Reconocido por su fiabilidad y rendimiento en todo tipo de terrenos. Paradigma del 4×4. Amplio, con un maletero enorme de 526 litros, y suficientemente práctico como para que no nos lamentemos de no haber comprado un SUV. Así se presenta el coche que hoy nos ocupa, una propuesta realmente interesante en el mercado de ocasión para el que busque, sobre todo, y en este orden, un coche muy amplio, muy cómodo en carretera, con aptitudes para circular fuera del asfalto.
El 4×4 en el que no habías pensado
Si por algo se ha caracterizado esta marca ha sido por entender a la tracción integral como una de sus señas de identidad, y sus cualidades como deseables tengamos intención, o no, de salir del asfalto. Y por entender también que lo ideal era la combinación del Symmetrical All Wheel Drive con los motores bóxer, de cilindros enfrentados, tanto para los diésel, como para los gasolina.
El emblema Outback es uno de los mejores representantes de ese espíritu y, llegados a este punto, es un buen momento para recordar al Subaru Outback de cuarta generación, que se comercializó en España desde 2009 hasta finales de 2014.
Un familiar 4×4
Subaru ha sido una de las marcas que más ha impulsado el concepto de vehículo con aptitudes todoterreno. Antes de la irrupción de los SUV, a finales de los años noventa, el Subaru Forester ya se erigió como una de las propuestas más frescas del mercado, con una carrocería alzada y bajos y defensas co protección extra, tracción integral, y a medio camino entre el todoterreno y el familiar campero.
La saga Outback nacía a mediados de los noventa, derivado de la gama Legacy. Hasta llegar a una cuarta generación que tuvimos ocasión de probar en 2010, y de nuevo en su actualización de 2013, en la que destacó la introducción del motor bóxer diésel, que sin duda supuso un impulso para la marca japonesa en Europa y en mercados tan dependientes del gasóleo, por aquella época, como el español.
El Subaru Outback que nos ocupa no era un auténtico todoterreno, ni pretendía serlo. Era una suerte de familiar de estética crossover, que sí podía afrontar con seguridad y confianza incursiones en rutas sin asfaltar, terrenos complicados, y a la vez ser muy cómodo en carretera, todo ello en un equilibrio bastante razonable.
Con motor diésel bóxer y Symmetrical All-Wheel Drive
El Subaru Outback del que hoy hablamos llegó a los concesionarios en 2009, con una combinación a mi juicio excelente, la de un equilibrado motor bóxer diésel de 150 CV de potencia y la tracción Symmetrical All-Wheel Drive, que ofrecía unos consumos bastante aceptables (en su día vimos entre 5 litros/100 kilómetros y 6 litros/100 kilómetros en carretera a velocidades legales y bastante más altos en ciudad o a ritmo alegre) y que dispone de etiqueta medioambiental (etiqueta B) en todos los casos.
Disponible inicialmente con un cambio manual, Subaru introducía en 2013 la posibilidad de combinar este diésel con un cómodo cambio «automático» Lineartronic, de variador continuo, que permitía emplear un modo secuencial «manual» desde las levas en el volante, con unas marchas prefijadas que daban una sensación bastante «creíble», a tenor de que un cambio continuamente variable no goza de marchas al uso, sino que busca la relación de transmisión más adecuada en cada momento. Ver prueba del Subaru Outback 2013 diésel con Lineartronic.
Esta generación de Subaru Outback también se comercializó con motores de gasolina, que disponen de la etiqueta C, de 167 CV, que también estuvo disponible con adaptación a GLP, lo que nos permitiría acceder a la preciada etiqueta ECO.
Capaz como 4×4, pero no un auténtico todoterreno
Es importante destacar que el Subaru Outback nunca fue un todoterreno puro, ni pretendió serlo. Esta generación no disponía de reductora, pero sí de la tracción integral Symmetrical All-Wheel Drive que, con un diferencial central de acoplamiento viscoso, repartía el par en condiciones normales al 50% y ajustaba el reparto entre ejes en el momento en que se producía una pérdida de tracción.
La altura libre del Outback, de 20 centímetros, nos resultó correcta para afrontar alguna prueba fuera del asfalto no apta para un turismo, pero que sí podríamos haber afrontado con un SUV. Su ángulo de ataque es de 18,6º y de salida de 23º.
Pero si tuviéramos que quedarnos con lo mejor de este coche, en ese enfoque de 4×4, lo haríamos con lo cómodo que se mostraba en terrenos muy bacheados y una capacidad de tracción correcta por su tracción integral permanente, en combinación con un buen neumático M+S.
Cómodo en carretera y fuera del asfalto
Decíamos que su faceta campera era una de las claves de este coche, el espacio a bordo y el confort en carretera la otra. Su carrocería de tipo familiar nos permite gozar de un maletero realmente amplio, con una capacidad de 526 litros, con una boca de carga también muy amplia, ligeramente más alta que en un turismo al uso o un compacto, pero más baja que en la mayoría de los SUV. De serie, venía equipado con kit antipinchazos, aunque en el doble fondo disponíamos de espacio suficiente para una rueda de repuesto, o para el depósito de combustible en las versiones GLP.
También nos resultaron satisfactorias sus plazas traseras, muy cómodas para dos pasajeros, y menos para un tercero, por las limitaciones de la plaza central, por no gozar del mismo mullido en el respaldo y el túnel de la transmisión.
Os recomendamos la lectura de nuestra prueba del Subaru Outback diésel de 2010, siempre teniendo en cuenta que nuestras impresiones han de contextualizarse en el mercado del automóvil existente en aquellos años.
Un 4×4 familiar asequible de segunda mano
La oferta de segunda mano del Subaru Outback no es muy extensa, dado que este coche nunca se comercializó en unos grandes volúmenes. Pero en función del kilometraje y el equipamiento sí es posible encontrar unidades por menos de 6.000 euros, situando en 8.000 o 9.000 euros un presupuesto más realista si buscamos unidades en un estado más que correcto para su kilometraje y bien equipadas.
Es fácil encontrar unidades diésel del Subaru Outback con cambio manual y también con cambio Lineartronic, con etiqueta B, en las unidades de sus últimos años de comercialización. También es popular el motor de gasolina de 167 CV de potencia, con etiqueta C, y mucho menos la adaptación GLP con etiqueta ECO.
Si lo que buscamos es un familiar, o un coche amplio, en general, para salir del asfalto, también recomendamos la lectura de nuestra guía del Skoda Scout de segunda mano.
Una buena opción de compra semi-nuevo y nuevo
El Subaru Outback siguió comercializándose, y así llegó hasta nuestros días. Si buscamos unidades más modernas, de las generaciones posteriores, con un presupuesto desde los 20.000 euros disponemos de opciones, como las que puedes ver sobre estas líneas, de la quinta generación, con etiqueta C, y matriculadas entre los años 2017 y 2019.
Si lo que buscamos es una unidad moderna, el Subaru Outback de sexta generación comenzó a comercializarse en 2021, y no solo puedes adquirirlo con motor de gasolina, sino también con adaptación, de serie, a GLP, y por lo tanto con etiqueta ECO.
Subaru Outback 2009 vs 2013:
Subaru Outback 2013: