Siempre se ha dicho que un Golf es un Golf. Pero a lo largo de medio siglo de historia el Volkswagen Golf ha sido un deportivo, con sus GTI y R; un familiar; un 4×4; un cabrio; e incluso un práctico y hoy desconocido monovolumen.
Hoy os hablaremos de una de las versiones más desconocidas, pero también más prácticas e interesantes, del Volkswagen Golf. Un automóvil que, aún no estando ya disponible en los concesionarios, sigue siendo una opción de compra tremendamente interesante en el mercado de ocasión.
Lo mejor de todo es que con un presupuesto desde los 10.000 euros podemos acceder a un coche de calidad, con espacio a raudales y un maletero de hasta 590 litros y con unos consumos ridículos, desde 3,8 litros/100 kilómetros según homologación.
De la fiebre del monovolumen, a la fiebre SUV
Antes de la fiebre por los SUV existió la fiebre por los monovolúmenes. No había fabricante de coches que se precie de serlo que no tuviera uno, o varios monovolúmenes, en su catálogo.
Volkswagen no iba a ser menos y durante una década estuvo comercializando un Volkswagen Golf Plus que, sin duda, fue todo un éxito, quedándose muy cerquita del millón de unidades vendidas y llegando a vender anualmente, en su mejor momento, 150.000 unidades.
En 2012 se presentaba el Volkswagen Golf Mk7 y en 2014 llegaba la correspondiente versión monovolumen del Golf, ganando muchísimo más empaque, más personalidad y diferenciación respecto al Golf de 5 puertas y llamándose ahora Golf Sportsvan.
El Volkswagen Golf más práctico y familiar de la historia
Sin duda fue el Volkswagen Golf más práctico y orientado a la familia que jamás haya existido. Y por ende una de las opciones de compra más interesantes de la gama Golf y del catálogo de Volkswagen.
El problema: para entonces el mercado ya había sucumbido a la fiebre de los SUV y Volkswagen aún estaba guardándose varios ases en la manga, que años más tarde se desvelarían como Volkswagen T-Roc y Volkswagen T-Cross.
La suerte estaba echada para el Sportsvan.
Un Volkswagen Golf… a todos los efectos
El Volkswagen Golf Sportsvan es un Golf a todos los efectos. La calidad percibida a bordo, la tecnología, y el tacto de conducción que nos encontramos en un Sportsvan es exactamente el mismo que nos ofrece un Golf Mk7.
Pero evidentemente su aspecto exterior es el de un monovolumen, que sutilmente preserva alguno de los rasgos estéticos típicos en un Golf, siendo un poco más largo que el Golf Mk7 compacto de cinco puertas (+8,3 centímetros) y disponiendo de una distancia entre ejes también superior (+10 centímetros), con objeto de maximizar el espacio a bordo para los pasajeros y para la carga.
Más allá del espacio, que es la verdadera razón de ser del Sportsvan, me gustaría destacar en este punto otro de los valores añadidos de este monovolumen frente al Golf compacto, que es su puesto de conducción más elevado y que, como ya os contábamos en 2014, ayuda a que tengamos una posición de conducción confortable y una buena visión de la carretera. Os recomendamos leer nuestra prueba del Volkswagen Golf Sportsvan en su lanzamiento, siempre teniendo en cuenta que la opinión que yo mismo os trasladaba entonces ha de contextualizarse en 2014, que fue cuando realicé y redacté esta prueba.
Más espacio y modularidad que en cualquier SUV
Espacio a raudales. Es lo que podíamos y podemos seguirnos encontrando en un Volkswagen Golf Sportsvan, con un maletero que sin abatir asientos podía alcanzar una capacidad de carga de 590 litros, muy cerquita de los 605 litros del Golf Variant de la séptima generación.
Para llegar a esos 590 litros de capacidad Volkswagen ha dispuesto en el Sportsvan de una banqueta trasera deslizante, que puede adelantarse o retrasarse 18 centímetros, y en dos piezas (1/3 y 2/3) para maximizar el espacio de carga en el maletero (posición más adelantada) o primar el espacio para los pasajeros (posición más retrasada).
En el Sportsvan actualizado en 2017 ya se disponía de tres respaldos independientes con ajuste de inclinación, que también redundan en ofrecer un mayor confort a los pasajeros.
No es una función de uso continuo. Pero el Sportsvan también dispuso de un asiento del acompañante con capacidad para abatir su respaldo y así permitir, junto con los asientos traseros con sus respaldos abatidos, alojar objetos muy largos. Esta función era opcional.
