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La aprobación hace años de la reforma de las ITV trajo importantes cambios en diferentes apartados, sin embargo el más polémico a la vez que importante fue el de la introducción de la prueba de diagnosis en cada inspección técnica. Desde mayo de 2018, las ITV realizan diagnosis a tu vehículo, una medida que busca acabar de una vez por todas con la manipulación de los sistemas anticontaminación, seguridad, etc. ¿Pero que pueden ver las ITV con la diagnosis de mi coche? ¿De verdad pueden verlo todo? ¿Qué pasa con las reprogramaciones de potencia?
1. Eliminación de FAP, EGR, AdBlue…
El principal argumento que defiende la diagnosis es acabar con la manipulación y eliminación de los sistemas anticontaminación, especialmente en vehículos diésel. El escándalo de los diésel de Volkswagen fue la gota que colmó un vaso bastante lleno. La manipulación o anulación de sistemas recirculación de gases de escape EGR, filtros antipartículas FAP o sistemas de reducción catalítica SCR con aditivo AdBlue se han convertido en algo muy extendido, prohibido, pero común en España con cientos sino miles de vehículos en circulación con estos sistemas manipulados. Si a la manipulación de estos sistemas unimos que la diferencia entre emisiones reales y emisiones homologadas puede llegar al 56%, tenemos un gran parque de coches contaminando muchísimo más de lo que deberían.
La diagnosis es capaz de reconocer si estos sistemas trabajan adecuadamente, si han sido manipulados para reducir su trabajo o si han sido eliminados
2. Fallos de motor
Los temidos fallos de motor pasarán menos desapercibidos, incluso aquellos leves que no impiden seguir circulando. La diagnosis que se realizará en las nuevas ITV permitirá leer la memoria de fallos de la ECU, evitando así que los usuarios puedan manipular o eliminar los testigos que indican averías de cualquier índole. Según la antigüedad del vehículo el nivel de información que puede brindar en cuanto a fallos puede variar, encontrando un amplio abanico de parámetros que son medidos y registrados en los vehículos más modernos, pero una información mucho más pobre cuanto más antiguo sea el vehículo.
3. Kilómetros reales
Una de las grandes ventajas que traerá la diagnosis en cada inspección técnica será el poder ofrecer un control más riguroso del kilometraje real de lo vehículos, especialmente en los más modernos que pueden almacenar los kilómetros en diferentes módulos de control además de en la ECU. Gracias a la comunicación de todos estos módulos queda registrado en todo momento el kilometraje real, sin importar que cambiemos elementos como el cuadro de instrumentos para intentar «rejuvenecer» nuestro coche. Ponga lo que ponga en los displays, será la ECU y sus memorias las que nos dirán cuántos kilómetros tiene realmente ese coche.
4. Manipulación de airbags y pretensores
Otro de los puntos donde se quiere hacer especial énfasis para acabar con la manipulación de airbags y pretensores. Los trucos para manipular o eliminar airbags y pretensores tras un accidente recorren toda la red, trucos que pretenden servir para que el propietario del vehículo pase la ITV sin tener que hacer frente a la costosa reparación de estos sistemas de seguridad. Ya que quien realiza estas manipulaciones no se preocupa por su seguridad, serán las ITV las que examinarán el correcto estado de los sistemas de seguridad accediendo a la memoria de la ECU y rescatando los datos sobre su funcionamiento y posible reparación o sustitución.
5. ¿Qué hago con la reprogramación de mi coche?
El gran miedo de muchos conductores tras la aprobación de la reforma de las ITV. A la espera de conocer cómo de profunda será la diagnosis más allá de que se usará el protocolo OBD, las reprogramaciones de centralita no deberían ser un problema. Aunque esto puede variar mucho en función de qué tipo de reprogramación estamos tratando. Si hablamos de una reconfiguración del mapa motor jugando con sus valores de inyección y presión no habrá problemas, pero si se han alterado otros aspectos como los relacionados con los sistemas anticontaminación sí que podrían echarnos el coche para atrás, algo que se suele hacer en las reprogramaciones de motores turbodiésel para que la mecánica trabaje con el máximo de aire fresco.