Contenido
- 1) Interiores cubiertos en plástico «negro piano»
- 2) Tubos de escape de pega
- 3) Rejillas por todas partes sin función alguna
- 4) Difusores aerodinámicos no funcionales
- 5) Pantallas flotantes en el salpicadero
- 6) Llantas de tamaño excesivo
- 7) Cristales cada vez más pequeños
- 8) Kits off-road de pega
- 9) Pilares traseros cortados, o cubiertos de plástico
Al igual que en el mundo de la moda, en el mundo del automóvil – tanto o más globalizado – hay multitud de modas. Modas sobre las que no tenemos mucho control, modas que en el mejor de los casos son inútiles, y en la mayor parte son cargantes o directamente deberían desaparecer. Del sonido de escape artificial hablaremos otro día, hoy nos centramos en cosas como las salidas de escape falsas o esa obsesión por recubrir en plástico brillante de color negro todo el interior del coche. Sí, somos unos tiquismiquis.
1) Interiores cubiertos en plástico «Piano Black»
Hace unos pocos años, algunos coches comenzaron a llevar molduras de plástico negro satinado en su interior. Acabados brillantes muy pintones, que se han extendido como las llamas por todos los segmentos del mercado. El problema de estos acabados es que se rayan muy fácilmente y son muy sensibles a la suciedad. Quedan rápidamente marcados por nuestros dedos y atrapan el polvo mejor que una mopa. De su envejecimiento ni hablemos. ¿Donde quedaron los acabados convencionales, mucho más sufridos y resistentes?
2) Tubos de escape de pega
Hay dos tipos de escape «falso». Uno de ellos es la típica salida cromada, que en su interior esconde un tubo de escape convencional. Es un tipo de escape que es poco más que un embellecedor, hasta cierto punto, los puedo entender. El SEAT Ibiza Cupra llevaba uno de esos escapes, mirad. Lo que sí que puedo entender son los coches en cuya zaga hay dos óvalos cromados, completamente rellenos de plástico, imitando una cola de escape. El escape auténtico suele estar oculto bajo el paragolpes, apuntando hacia el suelo.
3) Rejillas por todas partes sin función alguna
Imaginad un deportivo de antaño. Eran coches cuajados de rejillas, necesarias para alimentar de aire y refrigerar su potente e ineficiente propulsor. Un coche de altas prestaciones tiene enormes necesidades de refrigeración, y estas rejillas son necesarias. No ocurre lo mismo en un utilitario de 12.000€ o en la parte trasera de una berlina de representación. Esas rejillas falsas muchas veces siquiera son rejillas propiamente dichas, es plástico sólido con relieve que imita a una rejilla de metal. No gracias.
La toma de aire del capó es completamente falsa, está cegada.
4) Difusores aerodinámicos no funcionales
¿Va un alerón a marcar una diferencia significativa de carga aerodinámica en un compacto de 120 CV? No, pero sí puede influir positivamente en su coeficiente aerodinámico, reduciendo su consumo de combustible en unas pocas décimas. No ocurre lo mismo en coches en cuyos paragolpes traseros hay un difusor aerodinámico no funcional. Un difusor funcional mantiene estable el flujo aerodinámico y especialmente a alta velocidad crea mayor carga aerodinámica. Un difusor no funcional es sólo un caso más de quiero y no puedo.
5) Pantallas flotantes en el salpicadero
Este caso puede ser una manía personal, lo reconozco. Nuestros salpicaderos están repletos de pantallas integradas. En lugar de usar una solución elegante de pantalla plegable, algunas marcas optan por montar pantallas «flotantes» en la mitad del salpicadero. Estas pantallas se asemejan a un tablet, y a día de hoy, nunca son plegables. Parecen un accesorio de aftermarket. ¿Son peores que una pantalla convencional? Para nada, de hecho suelen tener una buena visibilidad, pero lo cierto es que no pasarán de moda rápidamente.
6) Llantas de tamaño excesivo
Ya os hemos hablado en muchas ocasiones del efecto sobre las prestaciones de unas llantas de gran tamaño. Unas llantas de 19 pulgadas con neumáticos de perfil bajo y 255 mm de ancho están muy bien en un deportivo, pero en una berlina generalista son más que excesivas, al igual que en un SUV o un utilitario, empeorando sus prestaciones. De hecho, un neumático con algo más de perfil contribuye enormemente al confort de marcha. Otro beneficio adicional de unas llantas de tamaño más lógico es que el precio de los neumáticos es inferior.
7) Cristales cada vez más pequeños
Nos gusta sentirnos protegidos a bordo. Nos gusta que nuestro coche tenga esa imagen aguerrida y fuerte desde fuera, con mucha chapa, grandes ruedas y poco cristal. Cada vez los coches tienen menos superficie acristalada, y tienen que recurrir a cámaras y asistentes para aparcar. Además de dificultar ciertas maniobras, una mala visibilidad también perjudica nuestra seguridad: nos hace vacilar en incorporaciones, nos impide ver los límites de la carretera y en general nos priva de información de nuestro entorno.
8) Kits off-road de pega
Todos los coches tienen que ser todoterrenos hoy en día, al menos a ojos de sus compradores. Por ello todos tienen que tener barras en el techo, suspensión elevada y protecciones todoterreno por supuesto. El problema es cuando un crossover o una versión crossover de un turismo trata de jugar a ser un todoterreno y en vez de llevar un cubrecárter real lleva una pieza de plástico plateado en la parte baja del paragolpes. Es uno de esos casos en los que las apariencias no engañan, al menos desde mi punto de vista.
9) Pilares traseros cortados, o cubiertos de plástico
Fijaos en coches como el nuevo Opel Astra o el Hyundai i20. ¿Qué tienen en común? Su pilar C parece cortado, con el hueco relleno de plástico oscuro. Es una de esas inexplicables modas que pasará en algún momento. No es grave, doctor, pero es más grave el caso de algunos coches – especialmente americanos – en los que parte de la ventanilla trasera es de plástico oscuro. Una forma barata para evitar montar un trozo de cristal y ahorrarse unos pocos euros. Esta moda no está demasiado extendida, por el momento.