Recomendamos la lectura de la prueba que realizamos de Sportsvan en 2017, con motivo de su actualización.
Sigue siendo un coche moderno
El Volkswagen Golf Sportsvan ha estado en comercialización hasta hace relativamente poco, se estuvo produciendo hasta 2020. Y eso quiere decir que en él nos vamos a encontrar un coche razonablemente moderno, en su equipamiento, en tecnología, y en ayudas a la conducción y sistemas de seguridad.
Si valoramos este aspecto es interesante apuntar a unidades posteriores a la actualización que vivió el Volkswagen Golf Sportsvan a finales de 2017. Para entender las diferencias os recomiendo la prueba del Volkswagen Golf Sportsvan que yo mismo realicé entonces. https://www.diariomotor.com/noticia/volkswagen-golf-sportsvan-2018-prueba/
A partir de 2017 y 2018 en el Sportsvan actualizado ya podíamos encontrarnos con instrumentación digital Volkswagen Digital Cockpit, control de crucero adaptativo con parada y reanudación de la marcha automático.
El motor a escoger es, sin duda, diésel
El Volkswagen Golf Sportsvan es tremendamente práctico y espacioso, pero también austero en sus consumos. A lo largo de unos 6 años de comercialización estuvo disponible con una oferta de motores diésel y gasolina de hasta 150 CV de potencia, siendo los diésel, por razones obvias, prácticamente los únicos motores que vamos a encontrar en el mercado de segunda mano, con una oferta de gasolina mucho más reducida.
Aunque sean los más antiguos, los diésel anteriores a la actualización de medio ciclo del Sportsvan en 2017 nos parecen muy interesantes. Disponibles con 110 CV y 150 CV de potencia, todos ellos cumplen la normativa Euro VI y de la etiqueta C, como cualquier diésel que compremos nuevo en estos momentos.
Por si no fuera poco, aquellos diésel no empleaban AdBlue, cuando casi todos los diésel Euro VI ya habían apostado por esta tecnología para conseguir cumplir con las exigencias de la normativa de emisiones. Un dato que a posteriori resulta muy revelador, si tenemos en cuenta que un año después del lanzamiento de Sportsvan se destaparía el escándalo de los diésel de Volkswagen, que precisamente concernía a los trucos que había empleado Volkswagen para homologar sus diésel prescindiendo de sistemas de reducción de emisiones.
Un diésel que consume 3,8 l/100 km
Aún sin ser demasiado potente, el motor diésel de 110 CV de potencia del Sportsvan era equilibrado y suficiente. En su versión de acceso estaba disponible con un cambio de cinco relaciones que, definitivamente, no es lo mejor para viajar por carretera, y más con un coche de su tamaño.
Por suerte, Volkswagen dispuso de una segunda versión de este motor, un Bluemotion Technology que sería el que conseguiría un consumo homologado de 3,8 litros/100 kilómetros (que en la práctica necesariamente nos lleva a un consumo real alrededor de los 5 litros/100 kilómetros). En este punto también es importante recordar que los consumos homologados entonces no son comparables a los actuales, que se homologan bajo un protocolo diferente y más riguroso.
El Bluemotion Technology es un motor que recomendamos, y que vamos a encontrar frecuentemente en muchas de las ofertas de segunda mano disponibles en España, ya no tanto por consumir algo menos, sino sobre todo por disponer de un cambio manual de seis relaciones.
Más allá de los motores 1.6 TDI de acceso, durante toda la vida comercial del Sportsvan siempre hubo un 2.0 TDI de 150 CV de potencia.
Por otro lado, si nos encontramos un 1.6 TDI con 115 CV sabremos que se trata del restyle, de una unidad posterior a la actualización que vivió este modelo en 2017.
Espacio a raudales y calidad desde 10.000 €
Ahora hablemos de precios. Al principio de este artículo proponíamos un presupuesto a partir de los 10.000 euros para acceder a un Sportsvan, si bien es cierto por debajo nos encontraremos algunas unidades, con grandes kilometrajes (superando con creces los 200.000 kilómetros) y anteriores a la actualización de 2017.
A partir de los 10.000 euros ya vamos a encontrarnos unidades con menos kilómetros, y años, casi todas diésel y casi todas Bluemotion Technology.
En cualquier caso, recomendaríamos un presupuesto más holgado y próximo a los 15.000 euros. En el catálogo de ¿Qué coche me compro?, por ejemplo, disponemos de ofertas desde los 11.000 euros y unidades que tienen kilometrajes inferiores a los 100.000 kilómetros e incluso son posteriores a la actualización de 2017.