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Espero que no lean este artículo representantes de muchas marcas, pero sí, desde mi más humilde y modesta opinión te digo que compres mejor un coche de segunda mano que uno nuevo, porque así, además de ahorrar dinero, no estarás renunciando absolutamente a nada, sino más bien lo contrario. Y si puedo decir esto es debido a que esas marcas ya fabricaban muy buenos productos hace seis u ocho años, tan buenos que hoy son perfectamente recomendables. Ahora bien, vista la conclusión pasamos a tratar de convencerte.
Ahorro económico: no hay nada que se deprecie más que un coche nuevo
Empecemos por eso que “nos duele a todos” y es el bolsillo. Como habrás escuchado en multitud de ocasiones, comprar un coche nuevo es la forma más rápida de perder dinero, de hecho, en el primer año puede llegar a depreciarse perfectamente un 20 %. Es decir, teniendo en cuenta que el gasto medio en España en un coche nuevo es de unos 18.000 euros, en el primer año habrás perdido nada más, y nada menos, que 3.600 €. A partir de ahí ya te puedes imaginar.
A esa depreciación tenemos que tener en cuenta el precio del equipamiento opcional, que puede elevar la factura en unos cuantos miles de euros en tu flamante coche, pero que a la hora de venderlo en muy contadas ocasiones ayudará, tan solo si dispone de un pack estético o similar, y es que el mercado de ocasión se rige por tres parámetros básicos: antigüedad, kilometraje y motorización. Sin embargo, este punto es muy positivo si eres tú quien compra ese coche, ya que puedes acceder a esos extras tan “pintones” como tapicería de cuero, equipo de sonido de alta fidelidad o techo panorámico sin pagar un euro de más: es tan solo cuestión de encontrar la unidad adecuada.
Finalmente, para cerrar este apartado económico nos que queda hablar de lo más obvio, y es que comprar un coche de ocasión supone un menor desembolso. Por poner algunos datos, en lugar de esos 18.000 euros que gasta una persona de media en comprar un coche nuevo en España, en el caso de ser de segunda mano esa cifra baja hasta aproximadamente los 12.500 euros. Pero ya no solo es el ahorro inicial, sino que en caso de financiar la compra, al ser la cantidad menor pagarás menos intereses, y puede que amortices el préstamo antes, o las cuotas sean menores, lo que resentirá en menor medida tu economía.
Incertidumbre en materia medioambiental y futuro del sector
Dado los tiempos que corren y sobre todo, a la incertidumbre en materia legislativa, un coche de ocasión se torna como la mejor opción de todas, ya que nos permite hacer un pequeño desembolso y mantenernos a la espera unos cuantos años más.
Por un lado, la compra de un coche diésel es algo que plantea una serie de dudas muy razonables a cualquier posible interesado, ya que por un lado, siguen siendo la mejor opción para los que realizan muchos kilómetros, pero por otro, están equivocadamente en el punto de mira de las diferentes Administraciones y del propio Gobierno Central. Otro interrogante lo tenemos en cuanto a las etiquetas medioambientales y su futura revisión, ya que el comprar un coche mild-hybrid o micro-híbrido para acceder a la etiqueta ECO puede tener sus días contados, de igual forma, aunque más remotamente, sí que sería lógico que utilitarios con pequeños motores gasolina (por ejemplo, por debajo del litro de cubicaje y menos de 120 g CO2/km) obtuviesen ese distintivo.
Finalmente no nos podemos olvidar de la movilidad 100 % eléctrica, una solución que a pesar de no estar tan extendida como se pretende, en parte debido al alto precio de esos coches en comparación con lo que ofrecen, y por otro lado a la aún incipiente red de puntos de recarga, sí que puede ser la mejor opción para muchas personas a medio plazo si recibe el empujón adecuado por parte del sector público, fomentando esa red de puntos de recarga, no solo en zonas urbanas, sino también periféricas a las grandes ciudades, y con una apuesta más prolongada de ayudas como los Plan Moves.
No supone renunciar a tecnología, seguridad ni imagen
Como bien reza el título de este apartado, un coche con seis o incluso ocho años de antigüedad nada tiene que envidiar a uno actual en materia de seguridad, equipamiento, imagen o motorizaciones. Parémonos un momento a pensar qué es lo que realmente necesitamos, eso sí, otorgando ciertas concesiones a la comodidad y practicidad. Pues bien, seguramente respondas que una buena iluminación (xenón, o mejor aún, LED), cámara y sensores de estacionamiento, un buen cambio automático, manos libre y conectividad con nuestro smartphone para escuchar la música, además de los típicos climatizadores bi-zona, control de crucero y demás. Pues bien, cualquier coche con esa antigüedad ofrece ese equipamiento, más aún si optamos por un fabricante premium.
