Japón es un país fascinante, con una idiosincrasia muy peculiar. Su cultura, tradiciones y normativas nada tienen que ver con las europeas, y su proteccionismo ha dado lugar a un mercado del automóvil único, lleno de peculiaridades y nichos de mercado que nos resultan completamente alienígenas. Hemos querido recopilar 10 coches que nos encantaría poder disfrutar en Europa, pero que por desgracia, son coto exclusivo del mercado japonés. Estos son los 10 coches por los que nos iríamos a vivir a Japón sin dudarlo.
Honda S660
El Honda S660 es un kei car, y no deja de ser un coche cuya potencia se limita a 64 CV, con unas dimensiones exteriores de 3,4 metros. Pero también es un precioso roadster biplaza de propulsión, con caja de cambios manual y un fascinante equilibrio dinámico. Un coche cuyo legado puede trazarse con precisión hasta el delicioso Honda S600 de los años sesenta. ¿Habíamos mencionado que su motor está en posición central trasera, y que su reparto de pesos es un 45/55? Pesa sólamente 830 kilos y su capota es de lona. Además, cuesta apenas dos millones de yenes, poco más de 15.000 euros al actual tipo de cambio.
Lexus LM/Toyota Alphard
Los Lexus LM son en verdad la versión lujosa de los Toyota Alphard. Ambos vehículos tienen contrapartes en otras marcas japonesas, y pertenecen a un nicho de mercado inexistente en Europa. Son coches que desdibujan la frontera entre una berlina de lujo, un monovolumen y una furgoneta. Son usados para transporte ejecutivo y en el caso del Lexus LM, toda su parte trasera puede acomodar a sólamente dos pasajeros. Dos pasajeros que irán sentados en gigantescos butacones, con un equipo de infotainment individual, y separados del chófer mediante una pantalla opaca. ¿Quién quiere un Mercedes Clase S?
Honda N-One
El Honda N-One es un pequeño kei car de corte urbano. Comparte el mismo motor turbo de 660 centímetros cúbicos y tres cilindros del Honda S660, al igual que sus dimensiones exteriores. Los kei car tienen diseños simpáticos y mucha personalidad, y posiblemente el N-One sea el más interesante de todos los kei car. Su diseño es neoretro, y nos recuerda vagamente a los Honda de los años sesenta y setenta. Tiene un interior amplio y un salpicadero de diseño cuidado, con una gran practicidad. ¡Honda incluso tiene una copa monomarca en Japón con los N-One como protagonistas!
Mitsubishi Delica D:5
Las Mitsubishi Delica se han vendido en Europa y en España, pero por estos lares fueron llamadas L300 o Space Gear. Las Delica son, de nuevo, un fascinante cruce entre un monovolumen y una furgoneta, a las que Mitsubishi aportó toda su experiencia en el terreno de los 4×4. El resultado es un vehículo prácticamente único, capaz de llegar a donde llega un Mitsubishi Montero, pero con un componente mucho más práctico. Aunque su última generación ya no tiene reductora, presume de 210 mm de altura libre al suelo y un sistema 4×4 inteligente, asociado a un motor 2.2 diésel de hasta 170 CV de potencia.
Suzuki Jimny 0.66
El nombre oficial de este Suzuki Jimny no es «0.66», antes de nada. Se trata de la versión de acceso a la gama del Suzuki Jimny, que es a todos los efectos, un kei car. Es más estrecho que la versión que se vende en Europa, más ligero, y su motor de tres cilindros y 660 cc sólo desarrolla 64 CV de potencia. No obstante, retiene el sistema 4×4 con reductora de su hermano mayor, su chasis de largueros y sus dos ejes rígidos, así como el fantástico control de tracción que lo convierte en uno de los todoterrenos más efectivos del momento. ¿Lo mejor de todo? Al cambio arranca en poco más de 12.000 euros.
Toyota Century
Los Toyota Century son a Japón lo que el Mercedes Clase S es a Alemania. O mejor dicho, lo que el Rolls-Royce Phantom es a Reino Unido. Es una berlina de representación y superlujo, pero a la japonesa. Muy a la japonesa. Se construyen a mano y su tapicería es de lana, no de rudo y frío cuero. Hasta hace apenas dos años se vendían únicamente con un motor V12 atmosférico de 5,0 litros, pero ahora se han pasado al tren de propulsión híbrida de ocho cilindros de los Lexus LS de la anterior generación. Su diseño apenas ha variado en décadas y son coches que sus propietarios jamás conducen, porque siempre tienen un chófer.
Nissan Skyline 400R
No es quizá el coche más exótico de esta lista, pero merece estar en ella por derecho propio. El Nissan Skyline nunca dejó de venderse en Japón, y desde hace unos años es una berlina de corte deportivo y propulsión trasera. De hecho, es el mismo coche que el Infiniti Q50, que se ha vendido en España hasta hace apenas unos meses – la marca se ha retirado de Europa. En su frontal hay un logotipo de Nissan y en la versión 400R habita una bomba de altas prestaciones. Un explosivo motor 3.0 V6 biturbo con 400 CV, que pasa su potencia a las cuatro ruedas mediante un cambio automático deportivo.
Toyota Hiace
Las Toyota Hiace son furgonetas muy comunes, pero no se venden en mercados como Europa o Estados Unidos. Sin embargo, son ubicuas en Asia y África. Y es sencillo entender por qué: son extremadamente espaciosas, pueden cargar cómodamente con hasta 10 pasajeros, además de mucha carga. Su batalla es de 3.525 mm, pero gracias a montar su motor en posición central – bajo las plazas delanteras – tienen voladizos muy cortos y unas dimensiones exteriores relativamente compactas. Las Hilux H200 emplean una configuración de motor central, pero las nuevas Hiace de motor delantero pronto las reemplazarán.
Daihatsu Copen
De nuevo, tenemos en esta lista a otro apasionante kei car. Concretamente al precioso Daihatsu Copen, un roadster biplaza de pequeñas dimensiones. Al contrario que el Honda S660, su motor esta en posición delantera y acciona las ruedas delanteras. Su primera generación tenía un aspecto coqueto, ahora es algo más agresivo y llamativo. Curiosamente, se vendió en Europa hace años, con un motor de 1,3 litros y 87 CV. Desde 2012, el Daihtsu Copen es un asunto 100% japonés, y desde hace apenas un año existe una versión GR Sport – Toyota es la dueña de Daihatsu – con una puesta a punto algo más deportiva.
Suzuki Hustler
La gama de kei cars de Suzuki es una de las más curiosas y completas del mercado japonés, y todos ellos parecen tener ese toque diferente que tanto se echa de menos en el mercado mundial de coches. Se echan de menos coches alegres, desenfadados y que no se toman demasiado en serio a sí mismos. Necesitamos más coches como el Suzuki Hustler, una especie de kei car convertido en un crossover urbano, una receta que cocinada a la japonesa, es mucho más interesante. Sus faros redondos nos recuerdan vagamente al Jimny, y sus formas deliberadamente cuadriculadas son una pasada.