será muy alto, pero ya jugará un papel más importante su edad que los 300.000 km con los que contará.
• Te gusta cambiar de coche muy habitualmente, indistintamente de los kilómetros que recorras. En ese caso compra un coche con muchos kilómetros, y a ser posible que esté en un punto álgido de su depreciación (aunque en este caso también entraríamos a valorar la antigüedad que deseamos, o más bien, qué modelo en concreto). Así, la inversión realizada será la menor posible, y una vez lo vayas a vender, recuperaras casi todo lo invertido, salvo las estrictas e imprescindibles operaciones de mantenimiento que tengas que realizar. Esto es debido, a que el precio de un coche, por ejemplo, de unos 220.000 km es más parecido a uno con 260.000 km, que el de uno con 120.000 km a otro con 160.000 km. Es por eso que interesa un vehículo con cierto kilometraje.
Con estos tres escenarios o situaciones damos por concluido este artículo, con un carácter algo más de opinión y ensayo, en el cual expongo mi opinión personal, pero que da respuesta a una pregunta que, como decíamos en la introducción del mismo, en muchas ocasiones nos hemos planteado.
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