Pasado el punto del equipamiento, continuamos con el de de la seguridad, donde distinguimos entre la seguridad pasiva (elementos que minimizan los daños una vez sufrido el accidente) y la seguridad activa (tratan de evitar que ocurra ese accidente). En cuanto a seguridad pasiva, ambos coches estaría a la par, pues cuentan con una gran dotación de airbags, aleaciones ultrarresistentes en su carrocería y zonas de deformación programada. Sin embargo, y para no faltar a la verdad, sí es cierto que esos coches con seis u ocho años poseen una menor seguridad activa, ya que suelen carecer de elementos como el aviso de ángulo muerto, asistente de frenada o de mantenimiento de carril, puesto que hace relativamente escaso tiempo que desde EuroNCAP han puesto especial énfasis en ese conjunto de elementos más tecnológicos.
En cuanto a imagen, estamos hablando sobre algo más personal y subjetivo, pero por lo general, ese tipo de coches del que estamos hablando, o bien siguen a la venta, o bien se han dejado de vender hace poco tiempo, por lo que para nada se verían viejos ni anticuados. En cuanto a cómo envejecerá, porque si partimos de un coche con ocho años que vamos a tener unos cuentos más, pues depende, pero ¿acaso te parece feo un Alfa Romeo 159 o un Audi TT mk2, con sus ya casi 15 años a las espaldas?
Dejamos para el final lo que quizás es una de las partes más importantes de cualquier vehículo: su motor. Pues bien, en este aspecto podemos extrapolar todo lo anterior. En general, los fabricantes después de desarrollar un propulsor lo suelen mantener durante un largo, muy largo, período de tiempo en activo, y tan solo le realizan pequeñísimos retoques. De hecho, ese periodo supera con creces al de la vida comercial de un modelo, en el que a lo sumo se han realizado un par de mejoras de menor calado. Es por tanto, que tampoco nos estaremos llevando a casa un vetusto motor. Sin embargo, sí que deberías tener muy presente los distintivos medioambientales de la DGT, y es que la etiqueta C le corresponde a los gasolina matriculados a partir de enero de 2006 y a los diésel a partir de 2014. Aunque por otro lado, a pesar de que la fecha de matriculación sea previa a las mencionadas, si cumple Euro IV en el caso de los gasolina o Euro VI en los diésel, tendrías derecho a ella.
Acceder un nivel superior
Como consecuencia de la depreciación que sufren los coches, esa de la que nos beneficiamos en el mercado de ocasión, podemos acceder a unidades que de otra forma ni tan siquiera nos lo plantearíamos, en cuanto a equipamiento, motor o segmento.
Por ejemplo, es una forma de comprar por poco dinero un coche de las llamadas marcas premium, que no por ser premium en precio lo debe ser en costes de mantenimiento, tan solo debes huir del S.O. para tareas rutinarias como un cambio de aceite o de distribución. Además, en cuanto al mito de que los repuestos de esas marcas son más caros que las generalistas te diré que es completamente falso, y lo puedo asegurar desde mi persona y no por terceros. Por último, esa depreciación nos ayuda también a la hora de vender este tipo de coches al final de su vida, y es que el valor residual de un vehículo premium es siempre muy superior al de un generalista.
Al hilo de acceder a un nivel superior, las grandes berlinas de representación o versiones con potentes motorizaciones, sufren una depreciación aún más acusada. De esta forma es posible comprar un Serie 7 o Clase S por el precio de un Megane o un 308 nuevos, siendo los alemanes muy buenas opciones si por lo general sueles viajar mucho por autopista o autovía, además de disponer en la mayoría de los casos un equipamiento muy superior, por no hablar del nivel de acabado o motorizaciones.
Casos prácticos: BMW 320d y Seat León de tercera generación
Sí, lo he de confesar, soy un enamorado de los ejemplos y echar números, ya que es el mejor modo de ver las cosas y poder valorar fuera de la teoría. Así que allá vamos.
Empezamos hablando del BMW Serie 3, la que es quizás la mejor berlina premium de su categoría, sobre todo para quien busque un tacto deportivo, y de su versión estrella, el 320d automático 8 velocidades, un propulsor turbodiésel que permite conjugar una muy buenas prestaciones con unos consumos récord, así como su caja de cambios automática de 8 velocidades por convertidor de par firmada por ZF, una de las mejores del mercado.
Pues bien, un 320d de nueva generación lo puedes encontrar en stock por unos 40.000 euros, por el contrario, hay unidades del modelo anterior en el mercado de ocasión por unos 14.500 €, con unos siete años de antigüedad y menos de 150.00 km. Ambos equipan un turbodiésel de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada, con una relación de compresión 16,5:1 e idénticas cotas de carrera y diámetro, con idénticos consumos oficiales y emisiones de CO2 (4,5 litros a los 100 km y 117 g/km). Tan solo encontramos diferencias en su potencia, 190 cv para la versión nueva y 184 cv para el anterior (aunque con el restyling se subió esa cifra a 190 cv), y el par, 400 Nm para el debutante y 380 Nm para el veterano, obtenidos dichos valores máximos en prácticamente los mismos regímenes. Resumiendo, equipan el mismo motor. Pero ahí no acaba la cosa, si hablamos de habitabilidad, sobre el papel es muy similar: ambos cuentan 480 litros de maletero, y a pesar de que la nueva versión es casi 8 cm más larga, la batalla apenas ha crecido 4 cm.
