Algunos conductores consideran el paso por la ITV un trámite tedioso, puesto que suponen un coste añadido y siempre existe el temor a una ITV negativa o desfavorable. No obstante, no está de más recordar la importancia de este trámite y del trabajo de los centros de inspección, que se aseguran, entre otras cosas, de garantizar que los coches que circulan por nuestras carreteras lo hacen en condiciones seguras y medioambientalmente aceptables.
Y son precisamente estas últimas pruebas, las relacionadas con el apartado medioambiental, y las emisiones de gases contaminantes, las que más quebraderos de cabeza suelen dar a los conductores. De ahí que sea interesante saber que, en muchos casos, una ITV se hubiera resuelto con un ejercicio tan sencillo como subir de vueltas el motor de nuestro diésel antes de acudir al centro de inspección.
Esos temores, a no superar la ITV, se acentúan para los que tenemos que acudir a la inspección con un coche entrado en años, con muchos kilómetros, y un motor diésel. Por suerte hay trucos que pueden ayudarnos a evitar problemas, y a evitar un suspenso en la Inspección Técnica de Vehículos.
Problemas de los diésel evitables en la ITV
Tal y como nos contaba mi compañero Sergio en su guía para superar la prueba de gases de los diésel, una parte importante de los suspensos por gases en diésel son perfectamente evitables. El proceso de inspección del vehículo incluye, entre otras pruebas, el análisis de la opacidad de los gases que emite el vehículo. Si estos superan un umbral establecido, podemos encontrarnos con una ITV desfavorable, y los problemas que ello acarrea.
En ocasiones, los problemas de gases en la ITV se deben a un mal funcionamiento de los sistemas anticontaminación de nuestro coche, o incluso reprogramaciones que han alterado su funcionamiento. Si ese es el caso, estos trucos no nos sirven.
Pero en muchos otros casos, en los que la mecánica del automóvil no presenta fallos, nos podemos encontrar con que nuestro estilo de conducción tranquila, o en recorridos cortos, ha podido favorecer la creación de depósitos de carbonilla en nuestro diésel, o incluso la saturación del filtro de partículas. Y este problema puede dificultarnos superar la ITV. Ahora bien, ¿qué deberíamos hacer?
Dar gas a tu diésel antes de ir a la ITV
Elevar el régimen de revoluciones de nuestro diésel puede ayudarnos en la ITV. Al acudir a la ITV, y para llevar a cabo las correspondientes pruebas, nuestro coche será sometido a un acelerón en vacío hasta el corte, que hará que toda la carbonilla acumulada salga de golpe, generando una gran humareda. Anticiparnos a esta prueba nos ayudará, en muchos casos, a evitar el problema.
Lo mejor que podemos hacer antes de acudir a la ITV es realizar un recorrido lo suficientemente largo como para que el motor de nuestro coche alcance la temperatura de servicio. Nuestro consejo, es recorrer unos 15 minutos, a partir de los cuales nuestro objetivo será elevar el régimen de revoluciones del motor, por encima de las 4.000 rpm, empleando marchas cortas, o acelerando con más intensidad y apurando las marchas al incorporarnos a una autovía. Jugando con el cambio podemos hacerlo perfectamente, sin poner en riesgo el motor de nuestro coche y lo que es no menos importante, sin superar los límites de velocidad máxima.
Mi compañero Sergio, que en su guía denominaba a esta técnica «la puesta a punto italiana«, nos recomendaba por ejemplo conducir un tiempo a 120 km/h en cuarta, o a 100 km/h en tercera. En menos de media hora podríamos llevar a cabo esta práctica, que no solo es recomendable hacer antes de pasar la ITV, sino también de vez en cuando, sobre todo si conducimos en trayectos cortos, a velocidades y moderadas, y en ciudad, ya que este truco puede contribuir también a alargar la vida de los sistemas anticontaminación de nuestro coche.
Ver nuestra guía para pasar la prueba de gases de la ITV en un diésel.