Sin embargo, como es lógico, la nueva generación del Serie 3 en términos absolutos es, y debe ser, mejor que la anterior. Así, recibe pequeñas mejoras en su chasis y puesta a punto, como unas vías más anchas o un centro de gravedad situado más abajo, una aerodinámica más optimizada (el Cx pasa de 0,26 a 0,23) y avances en sus sistemas de ayuda a la conducción o la posibilidad de equipar un cuadro de instrumentos completamente digital, el Live Cockpit de 12,3”. En cuanto a seguridad, ambos poseen 5 estrellas EuroNCAP, y puesto que por ser ensayos distanciados en el tiempo no serían directamente comparables, sí que ambas generaciones tienen en la práctica un nivel similar en cuanto a protección de ocupantes e impactos (de 95 % a adultos y 84 % a usuarios infantiles para el anterior Serie 3, y del 97 % y 87 %, respectivamente, para el actual).
Así pues, comprar un 320d del 2020 y venderlo seis años después por 16.000 € supone un coste de 24.000 €, mientras que si compramos uno del 2013 por esos 14.500 € (y seguramente mejor equipado), tan solo habremos perdido 10.000 € aproximadamente, y eso que no tenemos en cuenta el coste de un seguro más caro o de las revisiones en el S.O. Aunque por otro lado es cierto que si queremos tener ese coche que hemos comprado de segunda mano “como si fuese nuevo” debemos invertir un dinero en cambiar ciertos elementos como amortiguadores, discos, todos los líquidos y un detallado, pero aún así ¡nos ahorramos la mitad de dinero (12.000 euros)!
Si hace un momento tomábamos como ejemplo comprar una versión anterior a la actual, ahora, cambiamos de tercio con el Seat León de tercera generación, y es que a pesar que ya se encuentra a la venta la nueva generación, aún puedes adquirir en sus concesionarios la tercera a unos precios de derribo, y así ponemos aún más a prueba esta tesis que te planteo en el presente artículo.
En este caso podemos encontrar una promoción en la que Seat ofrece un León Edition 1.0 TSI 115 cv por 14.600 € sujetos a financiación y a entregar un coche usado de, al menos, tres años de antigüedad. Además, ofrece una garantía de 5 años o 100.000 km, y el mantenimiento incluido durante ese tiempo o hasta 80.000 km. Los inconvenientes son, además de las condiciones para acceder a ese precio, que se trata del acabado más básico de toda la gama. Así pues, si optamos por subir un peldañito, es fácil encontrar unidades en stock con el acabado Style y la misma motorización por menos de 18.000 €, que seguramente se puedan convertir en poco más de 16.000 €.
Ya decíamos que si existía un caso para desmontar esta tesis de comprar coches de segunda mano es precisamente el que estamos tratando. De esta forma, por unos 9.000 € hay una gran variedad de unidades en el mercado con ese mismo acabado Style, con unos seis años de antigüedad y 150.000 km. Eso sí, en esta ocasión equipan el 1.4 TSI de 125 cv. La gran diferencia entre ambos propulsores, además de la cilindrada, es que este segundo es un cuatro cilindros. A nivel de prestaciones están muy parejos, con algo de ventaja para el tetracilíndrico, la cual pierde si hablamos de consumos.
Todo esto nos lleva a que si compramos ese León nuevo por unos 16.000 euros, y pasados seis años lo vendemos por 9.000 €, nos sale un coste de uso de 7.000 €. De igual forma, el adquirirlo de segunda mano por esos 9.000 € y venderlo, con ya 12 años a cuestas y más de 200.000 km por unos 4.000, tendríamos un coste de 5.000 €, a los que hay que sumar esa pequeña inversión inicial que comentábamos con el BMW. En esta ocasión comprar el Seat León de segunda mano es muy poco ventajoso.
Resumen y conclusión
Por lo general es más recomendable adquirir un cose de ocasión (unos seis u ocho años) que nuevo, mucho más aún si nos centramos en vehículos premium o de alta gama, o con grandes prestaciones, que es lo que deberías hacer. De esta forma, las principales ventajas son:
• Menor inversión inicial, y mayor ahorro en la financiación y en gastos como el seguro o los mantenimientos.
• Acceder vehículos de una gama superior, en cuanto a motorizaciones, equipamiento o categoría.
• En la práctica, no supone renunciar a imagen, motorizaciones, equipamiento ni seguridad.
• Es una alternativa de tener un vehículo transitoriamente mientras la legislación en materia medioambiental toma un camino más definido.
• Perder menos dinero como consecuencia de la devaluación, y es que la depreciación es el gran enemigo en la compra de un coche nuevo, y a la vez, el mejor aliado en la compra de uno de ocasión.
• En términos generales, suele traer más a cuenta una marca premium que una generalista cuando barajamos la opción de comprar en el mercado de ocasión.
• En contra de lo que pueda parecer, es una forma de ecologismo, ya que los coches que estamos hablando contaminarán menos que tu actual vehículo, y por lo general poco más que uno nuevo, pero ¿cuántas toneladas CO2 se emiten a la atmósfera para fabricar un coche? Recuerda, reutilizar es reciclar y cuidar del medioambiente.
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